Joseba Salbador Goikoetxea

Zarautz y Ondarroa se disputan la autoría del barco de Elkano

La tradicional rivalidad entre los pueblos costeros vascos sigue presente incluso en la celebración del 500 aniversario de la primera vuelta al mundo de Elkano. Y es que Zarautz y Ondarroa se disputan la construcción de la nao Victoria, que logró la mayor hazaña marítima de todos los tiempos.

Réplica de la nao, perteneciente a la Fundación Nao Victoria y que se acercó el pasado mes de julio a Donostia.
Réplica de la nao, perteneciente a la Fundación Nao Victoria y que se acercó el pasado mes de julio a Donostia. (NAIZ)

La polémica historiográfica en torno al lugar en el que se construyó la nave utilizada por Juan Sebastián Elkano no es nueva, pero ha vuelto a reavivarse en vísperas de este 6 de setiembre de 2022, declarado festivo en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Tradicionalmente, su construcción se había atribuido a un astillero ubicado en la ría de Iñurritza de Zarautz, allá por el año 1515. Pero las dudas comenzaron a surgir tras el hallazgo de un documento que indicaba que el barco pertenecía a un armador ondarrés, que lo habría mandado construir en un astillero de su municipio.

Los principales defensores de esta teoría son los miembros de la agrupación Ondarroako Historia Zaleak, quienes encontraron en Sevilla un documento que constata que la embarcación, de 28 metros de eslora y 300 toneladas de carga, pertenecía al vecino de Ondarroa Domingo de Apallua y que en el año 1518 le fue expropiada por orden del rey español Carlos I para la histórica singladura a las islas Molucas –las islas de las especias, en Indonesia–, capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes y el vasco Juan Sebastián Elkano.

«Un hijo de Apallua deja testimonio de que la embarcación se compró contra la voluntad de su padre, que debía de partir a Londres a llevar una carga», explican los miembros de la asociación ondarresa, aludiendo al documento notarial encontrado en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla (sección de protocolos notariales).

La «adquisición forzosa» ascendió a 800 ducados (300.000 maravedís) y la llevó a cabo la Casa de Contratación de Indias de Sevilla, organismo que controlaba toda la actividad comercial entre el reino español y América.

En Ondarroa sostienen que la nao Victoria perteneció a un armador ondarrés que lo habría mandado construir en un astillero del municipio, y que le fue expropiada por orden del rey español Carlos I para la histórica singladura.

Los defensores de esta tesis argumentan asimismo que en dicho documento no se menciona al buque con el nombre Victoria, sino con su denominación original, Santa María, un detalle en el que hasta su publicación no se habrían fijado los historiadores que defienden que se construyó en Zarautz. Asimismo, indican que la nao Victoria o Santa María tiene las mismas características de los buques construidos desde tiempos inmemoriales por los astilleros ondarreses.

Esta hipótesis llevó incluso a que en el año 2015, quinto centenario de la construcción del barco, Ondarroa recibiese la visita de una de las réplicas existentes de esta nao (nombre genérico con el que se conocía en aquella época a los navíos concebidos para la navegación oceánica).

La ermita de San Pelaio, en el barrio Iñurritza de Zarautz, cuelga de su techo una maqueta de la nao Victoria capitaneada por Elkano, quien donó un ducado para esta iglesia.


En los terrenos del caserío Arizia de Zarautz

En Zarautz, sin embargo, defienden que la nao Victoria fue construida en esta localidad, y el propio ayuntamiento ha dedicado a este aniversario la jornada del día 6 de su Euskal Astea. Uno de los más fervientes defensores de esta tesis es el zarauztarra Sebas Martija Arruti, quien llega a ubicar el astillero del que habría salido el barco en los terrenos del caserío Arizia, en la cabecera de la marisma de Iñurritza.

Martija afirma incluso que se conserva el acta de entrega del barco, firmada el 24 de mayo de 1515 en la iglesia de San Sebastián del barrio de Urteta, la más antigua de Zarautz, ubicada a menos de kilómetro y medio del astillero. En dicha firma, estuvieron presentes los señores Lope de Irure del caserío Elizamendi, situado justo al lado de la citada iglesia y que fue el encargado de disponer la madera procedente de sus bosques; Santorun de Retén, maestro carpintero de Deba, quien construyó el barco; y Andrés Pérez de Indañeta, vecino de Zumaia, persona que habría encargado su construcción.

Indañeta era conocido por servir con sus buques en las armadas reales y proporcionar barcos a distintas expediciones. Según indica Sebas Martija, la embarcación le fue entregada en el puerto de Getaria con el nombre original de Santa María, «un nombre habitual en los barcos de Indañeta».

Este acta notarial, según explica Martija, se encuentra en el manuscrito "Varias noticias del País" recopiladas por el doctor Fermín de Guisilasti, rector de Aia, en el que se recoge diversa documentación dispersa tras el incendio sufrido por el archivo de la villa de Zarautz en 1551.

En Zarautz defienden que la nao Victoria fue construida en un astillero ubicado en la ría de Iñurritza, y el  ayuntamiento ha dedicado a este aniversario la jornada del día 6 de su Euskal Astea.

Pero al margen de los documentos históricos, Martija hace referencia también a un aspecto que en muchas ocasiones los historiadores no acostumbran a tener en cuenta: la tradición oral. Así, señala que «los que somos descendientes de los caseríos del barrio de Urteta sabemos desde pequeños, por una tradición centenaria, que el barco se había hecho en Zarautz y que muchos vecinos del barrio intervinieron en su construcción».  

En relación a la denuncia interpuesta por el hijo del armador ondarrés ante un notario de Sevilla por la adquisición forzosa del barco, Martija sostiene que la intervención de esta familia podría ser parte de una «compra fraudulenta» orquestada en colaboración con un representante de la Casa de Contratación, una estrategia habitual en aquella época para obtener mayores beneficios y que explicaría el oscurantismo que ha existido sobre el origen de la nao y sus primeros propietarios.  

Lo cierto es que en vísperas de la celebración del quinto centenario, la hipótesis de que el barco fue construido en Zarautz va cobrando fuerza y el propio Ayuntamiento conmemorará este 6 de setiembre «el 500 aniversario de la circunvalación del barco zarauztarra Victoria», según consta en el programa de su Euskal Astea.

Como anécdota, cabe mencionar asimismo que la sidrería Arizia, ubicada actualmente en el caserío en cuyos terrenos se encontraría el astillero, ha elaborado una edición limitada de 1.350 botellas «para homenajear al barco que dio la primera vuelta al mundo, la Nao Victoria, que se construyó en Zarautz, en los astilleros de los terrenos de Arizia». Con este producto, la sidrería pretende dar a conocer una de las bebidas que transportaban los buques de aquella época para su consumo durante las largas travesías.

La nao Victoria cruzando el estrecho de Magallanes, seguida por la Trinidad y la Concepción, en un cuadro del pintor chileno Guillermo Muñoz Vera. (NAIZ)


El 80% de las naves, de construcción vasca

Fuese construida en Zarautz o en Ondarroa, lo que no cabe duda es de que la primera circunnavegación a la Tierra puso de manifiesto las excepcionales aptitudes náuticas de las naos vascas que participaron en la expedición Magallanes-Elkano. Y es que tres de las cinco naves eran de fabricación vasca: la Victoria, la Trinidad y la San Antonio, estas dos última construidas en Lekeitio y Erandio, respectivamente.

Condiciones que eran «fruto del grado de excelencia alcanzado por la tecnología naval y la náutica vasca a principios de la Modernidad», en palabras del historiador Xabier Alberdi, director de Euskal Itsas Museoa de Donostia. Las naos vascas, versátiles y resistentes, con gran capacidad de carga, capaces incluso de continuar navegando tras haber sufrido problemas, «constituían los mejores buques oceánicos de Europa».

Fuese construida en Zarautz o en Ondarroa, lo que no cabe duda es de que la primera circunnavegación a la Tierra puso de manifiesto las excepcionales aptitudes náuticas de las naos vascas.

Así, según afirma Alberdi, el 80% de los barcos que a partir de 1520 integraron las flotas de la Carrera de Indias, eran de construcción vasca. Y es que en esa época, el conjunto de comerciantes, armadores y navieros vascos y cántabros constituían «un poderoso lobby», con poder económico y político, que controlaba el Colegio de Pilotos Vizcaínos de Cádiz, vinculado «estrechamente» con la política oceánica de la Monarquía española; así como la Casa de Contratación, que ostentaba el monopolio de la administración del comercio con América.

Esto hizo que muchas de las familias más poderosas de Gipuzkoa y Bizkaia mantuvieran muy buenas relaciones con la Monarquía española, lo que les permitió hacer grandes negocios. Y todo ello mientras en esos mismos años y en este mismo país, las familias agramontesas de Nafarroa y sus tropas luchaban por mantener la independencia del viejo reino frente a la conquista de los ejércitos de Carlos I.


El martes, representación actualizada del desembarco de los supervivientes

La nao Victoria era una de las cinco naves que, por encargo del monarca hispano Carlos I, partieron el 20 de setiembre de 1519 de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hacia las denominadas Islas de las Especias, con una tripulación total de 239 hombres, 34 de ellos vascos (22 de Bizkaia, 9 de Gipuzkoa y 3 de Nafarroa). Después de un periplo de tres años, en el que no faltaron enfermedades, sublevaciones y combates con nativos –en uno de los cuales murió el propio Magallanes–, la nao Victoria fue la única que consiguió regresar a puerto, el 6 de setiembre de 1522, con solo 18 hombres a bordo.

Este desembarco de los supervivientes se escenifica cada cuatro años desde 1922. Este año, con motivo del 500 aniversario, el Ayuntamiento de la localidad ha organizado una representación especial, más actualizada y que incluye novedades como la presencia de tres personas que representarán a los tres indígenas de las islas Molucas que iban en el barco, o la mayor relevancia que se dará a la madre de Elkano. Para el desembarco, esta vez se utilizará la carabela portuguesa Vera Cruz.

Asimismo, este año la representación contará con la intervención de 36 getariarras, así como de personas de distintas partes del mundo que actualmente residen en la localidad guipuzcoana, como representantes de los continentes. El vestuario también incluye novedades, ya que una veintena de costureras voluntarias de Getaria han sido las encargadas de confeccionar los trajes que lucirá ese grupo de vecinos de la localidad. En total, serán 260 personas las que participarán en un evento que solo se podrá presenciar previa inscripción en la oficina de turismo.

Este puerto guipuzcoano contará también con la presencia del barco Juanita Larando, réplica de un patache del siglo XVIII propulsado a vela y remo que ha sido construido en la escuela de carpintería de ribera de Albaola y que está recorriendo toda la costa vasca con el objetivo de poner en valor el patrimonio marítimo vasco.

Además de Getaria, otras localidades celebrarán también el 500 aniversario de la vuelta al mundo de Elkano. Junto con Zarautz, citada anteriormente, Donostia ha organizado varios actos en el puerto durante la tarde del día 6, como las actuaciones de Kresala dantza taldea y del coro Easo a bordo del barco Aitona Julian III. En este puerto pudo visitarse el pasado mes de julio la réplica de la nao Victoria construida en 1991.

Bermeo ha organizado también una exposición y una feria para dar a conocer la expedición en la que tomaron parte siete vecinos del pueblo. Asimismo, el puerto de la localidad acoge este fin de semana el velero histórico Atyla, construido en la década de los ochenta con un diseño inspirado en los buques del siglo XVIII.

Por último, en Bilbo, la explanada del Itsasmuseum será escenario entre los días 9 y 11 de una recreación del Puerto medieval renacentista de Sevilla, organizada por la Asociación Vizcaína de Capitanes de la Marina Mercante. En dichas jornadas, se celebrarán diferentes actos que combinarán ocio con cultura popular y memoria histórica para revivir la llegada de la Victoria hace cinco siglos con 18 supervivientes.