Ion Salgado
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Euribor, un índice que pone en jaque a más de 200.000 familias en Hego Euskal Herria

Más de 200.000 familias en Hego Euskal Herria tienen una hipoteca variable, referenciada al Euribor. Un índice que no para de crecer, llegando a encarecer en 600 euros la cuota mensual. Existen recelos sobre las medidas adoptadas para hacer frente a una situación que podría ir a peor.

Protesta realizada el pasado mes de diciembre frente a una entidad bancaria para denunciar el riesgo de desahucio de dos familias en Galdakao.
Protesta realizada el pasado mes de diciembre frente a una entidad bancaria para denunciar el riesgo de desahucio de dos familias en Galdakao. (Aritz LOIOLA | FOKU)

El ‘efecto mariposa’ evidencia las graves consecuencias de cambiar unos números a la hora de hacer unas cuentas. En el caso de Edward Norton, que acuñó la teoría en los años 60, la omisión de unos decimales modificaba la previsión meteorológica. En el de las hipotecas variables, suscritas por miles de familias vascas, la subida de los tipos de interés supone un aumento considerable en la cuota hipotecaria, un incremento de hasta 600 euros. En estos casos unas décimas supone poder llegar a fin de mes.

Hace un año, en marzo de 2022, el Euribor, el índice que marca el tipo de interés promedio al que las principales entidades financieras europeas se prestan dinero entre sí, usado de referencia en hipotecas variables y mixtas, se situaba en el -0,237. Fue su último mes en negativo. Desde entonces ha ido escalando tímidamente hasta situarse en el 1,24 en verano, y se disparó hasta el 2,23 en septiembre.

Esta subida se debió al incremento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Fue la primera subida de tipos, del 0,5%, en once años. Una decisión adoptada para frenar una inflación que, en aquel entonces, se situaba en el 8,6% en los países de la Eurozona. La presidenta de la institución, Christine Lagarde, la misma que en diciembre de 2021 aseguró que la inflación había tocado techo tras alcanzar el 4,9%, alertó entonces del aumento de «las presiones sobre los precios». Dos meses después, el 8 de septiembre, el BCE volvió a subir los tipos en 0,75 puntos, y dejó claro que no iba a parar ahí. «De acuerdo con la valoración actual, durante las siguientes reuniones, el Consejo de Gobierno espera subir los tipos de interés más para suavizar la demanda y como protección contra el riesgo de un incremento persistente de las expectativas de inflación», señaló la entidad con sede en Fránkfurt, que en octubre elevó una vez más los tipos en 75 puntos básicos, hasta el 2%. La inflación rozaba el 10% y el Euribor estaba en el 2,62.

Las alarmas saltaron y el Gobierno español anunció en noviembre un acuerdo con los bancos para tratar de aliviar la situación de las familias vulnerables, con unos ingresos inferiores a los 25.200 euros anuales. Se estableció, vía decreto, un Código de Buenas Prácticas que prevé la aplicación de un periodo de carencia por cinco años, en los que solo se sufragan los intereses, lo que, a su vez, supone prolongar los pagos de la hipoteca. También se incluyen medidas para aquellas familias con una renta inferior a 29.400 euros anuales que tengan que hacer frente a una cuota hipotecaria superior al 30% de su renta y que hayan experimentado un incremento de esta carga hipotecaria de al menos el 20%. En estos casos, las entidades financieras deben ofrecer la posibilidad de congelar la cuota durante doce meses y un alargamiento del plazo del préstamo de hasta siete años. Asimismo, el plan recoge la eliminación temporal durante este curso de los gastos y comisiones aplicadas a la amortización del préstamo o al cambio de la hipoteca a tipo fijo. Una opción que no resulta sencilla. No en vano, el Euribor no para de crecer.

Nuevas subidas

Desde que se anunció el acuerdo, el BCE ha llevado a cabo dos subidas, de 50 puntos básicos cada una, en diciembre y en febrero, elevando la tasa de referencia al 3,5%. Y no se descarta un nuevo incremento en este mismo mes. El pasado jueves Lagarde reiteró que «es muy probable» que los tipos de interés suban otros 50 puntos básicos, y descartó cualquier bajada del precio del dinero antes de que la inflación se haya estabilizado en línea con la meta del 2%, algo que no espera suceda antes de 2025. «Los tipos de interés no volverán donde estaban hace unos años», apuntó en una entrevista concedida a Antena 3, advirtiendo de que la tasa no volverá al nivel negativo.

El indicador en el que se basan las hipotecas variables ha superado el 3,8% y el fijo se ha disparado. Según los datos del INE, el tipo de interés medio al inicio de las hipotecas constituidas a tipo fijo ha pasado del 2,79 en marzo de 2021 al 3,22 en diciembre de 2022. Cabe destacar que, a nivel estatal, el número de hipotecas firmadas a tipo variable se ha reducido durante los últimos diez años. En 2013 el 7,7% de las hipotecas suscritas eran a tipo fijo y el 92,3%, a variable. En 2022 el 68,5% eran a fijo, y el 31,5% a variable.

Analistas y entidades como Asufin auguran que el Euribor superará el 4% en verano, lo que pondría contra las cuerdas a muchas familias. Algunas han visto que la cuota se ha duplicado, llegando a pagar 7.000 euros. Y las asociaciones de consumidores advierten de que el Código de Buenas Prácticas «tiene su cara y su cruz», ya que algunas medidas suponen un encarecimiento de la hipoteca a largo plazo. Así lo indicó a finales del pasado curso EKA/ACUV, que describe en un dossier los trámites existentes para cambiar el tipo de hipoteca, de fijo a variable. Entre ellos figura la novación, cuya aceptación obligatoria por parte de la entidad bancaria está supeditada a la renta del cliente, la subrogación, o la contratación de una nueva hipoteca. Esta última opción es la más cara, ya que se deben asumir los costes de tasación, la comisión de apertura, y los gastos de cancelación registral.