Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Esporrín no era tan mala candidata, ojo con su dato de voto dual

Al coincidir elecciones autonómicas y municipales, existe en Nafarroa voto dual. Hay quien vota distinto al Ayuntamiento y al Parlamento. Este fenómeno será clave ahora que el PSN ha desvelado su carta de que se vota a sí mismo en los ayuntamientos. ¿Tendrá premio o castigo? 

Maite Esporrín, en la campaña de 2019.
Maite Esporrín, en la campaña de 2019. (Jagoba Manterola | Foku)

«Yo me voto a mí mismo. Si no me votáis a mí, que salga alcalde quien sea. A mí, que me registren». Este es el planteamiento con el que el PSN llega a las municipales. Lo hizo hace cuatro años, aunque pocos le creyeron entonces.

Esta vez, a nadie le pillará ya de improviso. Es la postura que dio la Alcaldía a Enrique Maya y que entregó otros consistorios a la derecha, como el de Barañain, Eguesibar, Burlata o Lizarra (hasta que la Agrupación Socialista de la Ciudad del Ega implosionó y llegó la moción de censura). 

El órdago solo le salió bien al PSN en Sartaguda, donde la derecha prefirió votar a su candidato que dejar gobernar otra legislatura a Paolo Albanese, de EH Bildu. 

Hasta la fecha, el PSN no registra un fenómeno muy acusado de voto dual. De los ayuntamientos de mayor importancia, donde más diferencia se registró en 2019 resultó ser Tafalla. Allá, Esther Iso recibió 1.153 votos, frente a las 1.400 papeletas con el nombre de María Chivite (un 17% menos).

En el caso de Iruñea, donde se ha producido el cambio más significativo de candidatos, Maite Esporrín obtuvo 17.417 votos, frente a los 18.160 de Chivite. Esto es, un 4% menos que la actual presidenta. El cambio de caras, Esporrín por Elma Saiz, tiene un potencial limitado, al menos desde este ángulo. 

En Lizarra el voto dual fue de 21 votos de diferencia, en Burlata cambiaron de papeleta siete personas, en Barañain tan solo tres. Todas estas diferencias fueron siempre en favor de Chivite. 

Pero, como se ha adelantado al principio, aquella vez pocos se creían que el PSN iba a dejarlo todo al albur de lo que decidan el resto de partidos. O le aceptan pulpo como animal de compañía, o me llevo el Scatergories. O la alcaldía para mí, o me da igual todo (que en la práctica es dar el ayuntamiento a la derecha, pues en la mayoría de localidades UPN apunta como fuerza mayoritaria). 

Habrá que mirar con lupa los datos que obtenga en las localidades ahora que los vecinos están sobre aviso. Igual no aceptan pulpo, sino que la jugada sale rana.