
Mientras la brutal ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza entra en su duodécimo mes, los huthíes de Yemen lanzaban ayer un misil balístico contra Israel, causando varios heridos leves y provocando un incendio. Los huthíes aseguraron que su nuevo misil balístico supersónico logró eludir los sistemas de defensa aérea de Israel y alcanzó «con éxito» un sitio militar en Tel Aviv, provocando «un estado de miedo y pánico entre los israelíes» que «corrieron a los refugios por primera vez en la historia», sin especificar los daños causados.
El Ejército israelí señaló que los daños se limitaron a un «incendio en un espacio abierto», y añadió que las explosiones escuchadas fueron causadas por los misiles interceptores, pero no detalló si lograron interceptarlo.
El portavoz militar huthí, Yahya Sarea, en un comunicado, enmarcó esta acción en la quinta fase de la campaña militar de los huthíes contra Israel por su ofensiva contra Gaza y representa «la culminación de los esfuerzos por desarrollar tecnología de misiles para satisfacer los requisitos de la batalla y sus desafíos con el enemigo sionista».
Reiteró el éxito de la operación y su compromiso en seguir apoyando al pueblo palestino con más operaciones en el futuro de carácter más «cualitativo» en el primer aniversario del comienzo de esta guerra en la Franja de Gaza.
Ese apoyo llegó también desde Líbano con el lanzamiento por parte de Hizbulah de unos 40 cohetes contra suelo israelí y los ocupados Altos del Golán.
Hamas elogió el lanzamiento por los huthíes de un misil balístico contra Israel, y recordó que ese país «no disfrutará de seguridad» a menos que ponga fin a la guerra en Gaza.
El pasado 19 de julio, un dron disparado y reivindicado por los huthíes impactó contra un edificio de Tel Aviv y mató a una persona. La explosión se produjo sin que sonaran previamente las alarmas antiaéreas, algo que Israel justificó por el tipo de dron usado.
Como respuesta, al día siguiente Israel bombardeó el puerto yemení de Hodeida, matando a cinco personas e hiriendo a 90 más.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, envió ayer una nada velada amenaza. «(Los huthíes) Deberían saber, llegados a este punto, que tomamos duras represalias contra quienes intentan hacernos daño. Los que necesiten un recordatorio están invitados a visitar el puerto de Hodeida», señaló.
Además de estos ataques directos contra Israel, desde mediados de noviembre de 2023, los huthíes atacan en los mares Rojo y Arábigo barcos mercantes cuyo origen o destino sean puertos de Israel para ejercer presión económica contra el régimen sionista.
Alta capacidad de resistencia
Ayer, en entrevista con AFP, Osama Hamdan, alto responsable de Hamas, aseguró que su movimiento es capaz de mantener su lucha contra Israel, gracias a una «acumulación de experiencia y a la movilización de las nuevas generaciones». «La capacidad de la resistencia para continuar es alta, a pesar de los mártires y sacrificios», agregó.
Consideró insuficientes los esfuerzos de EEUU para alcanzar un acuerdo de alto el fuego en la Franja: «En lugar de ello, está intentando justificar que la parte israelí eluda cualquier compromiso».
Mientras, el Ejército israelí no ceja en su empeño de aniquilar a la población palestina en Gaza, ya sea con sus bombardeos, sus francotiradores o impidiendo su acceso a alimentos, agua y medicinas.
Ayer, al menos un palestino murió y seis resultaron heridos en un ataque contra un vehículo de distribución de agua cerca del campo de refugiados de Nuseirat, mientras aumenta el número de personas a las que el régimen sionista ha matado en el enclave: 41.206, según el último balance, aunque a esa cifra hay que sumar las alrededor de 10.000 que se calcula que siguen bajo los escombros.

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