Ion Salgado
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

El trabajo a pie de obra, un espacio vetado a las mujeres

La arquitecta Ane Alonso ha puesto de manifiesto la segregación vigente en la Construcción, donde la presencia de las mujeres no llega al 8%. Este porcentaje se reduce al 1% en el trabajo a pie de obra, llegando al cero en trabajos de soldadura o encofrado. Su trabajo ha sido premiado por Emakunde.

Ane Alonso junto a Miren Elgarresta en la sede de Emakunde.
Ane Alonso junto a Miren Elgarresta en la sede de Emakunde. (EMAKUNDE)

El sector de la Construcción emplea a más de 1,2 millones de personas en el Estado español. Menos de 100.000, apenas el 8%, son mujeres. En los trabajos a pie e obra el porcentaje se reduce al 1%. Y la ausencia es total en determinadas ocupaciones, como son la soldadura, la colación de parque o el trabajo del hormigón, que incluye a encofradores y ferrallistas.

Estos datos están recogidos en un informe titulado ‘La ausencia de las mujeres en el sector de la construcción en los trabajos a pie de obra’, elaborado por la arquitecta Ane Alonso, ganadora de la IX edición del certamen de publicaciones de trabajos e investigación convocado por Emakunde.

Alonso ha presentado este lunes su trabajo en la sede del Instituto Vasco de la Mujer, en una comparecencia en la que ha estado acompañada de la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, quien ha advertido de la persistencia de «roles y estereotipos que generan brechas importantes en destinos sectores, el agudo de manera extrema, como en el caso de los trabajos a pie de obra».

La autora del estudio ha entrevistado a diferentes mujeres, que trabajan como fontaneras, pintoras o carpinteras, así como en otras labores de albañilería, que desmontan algunos estereotipos relacionados con la construcción, como es el uso de una excesiva fuerza física.

«Sin embargo, en el imaginario colectivo sigue intocable la idea de que el trabajadores de pie de obra debe ser un tipo fuerte», ha censurado Alonso, que incidido también en la creencia de que el trabajo en la construcción es «sucio y ruidoso».

Esta idea, unida otro estereotipo que atribuye una mayor pulcritud a las mujeres, supone una mayor autoexigencia para las trabajadoras. Se acaba formando un «circulo vicioso» que incrementa la carga de trabajo para ellas, que tienen que romper otro cliché, como es la «percepción de que son mas miedosas» y van a tener «más reparos» a realizar ciertas actividades, como trabajar en altura.

Otro «handicap» está relacionado con el embarazo. «Es una cuestión de voluntad política encontrar las fórmulas para que la maternidad sea una derecho de cualquier sector. Lo que pasa es que como no hay mujeres en la Construcción, no es una demanda que este encima de la mesa y la ausencia de regulación genera un nuevo círculo», ha señalado la autora.

Además, existe un problema asociado a la falta de referentes en un sector marcado por la discriminación. «Sigue habiendo un rechazo y un cuestionamiento, se duda de que por el hecho de ser mujer vayan a realizar bien su trabajo», ha destacado tras incidir en que es necesario impulsar medidas para atraer a más mujeres un sector que presenta mejores condiciones que el sector servicios.

Diferencia salarial

A este respecto, ha hecho hincapié en que, mientras que en las trabajadoras del hogar perciben una renta de 13.500 euros, establecida por el SMI, un peón de la construcción en Bizkaia tiene un sueldo de más de 23.0000 euros al año, regulado por el convenio sectorial. Una diferencia del 70%.

«Si ese dato se pusiera sobre la mesa y se visibilizara, animaría a muchas mujeres a acercarse a las obras», ha apuntado, y ha reclamado la adopción de medidas por parte de las instituciones para acabar con la segregación, regulando las bajas por embarazo, estableciendo medidas destinadas a fomentar la contratación de mujeres o valorando positivamente al contratación pública de empresas que cuenten con trabajadoras en su plantilla.

A su juicio, estas medidas se deberían implementar con prontitud, ya que a la vista está que la desigualdad vigente en la construcción «no va a cambiar sola». «Hay que actuar en varias direcciones, hay que atraer el sector a las mujeres, y cambiar la mentalidad de los empleadores», ha añadido.

Ha incidido en que estos avances «repercutirán de forma positiva en una doble dirección. Por un lado las mueres se beneficiarán de acceder a un sector que ofrece empleo de calidad con buenas canciones económico-laborales, y a la vez el sector de la Construcción mejorará su imagen, dejando de ser el sector con mayor segregación, y aprovechará el talento y las capacidades de la mujeres, que son muy bunas profesionales».