El sindicado ESK ha acusado a la Fundación Hazi de haber «promocionado y protegido» al ex número dos del PNV en Araba, Alfredo de Miguel, después de ser condenado por corrupción en 2019 por la Audiencia alavesa en una sentencia que el Supremo español ratificó en enero con una ligera rebaja de pena.

El responsable de ESK Patxi Nicolau y el trabajador de Hazi y exdelegado sindical de Eraldatzen-ESK Txemi Gutiérrez han denunciado este lunes que la política de promoción en esta fundación dependiente del Gobierno de Lakua «poco tiene que ver con la valía profesional y mucho con el lugar que se ocupe en el partido».

Gutiérrez ha relatado que dentro de Hazi el llamado «caso de Miguel» ha sido un «tabú» durante todos estos años –la investigación judicial se remonta a 2009– y que la única información con la que han contado los trabajadores la han obtenido a través de los medios de comunicación.

Ha precisado en este sentido que la dirección nunca ha hablado de este tema y que solo se ha referido a De Miguel cuando ha emitido el correspondiente anuncio interno para informar de las personas promocionadas.

Nicolau ha considerado que este tipo de casos «se tratan de silenciar de manera interna» y ha denunciado que De Miguel haya sido «promocionado y protegido, lo que es más grave», a pesar de que desde 2019 había una sentencia condenatoria en su contra, aunque no fuera firme.

«El pan nuestro de cada día en esta empresa es promocionar a gente vinculada al PNV», ha afirmado Nicolau, que cree además que lo ocurrido en Hazi «es la punta del iceberg» porque el partido jeltzale «ha tejido históricamente redes clientelares en las administraciones y empresas públicas».

Gutiérrez ha corroborado la existencia en la citada fundación de «un sistema clientelar que premia lealtades políticas» y ha acusado a los sucesivos comités de empresa de haber «admitido y avalado esta forma de funcionamiento».

De hecho, ha considerado que la exigencia de Eraldatzen-ESK de exigir procesos de selección y promoción «acordes con la legalidad, públicos y trasparentes» motivó una «presión constante» por parte de la dirección hacia los delegados de la plataforma sindical (que en un inicio era independiente) y derivó en «una caza de brujas que ha supuesto la imposibilidad de presentarse en las últimas elecciones sindicales».