El presidente de China, Xi Jinping, comienza el lunes una visita a Moscú en la que tiene especial relevancia el plan de paz que ha propuesto Pekín para poner fin a la guerra en Ucrania. Xi firmará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, varios acuerdos bilaterales y estudiarán la profundización de la cooperación estratégica –incluidos los proyectos de las Nuevas Rutas de la Seda y de la Unión Económica Euroasiática– en un contexto en el que ambos están siendo hostigados por sanciones y presiones occidentales.

Pero sobre la mesa están también las doce propuestas del plan de paz de China para Ucrania, en el que pide un alto el fuego de ambas partes y defiende la integridad territorial de todos los países.

«Será una visita de paz», avanzó el Ministerio chino de Exteriores, subrayando que Pekín «mantendrá su posición objetiva y justa sobre la crisis de Ucrania y desempeñará un papel constructivo».

China ha mantenido una postura ambigua con llamadas a la moderación y sin apoyar explícitamente la invasión, pero rechazando las sanciones a Rusia.

Ahora su «diplomacia tranquila» parece moverse con más decisión, como ya ha hecho en la mediación entre Irán y Arabia Saudí. Además de esta visita, el ministro de Exteriores, Qin Gang, habló con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, al que comunicó su intención de tener «un papel constructivo en la promoción de conversaciones de paz» y de una posible conversación entre el presidente ucraniano, Volodmir Zelenski y Xi Jinping, un encuentro en el que ya trabaja la oficina de Zelenski. Hasta ahora las propuestas chinas han sido desdeñadas por los socios occidentales de Kiev, que reiteran sus presiones para que se aleje de Moscú y, sobre todo, para que no le venda armas.

Ayer la UE advirtió a China de que encontrará una  «fuerte reacción» del bloque europeo ante cualquier ayuda militar a Moscú, tras informaciones que apuntaban que China habría suministrado material a Rusia que se puede usar en el contexto de la guerra. El medio digital Politico había informado del envío desde una empresa pública china de rifles y otros equipos como piezas de drones y chalecos antibalas que podrían utilizarse con fines militares.

Cazas de Polonia y Eslovaquia

Lo que llegará en breve serán los 17 cazas MiG-29 que han prometido Polonia y Eslovaquia a Ucrania. Aunque son equipos anticuados, la decisión ha provocado el enfado del Kremlin, que denuncia que supone otro ejemplo de la implicación directa de los países de la OTAN en el conflicto. Aunque no son los modernos  F-16 o F-35 estadounidenses que reclama Zelenski, dan el primer paso en otra escalada en el rearme de Kiev tras la entrega de tanques.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, aseguró que varios países discuten la posibilidad de secundar la decisión de polacos y eslovacos.

Erdogan abre la puerta a Finlandia

Por otro lado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dio luz verde ayer la entrada de Finlandia en la OTAN, presentando al Parlamento turco la ratificación de la solicitud de ingreso, una decisión que la separa de la candidatura sueca. Estocolmo y Helsinki pretendían incorporarse de manera conjunta, pero las exigencias de Erdogan para perseguir a activistas y refugiados kurdos mantienen el veto a Suecia.

«Suecia no ha tomado ninguna medida positiva con respecto a la lista de terroristas» lamentó Erdogan, en referencia a las más de 120 solicitudes de extradición realizadas por Ankara. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aplaudió la luz verde a Finlandia y restó importancia a que no se incorpore al mismo tiempo que su vecino nórdico, mientras EEUU instó a Ankara a levantar su veto.

La CPI ordena arrestar a Putin por la deportación de niños

La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, como presunto responsable de la deportación ilegal de niños ucranianos y su traslado a Rusia, lo que supone un crimen de guerra según el tratado de este tribunal, el Estatuto de Roma. También ordenó detener a María Lvova-Belova, comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, con la misma acusación.

La CPI considera que Putin podría ser responsable de «haber cometido los actos directamente, junto con otros o a través de otros», o de no haber controlado a sus subordinados. Aunque por lo general estas órdenes son secretas, publicó los nombres para «prevenir nuevos delitos» porque esta situación «supuestamente continúa». Moscú consideró legalmente nulas y «escandalosas» las órdenes de arresto, ya que Rusia no ha ratificado el Estatuto de Roma.