
Prevista el viernes, la conexión del reactor nuclear de Flamanville a la red eléctrica francesa se completó finalmente este sábado, según ha indicado la compañía pública EDF.
Se trata de la primera incorporación al parque atómico galo en 25 años, una decisión no exenta de polémica, ya que acumula doce años de retraso y un sobrecoste de más de 6.000 millones.
Según un reciente informe del Tribual de Cuentas, el coste total supera los 19.000 millones de euros, seis veces superior a lo presupuestado inicialmente.
No obstante, pese a su alto coste, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha incidido en que se trata de «un gran momento para el país».
«Uno de los reactores nucleares más potentes del mundo acaba de ser conectado a la red eléctrica. Reindustrializar para producir una energía como pocas emisiones de carbono, esa es la ecología a la francesa», ha apuntado en redes sociales.
Macron, que antes de llegar al Elíseo apostaba por reducir el peso de la energía nuclear en el Estad francés, donde más del 70% de la electricidad tiene origen nuclear, ha cambiado de idea a lo largo de su mandato, impulsando la construcción de varios reactores.
De hecho, están en marcha ya los trámites para otros seis reactores del tipo EPR, de segunda generación. Según el calendario actual, comenzarían a construirse en 2027 y entrarían en servicio entre 2035 y 2037, con un coste previsto de cerca de 70.000 millones de euros, si no hay problemas.
Flamanville es ya el reactor más potente de los 57 que tiene el Estado francés, según EDF, con una potencia nominal de 1.600 MW, que irá entrando en funcionamiento de forma paulatina y que, cuando esté a pleno rendimiento, producirá entre el 2 y el 3% de la electricidad francesa de origen nuclear, capaz de alimentar a dos millones de hogares, según la eléctrica.

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