Macao fue históricamente, es y será el buen estudiante para Pekín
Macao acaba de conmemorar el 25º aniversario de su devolución formal a China por parte de Portugal, consolidándose como el «alumno aventajado» de Pekín, a pesar de los cambios legislativos que cuestionan el modelo de «un país, dos sistemas» y una menguante oposición de los defensores de los DDHH.

El pasado 20 de diciembre, el Gobierno de la Región Administrativa Especial de Macao celebró con grandes actos y festividades el 25º aniversario de su traspaso de poder a China, un evento que tuvo lugar dos años y medio después de que Gran Bretaña hiciera lo propio con Hong Kong, poniendo fin definitivamente a las colonias europeas en Asia.
Con estas ceremonias, Pekín reivindica el orgullo oficial por los logros económicos y sociales alcanzados en este cuarto de siglo, y busca consolidar la narrativa oficial del éxito del modelo «Un país, dos sistemas», en un contexto marcado por crecientes tensiones políticas y desafíos a las libertades individuales en China y en todo el continente asiático.
A pesar de que los portugueses llegaron a este rincón de China en el siglo XVI, Macao siempre ha sido una pequeña ciudad comercial que no logró captar la atención deseada, similar a un buen alumno que nunca causa problemas en clase; de hecho, los lusos nunca prestaron una gran atención a su colonia, en comparación con enclaves como Goa, Ceilán o Mumbai.
En 1557, Macao fue alquilado a Portugal por la dinastía Ming como puerto comercial a cambio del auxilio prestado por este país contra los ataques del pirata chino Cham-Si-Lao. El Imperio portugués administró la ciudad bajo la autoridad y soberanía china hasta 1887, cuando, mediante un acuerdo mutuo entre ambos países, Macao se convirtió oficialmente en una colonia. Actualmente, la Declaración Conjunta sobre la Cuestión de Macao y la Ley Fundamental de Macao establecen que la región operará con un alto grado de autonomía hasta al menos 2049, cincuenta años después de la transferencia.
Defensa y exteriores
Este marco concede al Consejo de Estado de la República Popular China la responsabilidad de la defensa militar y de los asuntos exteriores, mientras que Macao mantiene su propio sistema legal, fuerza de seguridad pública, sistema monetario (la pataca), política aduanera y política de inmigración.
Macao participa en organizaciones internacionales y eventos que no requieren que los miembros posean soberanía nacional, como por ejemplo en los Juegos de Asia, clasificatorios de campeonatos asiáticos o mundiales de los más diversos deportes, incluidos el fútbol o el tenis de mesa.
«Macao tiene un sistema jurídico continental, de base romano-germánica, heredado del sistema jurídico portugués», explica a GARA Sérgio de Almeida Correia, abogado y notario luso con una destacada trayectoria en esta excolonia, donde ha ejercido tanto en el ámbito público como privado desde la década de los 80 y muy sensible con las violaciones de los derechos humanos. «Este sistema fue luego adoptado por la Ley Básica debido a la Declaración Conjunta Portuguesa-China sobre el Futuro de Macao, de 1987, que definió los términos y el calendario de la transición de Macao a la administración china», asegura.
Según Correia, a diferencia de otras colonias portuguesa a lo largo de la historia, la cuestión de la soberanía de esta ciudad nunca se puso realmente sobre la mesa. «La región tuvo estatus jurídico-político propio hasta el 19/12/1999; la situación era diferente a la vivida en otros territorios coloniales lusos que obtuvieron su independencia después de la Revolución del 25 de abril de 1974. De hecho, la Constitución portuguesa de 1976 definió a Macao como un territorio chino bajo administración portuguesa», aclara el experto legal.
Macao fue el único enclave europeo en China durante muchos años, hasta 1842, al final de la Primera Guerra del Opio, cuando los británicos arerebataron la soberanía sobre Hong Kong y este pasó a ser el principal puerto comercial. Portugal suspendió el pago del alquiler a China, confirmando el poder luso en este puerto a pesar de no haberse producido nunca un traspaso de soberanía formal y, posteriormente, en 1851, las autoridades portuguesas anexionaron al territorio las dos islas próximas de Taipa y Coloane, triplicando la superficie de Macao.
A diferencia de Hong Kong, la población de la excolonia portuguesa es muy pequeña -pese a ser la región más densamente poblada del mundo- ya que no llega a los 650.000 habitantes y su población es prácticamente originaria de China continental. Las convulsiones políticas del siglo XX en China provocaron diversos movimientos migratorios hacia esta ciudad, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial -cuando Macao, gracias a la neutralidad portuguesa en el conflicto, se libró de la invasión japonesa que sufrieron China y Hong Kong- y tras la subida al poder del líder comunista Mao Zedong en 1949.
Pesimista
Uno de los tres políticos pro-democráticos de la Asamblea Legislativa de Macao que tuvieron que abandonar la Cámara en 2021 por no ser suficientemente patriotas, el profesor Au Kam San, explica a GARA que el hecho de que la mayoría de la población sea de origen chino hace que la situación social, económica y política en la excolonia portuguesa sea muy diferente a la de Hong Kong. «En 1997, cuando Hong Kong volvió a ser parte de la China continental y los británicos tuvieron que irse, los hongkoneses se sintieron muy tristes, pero cuando los portugueses tuvieron que irse en 1999, los macaenses se sintieron muy felices, incluso algunos de ellos se unieron al Ejército», cuenta..
Au Kam San, que había sido profesor, relata que actualmente los habitantes de Macao están bastante descontentos con la situación social, pero que ante la situación política y la reducción de los espacios para el debate, la sociedad civil ha mermado ostensiblemente. «En el pasado, la gente de Macao utilizaba los movimientos sociales para expresarse y el Gobierno interactuaba con la sociedad; entonces, cuando había alguna gran oposición, el Gobierno hacía ajustes. Ahora, la interacción del Gobierno es cada ves más escasa y la insatisfacción de los ciudadanos aumenta», afirma.
Respecto al futuro de la excolonia lusa, Au se muestra pesimista: «Gran Bretaña es un país muy fuerte y Portugal siempre ha sido relativamente débil; cuando algo sucede en Hong Kong, Londres constantemente expresará su malestar. Sin embargo, cuando algo sucede en Macao, los portugueses nunca expresan ninguna protesta». El exmiembro de la Asamblea Legislativa cree que la excolonia portuguesa, por sí sola, no puede liderar ningún cambio profundo. «Tenemos que confiar en el cambio en China continental: si China continental no cambia, entonces no habrá cambios en Macao», admite sin dudar.
Por su parte, el presidente de la Fundação Oriente y gobernador substituto de Macao entre 1986 y 1987, Carlos Monjardino, explicó en una entrevista reciente para la agencia de noticias portuguesa Lusa su inquietud por la aceleración del proceso de integración de la excolonia que está llevando a cabo China. «Durante los primeros tiempos, las cosas iban bien; es decir, de acuerdo con lo firmado entre Portugal y China. Hacia el final de este período, las cosas empezaron a cambiar un poco y empezó a haber un cierto deseo de acelerar el proceso de ‘reunificación’ -utilizando el término chino- en relación a Hong Kong -que ya está prácticamente [en vigor]-», aseguró Monjardino.
De todos modos, el exgobernador reconoce que esta aceleración se percibe menos en Macao que en Hong Kong «porqué nosotros (portugueses y macaenses) no nos manifestamos como Hong Kong» lo hizo en 2019.
«Siempre tenemos una posición que China acepta mejor que la posición de los británicos o del pueblo de Hong Kong. Siempre hemos sido ‘buenos estudiantes’ en medio de todo esto, lo que nos caracteriza, además, como país, como civilización», sostuvo. «Los chinos lo han reconocido, lo tienen en mente, por lo que tienen una conexión muy diferente con nosotros que la que tienen (con los británicos) en relación con Hong Kong», añadió Monjardino. El hecho es que «las cosas van mejor en Macao que en Hong Kong, no hay duda al respecto», concluyó.

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