¿Cuando dejó la publicidad tenía claro que editando tebeos desde el subsuelo iba a pagar las facturas?

La deje porque llegó un momento en que pensé que estaba haciendo algo en contra de lo que sentía, y me devoraba. Mi opción inicial ere dedicarme solo a dibujar. Estuve publicando en ‘El Jueves’, en ‘TMEO’, ‘Mongolia’...  Lo de la edición fue sobrevenido, desde chaval siempre había publicado fanzines. Las facturas las pago con todo: con la edición, con el dibujo, de freelance con otros trabajos editoriales y de diseño… Si no, no da.

‘Primavera para Madrid’, de Magius, ganó el Premio Nacional español del Cómic. Para una editorial autodenomina underground, ¿es eso justicia poética? ¿Soñaba hace diez años con algo así?

Ni remotamente. De hecho, no tenía ningún plan incial más allá del de publicar cosas que estaban inéditas en castellano y que me parecían la hostia o autores más ‘temeistas’ como Mauro Entrialgo o Furillo. No podía entender cómo obras como ‘Cowboy Henk’ o la obra de Kaz permanecían inéditas. No tenía ninguna vocación especial, ni sentido de la continuidad; de hecho, sigo sin tenerlo. No hay ningún tipo de organización en todo esto (risas).

¿Cómo encaja un galardón tan mainstream en el catálogo de Autsider?

Con una obra que trata tan literalmente la corrupción política, lo más importante es que no tengamos que pasar las vacaciones en Bélgica, si lo entrega el Ministerio de Cultura es un aval para no tener un cristo gordo a nivel legal. También nos ha servido para que libreros y distribuidores nos tomen en serio: se publican cientos de novedades cada mes, un disparate, lo más complicado es que te hagan un hueco en las librerías.

Los que han leído muchos tebeos dicen que usted es la persona que mejor edita en el Estado, que lo que usted toca lo convierte en oro, literal en el caso de ‘Primavera para Madrid’ y esos acabados áureos.

Mas bien trato de mantener una línea editorial consistente y apostar por libros en los que creo. Hay un componente romántico ligado a lo que el formato puede aportar comunicativamente. Otro ejemplo reciente es ‘Ronson’, de César Sebastián. Intento que cada libro sea uno de esos que te dejan un poso y puedas recomendar y que, a la vez, formalmente tengan presencia en las librerías, algo fundamental para una editorial pequeña.

«Todo lo que publicamos no tiene una voluntad explicita de provocar o agredir, si no de contar una historia, de que la transgresión esté del lado de la narración»

También hay quien dice que el cómic underground, donde la cultura como el capital esta concentrada cada vez en menos manos, es el medio de expresión artística más libre y arriesgado.

El cómic, y también el ensayo o la narrativa subterránea, te permiten manejar uno discurso más contundente en la medida en que estás fuera del circuito mainstream. Parte de la polémica con películas, cómics, libros o canciones es porque, hoy en día, internaúticamente sobre todo, llegan a gente a la que no estaban destinadas; un chiste que te ha ofendido tanto quizá no tendría por qué haberte llegado nunca. El cómic tiene una parte de libertad que está muy ligada al componenete vocacional. Una certeza de que los ingresos de lo que produces van a ser discretos te lleva a hacer las cosas porque crees en ellas y no por seguir las tendencias y gustos del momento.

¿Qué tienen los tebeos en estos tiempos digitales tan cambiantes y volátiles para mantener el tipo?

Hay un auge de la novela gráfica y, por descontado, del manga. La novela gráfica ha demostrado que tiene la capacidad de contar historias como la mejor literatura, con el añadido comunicativo y emocional de la imagen. Hay dibujantes y guionistas brillantes. Por la suerte o por la desgracia de la premura del tiempo con la que vivimos, el cómic te permite disfrutar de una historia alucinante en unas pocas horas.

La incorrección política es marca de la casa. En tiempos donde se encarcela a raperos, ¿cuál es la fórmula para no acabar en el talego o con la mitad del catálogo secuestrado?

Es una pregunta que no me he hecho nunca. Puede haber un componente de inconsciencia, pero todo lo que publicamos no tiene una voluntad explicita de provocar o agredir sin más, si no de contar una historia, de que la transgresión esté del lado de la narración.

¿Qué es eso de Autsider División Sesuda?

Narrativa con un planteamiento similar al del cómic. No soy un lector de cómics omnívoro, tengo más interés por un determinado código cultural cercano a los márgenes culturales que por el cómic en sí.  Es lo que sucede con libros como los de Eduardo Bravo sobre el asunto UMMO o la Triple A; o con ‘Mear Sangre’, del exboxeador Dum Dum Pacheco, que es un libro descarnado, bestial, a veces horroroso. Un libro sin estilo literario, de escritura magnetofónica, pero un documento histórico con un magnetismo especial.

Para editar en Autsaider además de saber dibujar hay que…

Tiene que haber un punto de enamoramiento. Una sensación de que quiero formar parte de una obra, de que algo es tan bueno que quiero que la gente lo conozca. Que una obra plantee líneas argumentales, recursos visuales o narrativos con los que conecto de una manera especial. Pienso que si a mí me enamora una obra hay fuera tiene que haber más gente tan rara como yo con los que conecte.

«La novela gráfica ha demostrado que tiene la capacidad de contar historias como la mejor literatura, con el añadido comunicativo y emocional de la imagen»

También promulga con el ejemplo. Monta jornadas en las que enseña cómo montar su propia editorial. ¿No teme que la competencia le coma el pastel?

Lo único que vale la pena de haber hecho algo es compartirlo, y que a alguien le sirva para  mejorar lo presente y evitar las pifias que tú has hecho. Solo el que atesora un tipo de conocimiento y no lo comparte es una rata.  Se te va a acabar la fiesta un día u otro, es necesario que si el panorama cultural está más o menos mustio no dependa de que no haya gente haciendo cosas interesantes.

¿Pondrá a la División Sesuda de Autsider a investigar o, visto lo visto, ya tiene claro lo que sucederá en los próximos diez años?

No tengo ni idea. De momento hay un montón de libros nuevos. Magius está trabajando en varios libros a la vez. Uno sobre una Murcia independiente como si se tratara de una gran potencia, otro sobre el Black Metal. Adrian Bago está preparando una nueva obra de autoficción e Irene Marquez vuelve al humor negro. Preparamos una versión ‘Mear Sangre’ en cómic que están haciendo Jaime Infante con Javier Marquina. En el plano internacional estamos preparando una segunda parte de ‘Sangre Americana’ y un libro sobre cómic americano de los años 40 y 50 que trata el tema de la droga antes de la censura del Cómic Code y la llegada de los superhéroes y del discurso cómodo.  Mi sensación es la de mantener una especie de inercia y confiar en que con un poco de suerte salgan unos editores que hagan un trabajo parecido al de Autsider y que uno pueda echarse a un lado, aunque en el panorama editorial el secarral parece irse extendiendo.