Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La ballena del Óscar

Hace tiempo que caló en Hollywood la estrategia de recuperar a viejas estrellas olvidadas o caídas en desgracia, en una jugada maestra encaminada siempre a la obtención del Óscar en las categorías actorales. La cinefilia entera lo aplaudió, puesto que de esa manera se hace justicia a profesionales de la interpretación arrinconados antes de tiempo, acabando a veces con una discriminación de muchos años.

Pero dicha vuelta no suele ser gratis, y quienes desean reivindicarse han de pagar un alto precio mediante grandes sacrificios físicos y sicológicos. El cineasta Darren Aronofsky no es nuevo en estas artes, y ya le salió bien el plan renove cuando resucitó a Mickey Rourke para ‘El luchador’ (2008).

Aronosfky vuelve a la carga de la mano de la productora independiente A24, que busca el reconocimiento inicial para ‘The Whale’ (2022) en la Mostra de Venecia, como antesala a los premios anuales gordos, nunca mejor dicho. El elegido para la transformación es el venido a menos Brendan Fraser, del que el público guarda en la memoria su imagen juvenil. Motivo por el cual el shock resulta todavía mayor al verle en el personaje de un preso que pesa más de 250 kilos, según la premiada obra teatral de Samuel D. Hunter.

Antes de hallar la redención tratará de matarse comiendo hasta reventar.