Al menos 87 migrantes y refugiados han muerto en el hundimiento este jueves de una barcaza en la costa de Tartús, en Siria. Además, hay medio centenar de personas desaparecidas.
La agencia de noticias oficial del Líbano, ANN, ha confirmado que entre las víctimas hay siete ciudadanos libaneses y otros dos palestinos. Hay una veintena de supervivientes.
El pasado 23 de abril se hundió otra embarcación en la misma zona, un naufragio que se saldó con diez víctimas mortales.
Desde 2020, cuando se agravó la crisis económica desatada en el Líbano un año antes, se ha disparado la salida de embarcaciones que tratan de llegar a Chipre con el objetivo de alcanzar posteriormente otros países europeos.
Casi el 80% de los libaneses viven por debajo del umbral de la pobreza, mientras que cerca del 90% de la comunidad refugiada siria en el país sufren pobreza extrema y buena parte de ellos están afectados además por la inseguridad alimentaria, de acuerdo con datos de la ONU.