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China halla las ruinas de un centro donde Japón realizaba experimentos humanos

Expertos chinos han encontrado las ruinas de un centro subterráneo donde el Ejército japonés realizó experimentos humanos entre los años 30 y 40, durante su ocupación de China. Con la derrota en la II Guerra Mundial, Japón intentó destruir las instalaciones para eliminar las pruebas.

Tropas japonesas cerca de Pekín en 1937.
Tropas japonesas cerca de Pekín en 1937. (WIKIMEDIA COMMONS)

Arqueólogos chinos aseguran haber hallado los restos de un centro subterráneo en el que las fuerzas militares japonesas realizaron experimentos médicos con humanos durante su ocupación del noreste de China en los años 30 y 40 del pasado siglo.

Las instalaciones, situadas en la ciudad de Anda, en la nororiental provincia de Heilongjiang, eran el lugar usado más frecuentemente por la Unidad 731 del Ejército nipón, un programa secreto de investigación y desarrollo de armas biológicas que efectuó experimentos médicos con humanos vivos.

El hallazgo, plasmado en el último número de la revista arqueológica china ‘Northern Cultural Relics’, podría servir «para recabar nuevas pruebas de crímenes de guerra», según los investigadores.

«Es el legado de las atrocidades de la Unidad 731 y su impacto en los esfuerzos globales para prevenir la guerra con armas biológicas», han asegurado los expertos, pertenecientes al Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Heilongjiang. «Una excavación completa podría revelar más evidencias de los brutales experimentos humanos realizados por la Unidad 731», han indicado.

Durante su operación, el centro subterráneo fue uno de los lugares donde la Unidad 731 infectaba a algunos prisioneros con enfermedades y probaba nuevas armas biológicas. Algunos de los estudios habían de llevarse a cabo bajo tierra para contener y controlar la propagación de agentes patógenos hacia el exterior.

Los arqueólogos, que aún no han accedido al interior de las ruinas, comenzaron su investigación en 2019 utilizando varias técnicas como la prospección geofísica, la perforación y la excavación. El complejo subterráneo consta de túneles y cámaras interconectados con diversas funciones y propósitos.

En 1945, cuando la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial estaba cerca, las tropas niponas destruyeron las instalaciones con el objetivo de borrar pruebas de sus experimentos, han afirmado los expertos.

Durante la II Guerra Mundial, Japón invadió buena parte del territorio chino, donde cometió graves crímenes de guerra, tales como sistemáticas matanzas de civiles, experimentación con armas biológicas o uso de mujeres chinas como «esclavas sexuales» por parte de oficiales del Ejército nipón.