La tenista de Minsk, que ha conectado 17 saques directos, ha puesto el broche de oro a una gira australiana impecable, en la que ha conseguido el título en Adelaida y el primer ‘major’ de la temporada tras ceder solo un set en la final de este último torneo.

Una doble falta por parte de la bielorrusa ha inaugurado una final que se ha disputado bajo las nubes que cubrían una Rod Laver Arena con centenares de asientos vacíos en el anillo superior.

El partido ha seguido con el guion esperado, después de que cada una se apuntara tres saques directos en los tres primeros juegos de una primera manga con escasos intercambios largos.

Los fantasmas de un reciente pasado amargado por las dobles faltas se han asomado por la cabeza de una Sabalenka que ha dejado escapar el primer juego al servicio del partido. La primera manga ha caído del lado de la vigente campeona de Wimbledon.

El nerviosismo de Sabalenka se ha ido desvaneciendo conforme era capaz de utilizar su segundo saque para abrir la pista y empezar el punto con ventaja, y le ha robado un juego al saque a una Rybakina que comenzaba a pagar el desgaste físico.

La bielorrusa ha cerrado con un espectacular ‘ace’ con su segundo servicio un set que ha terminado con siete saques directos y tan sólo una doble falta, la cual contrastaba con las cinco del primer parcial.

El choque adquiría un aroma de momento decisivo y ambas tenistas fruncían el ceño en señal de concentración. Con el 3-3 en el tercer set, la nueva número dos mundial ha dado un paso al frente para conseguir una crucial rotura.

Florecieron los nervios de nuevo, del mismo modo que en el arranque del choque, y la campeona Sabalenka ha necesitado cuatro pelotas de partido para ganar el duelo por convertirse en la mejor pegadora del circuito, corroborado con sus 17 saques directos y 51 golpes ganadores.