A las 2.23 horas (5.23 GMT), el vuelo AR1915 de Aerolíneas Argentinas que trasladaba a la selección, encabezada por el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, y el técnico de la albiceleste, Lionel Scaloni, ha aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires.

Minutos antes de las 3.00 horas (6.00 GMT), un exultante Messi con el trofeo de campeón del mundo en las manos junto al seleccionador y al dirigente de la AFA han descendido de la aeronave y, poco a poco, han ido bajando el resto de integrantes de la ‘Scaloneta’.

En medio de la polémica sobre si se reunirán en algún momento o no con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, el único representante del Ejecutivo a los pies del avión ha sido el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, quien ha estado acompañado del titular de Aerolíneas Argentinas, Pedro Ceriani.

Tras pisar una cinematográfica alfombra roja, han subido a un autobús descapotable con imágenes de los jugadores, las tres estrellas que desde ahora llevará la camiseta albiceleste y el rótulo «Campeones del mundo».

Decenas de miles de personas han abarrotado los tres kilómetros que separan el aeródromo del recinto deportivo de la AFA donde pernoctarán los jugador horas antes de trasladarse a Buenos Aires para celebrar el Mundial junto a la hinchada argentina.

Día festivo

El Gobierno de Argentina decretó que este martes sea día festivo laboral para recibir a la selección, confirmaron a EFE fuentes oficiales.

La medida fue dispuesta ante el aluvión de personas que se espera en Buenos Aires para recibir a la selección. Según lo previsto, el equipo capitaneado por Leo Messi protagonizará una caravana que, desde el mediodía (15.00 GMT) de este martes, unirá Ezeiza con el Obelisco, en pleno centro de Buenos Aires y epicentro de los festejos en el país suramericano.

Un recorrido urbano en autobús permitirá que la hinchada pueda ver a sus héroes, esos que les hicieron sufrir en los minutos finales del encuentro de este domingo antes de estallar en júbilo con el último penalti de la tanda, convertido por Gonzalo Montiel.

Banderas, cánticos, bailes y aullidos de satisfacción inundaron todo el territorio a modo de festejo por la hazaña que llevó adelante la ‘Scaloneta’ en Qatar, sumando su tercer título, tras los logrados en 1978 como anfitriones y en 1986 en México.