La «bukelización» de Noboa da un zarpazo al correísmo en Ecuador
La militarización de las calles, el estado de excepción y la mano dura contra la criminalidad contextualizan el triunfo de Daniel Noboa en Ecuador. Todo ello en un país sumido en la inseguridad y una crisis económica sin precedentes.

El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, podrá finalizar su mandato de cuatro años en 2029. En sus primeros 17 meses en el poder prometió, sin lograrlo, poner orden en un país que se ha convertido en el más inseguro de Latinoamérica.
El líder de la derechista Acción Democrática Nacional ha copiado el «modelo Bukele», que tantos éxitos ha dado al mandatario centroamericano, que en febrero de 2024 revalidó el poder. Noboa ha llenado de militares las calles, ha impuesto toques de queda en plena jornada electoral y ha prometido construir mega cárceles al estilo del CECOT en El Salvador.
Sin embargo, Ecuador triplica en población a El Salvador, por lo que el control de las calles no será tan sencillo. Noboa heredó un país en 2023 con una tasa de 46 homicidios por cada 100.000 habitantes, si bien en un año logró reducir esta tasa en siete puntos hasta situarla en 39.
Días antes de las elecciones, declaró el estado de emergencia en siete de las 24 provincias, así como en el distrito metropolitano de Quito, teniendo en cuenta que, en los dos primeros meses de este año, se registraron 1.500 homicidios.
Pese a estos elevados índices de violencia, muchos le han dado su apoyo al considerar que sus métodos para acabar con ella son los correctos. Cabe recordar que, durante su primer mandato, llegó a declarar en enero de 2024 la existencia de un conflicto armado interno para desplegar al Ejército declarando como «organizaciones terroristas» a varias pandillas.
Asimismo, otra de sus medidas polémicas fue autorizar una incursión policial y militar en la Embajada de México para capturar al exvicepresidente de Rafael Correa, Jorge Glas, condenado en un caso de corrupción.
Ello provocó una crisis diplomática con el Gobierno mexicano y un distanciamiento con los países vecinos, como Colombia, que condenaron esta acción y cuyos líderes decidieron no acudir a la Cumbre Iberoamericana celebrada en Ecuador.
Buena relación con Trump
Todas estas medidas no han impedido que el cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación hayan incursionado en Ecuador, cuyos puertos son un trampolín para el traslado de la droga proveniente de Perú y Colombia hacia EEUU.
La guerra abierta en las calles entre estos grupos de narcotráfico ha multiplicado los homicidios y la inseguridad dando alas a la «bukelización» de Noboa. Al igual que hiciera hace unos días Bukele, el presidente ecuatoriano visitó dos semanas antes de las elecciones al presidente estadounidense, Donald Trump, para solicitarle apoyo militar en esta lucha contra la inseguridad.
Previamente, Noboa anunció una «alianza estratégica» con la polémica empresa de seguridad privada de EEUU, Blackwater, cuyos mercenarios fueron acusados de matar a civiles en Irak. Además, el mandatario ecuatoriano espera recibir apoyo próximamente de ejércitos de EEUU, Europa o Brasil en su particular lucha contra el narcotráfico.
Noboa se ha erigido en una especie de «salvador» del país sudamericano en esta espiral de violencia convirtiéndose en el presidente más joven de Ecuador. A sus 37 años, pasó de ser un asambleísta que llegó a la política en 2021, a liderar a partir de 2023 un país que atraviesa una recesión económica y una crisis energética con múltiples apagones a consecuencia de la sequía.
La población ha dejado las riendas de un país, con un 28 por ciento de pobreza, en manos del hijo de uno de los hombres más ricos de Ecuador, Álvaro Noboa, quien fuera cinco veces candidato presidencial.
En 2023, Daniel Noboa tuvo la oportunidad de postularse a la Presidencia, después de que el entonces mandatario Guillermo Lasso disolviera el Parlamento y llamara a las urnas para evitar un juicio político tras ser acusado de malversación de fondos.
Esos comicios estuvieron teñidos de sangre tras el atentado mortal contra el candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien partía como favorito, allanando así el camino a Noboa, quien derrotó en segunda vuelta a Luisa González.
Ahora se ha repetido la historia dando el zarpazo definitivo al correísmo, con su líder a miles de kilómetros de distancia. Nada más proclamarse vencedor, aseguró que Ecuador «no quiere regresar al pasado», aunque su futuro sigue siendo incierto ante un posible incremento de medidas autoritarias.

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