El jurado de los Nobel destaca que Annie Ernaux, autora de más de treinta obras, examina de manera consistente y desde diferentes ángulos «una vida marcada por fuertes disparidades en cuanto a género, idioma y clase».

Ernaux «cree en la fuerza liberadora de la escritura» y su obra «intransigente» está escrita en un lenguaje «sencillo» y «raspado hasta la limpieza», agrega la organización.

En su obra, la francesa «revela la agonía de la experiencia de clase» y describe emociones como «la vergüenza, la humillación, los celos o la incapacidad de ver quién eres», con lo que ha logrado «algo admirable y duradero», remacha la Academia Sueca.

Nacida en 1940 en Normandía, Ernaux hizo su debut literario en 1974 con ‘Les armoires vides’ (‘Los armarios vacío’, Cabaret Voltaire). Una primera novela que escribió a escondidas, sin decirle nada a su marido, ni a su propia madre, que vivía con ellos. Fue su cuarto título, ‘La place’ (1983) el que lanzó su carrera literaria.

Le siguieron obras que han sido editadas en castellano, como ‘El lugar’, ‘La mujer helada’, ‘La Vergüenza’ o ‘El uso de la foto’. En ‘La mujer helada’, precisamente, habla de su matrimonio y ese frío que sentía en su casa, porque en aquella época todavía a los hombres había que servirles y cocinarles. Las mujeres no tenían que trabajar.

Muy influenciada ppor Simone de Beauvoir, en una reciente entrevista de Ernaux insistía en no entender cómo podríamos no ser feministas en un mundo atravesado por la violencia masculina; y cómo podríamos no tener conciencia, atendiendo a nuestra propia experiencia, de la dominación de clase.

De hecho, la novela de Annie Ernaux bebe de experiencias autobiográficas y fusiona la ficción, la sociología y la historia para narrar historias de su familia o sucesos personales como su aborto o su cáncer de mama, y trasladarlos a una visión sociológica de su época. Es una especie de fusión entre la autobiografía literaria y el socioanálisis; un camino entre la literatura, la sociología y la historia.

Aunque dominaban las quinielas para el Nobel de Literatura el británico Salman Rushdie, la rusa Liudmila Ulítskaya y el francés Michel Houllebecq, el nombre de Ernaux, distinguida con el Premio de la Lengua Francesa en 2008, había sonado también en las conjeturas sobre el premiado de este año.