Decenas de personas, incluidos al menos 17 niños, murieron quemados en la madrugada de ayer por ataques israelíes lanzados contra tiendas de campaña que albergaban a familias desplazadas en el norte y sur de la Franja de Gaza. Todos los cuerpos quedaron calcinados como consecuencia de los incendios que estallaron en las tiendas tras los bombardeos.
En el norte, el Ejército mató a seis miembros de una misma familia mientras dormían en su tienda de campaña en Beit Lahia.
El mismo escenario se produjo en el campamento de refugiados de Yabalia, donde las bombas israelíes mataron a siete miembros de una misma familia alojada también en una tienda de campaña.
En el sur, aviones israelíes volvieron a bombardear tiendas de campaña al oeste de Jan Yunis, en la zona de Mawasi establecida por el propio Ejército como «zona segura», causando la muerte de al menos otras diez personas.
Las imágenes difundidas por palestinos mostraban a varias personas intentando sofocar las enormes llamas y cubriendo algunos de los cuerpos, pero las tiendas de plástico y nylon arden fácilmente, y muchos niños fueron quemados vivos al no poder ser rescatados a tiempo.
Los cuerpos y los heridos con graves quemaduras en Jan Yunis fueron trasladados al hospital de Nasser, uno de los pocos que continúa funcionando y donde los medicamentos y medios para atender a los pacientes se están agotando tras 45 días de bloqueo total a la Franja. Con la mayoría de los edificios destruidos en todo el territorio, las tiendas de campaña levantadas entre las ruinas se han convertido en «hogares» para las familias gazatíes. Pero las matanzas de Israel los persiguen hasta estas tiendas precarias y desde que Israel reanudara los ataques masivos el pasado 18 de marzo, han aumentado los bombardeos, especialmente durante la noche.
El Ejército israelí mató también a otros seis gazatíes y dejó a varios heridos tras bombardear la escuela Ayubya en la que se refugiaban en el campo de refugiados de Yabalia.
El rescatista palestino Mahmud Basal relata que el miedo lo impregna todo. «La ocupación israelí reanudó la guerra con toda su fuerza, con toda su brutalidad (...) y el olor a restos humanos volvió». Aunque ha vivido varias ofensivas israelíes desde que se unió a la Dirección General de Defensa Civil en 2008 ninguna ha sido tan mortífera como esta y nunca ha sentido tanto miedo como en los bombardeos después del 18 de marzo.
A nivel psicológico, dice Basal, lo peor es la muerte de niños y más niños, «cuando tratas de ayudar a un niño bajo los escombros que grita, y escuchas su llanto, pero luego su voz se va apagando hasta desaparecer y muere».
En el último mes, el Ejército israelí ha matado a más de 500 menores de edad, lo que equivale a casi un tercio de los muertos en ese periodo.
PRESO MUERTO EN EL DÍA DE LOS PRISIONEROS PALESTINOS
Por otro lado, ayer, en el Día de los Prisioneros Palestinos, un joven de 20 años, detenido desde hacía casi un año por Israel y cuya puesta en libertad estaba prevista para dentro de tres días, murió hospitalizado a causa de las heridas sufridas en prisión. La víctima, Musab Hassan Adili, falleció en el Hospital Soroka, a donde fue trasladado herido, sin que Israel haya dado más explicaciones sobre su estado de salud.
Adili pasó la mayor parte de su cautiverio en la prisión israelí de Megido, aunque posteriormente fue trasladado a la de Sde Teiman, en el desierto del Négev, conocida por las torturas a los detenidos.
El maltrato a los prisioneros ha aumentado desde el 7 de octubre y con la muerte de Adili, el número de presos fallecidos y de cuyas identidades Israel ha informado, se eleva a al menos 64, de los que unos 40 fueron detenidos en Gaza.
Casi 10.000 palestinos prisioneros se encuentran retenidos por Israel, 400 de ellos niños, y 3.500 bajo «detención administrativa», es decir, sin juicio ni acusación conocida.
En Gaza, en 18 meses, Israel ha arrestado a más de 4.000 gazatíes, entre ellos mujeres, niños, sanitarios y trabajadores humanitarios, a quienes Israel niega atención médica así como las visitas de sus abogados o familias.
Las autoridades palestinas estiman que al menos 301 prisioneros palestinos han muerto en cárceles israelíes desde la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza en 1967.
Alrededor de un millón de palestinos, prácticamente el 20% de la población, ha pasado por el sistema penitenciario militar de Israel, lo que prácticamente afecta a cada familia palestina.
Abogados, asociaciones de presos y los propios prisioneros liberados han relatado las duras condiciones, torturas y violaciones a las que son sometidos, incluida la falta de un tratamiento adecuado de alimentos y salud.
Aunque en las dos treguas pactadas hasta ahora en Gaza, Israel ha liberado a cientos de presos, por cada liberado ha detenido a 15 más.
Cada año entre 500 y 700 menores, algunos de solo 12 años, son sometidos a tribunales militares. Israel es el único país del mundo que cuenta con un sistema de tribunales militares para niños, donde no se les permite la presencia de un abogado ni de sus familiares en los interrogatorios.

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