
El primer ministro François Bayrou ha sido acusado por una comisión parlamentaria francesa de no actuar contra los abusos sexuales que se registraban en la escuela católica de Notre Dame de Betharram cuando era ministro de Educación.
El informe final de la comisión sobre las violencias físicas y abusos sexuales en los centros escolares franceses, creada por el caso de Betharram, se ha hecho público este miércoles después de tres meses de pesquisas y testimonios.
En el mismo, la comisión señala que el Estado francés ha sido negligente a la hora de proteger a los menores de posibles violencias en los centros escolares.
Y en particular señala a Bayrou por «falta de acción» en el caso concreto del internado de Notre Dame de Betharram, al que acudían niños de Ipar Euskal Herria y donde se estuvieron produciendo abusos físicos y sexuales durante décadas.
Es un caso que generó un grave escándalo muy poco después de que Bayrou asumiera el liderazgo del Gobierno en diciembre, a raíz de la publicación de testimonios de exalumnos que relataban abusos y palizas brutales, incluido uno de su propia hija, Hélène Parlant.
Además, su esposa Elisabeth Bayrou era profesora en esa época en el centro y, según otros antiguos docentes, que ya denunciaban los abusos desde 1994, ella estaba al tanto de la cultura de violenta disciplina que imperaba en el mismo.
Mientras, el ahora primer ministro ocupaba la cartera de Educación (1993-1997) y la comisión parlamentaria se instituyó en medio de acusaciones –que él siempre ha negado– de que ayudó a encubrir los abusos.
Cincuenta recomendaciones ante un «drama invisible»
En su informe final de más de 300 páginas, la comisión propone 50 recomendaciones para paliar las negligencias del Estado ante el drama «invisible», especialmente en las instituciones privadas, de la violencia en las escuelas.
«El caso de Betharram pone de relieve todas las características y disfunciones del Estado, ya sea en materia de prevención o de control», reza el texto.
Pero a pesar de las negligencias, el informe señala que no es posible determinar si hubo intervenciones de Bayrou para mantener la impunidad en casos como el del religioso Pierre Silviet-Carricart, acusado de violación.
El juez que había instruido ese caso afirmó que habló con Bayrou sobre ello y que este, que entonces también era el presidente del Consejo General del Departamento, estaba al corriente de las denuncias que se habían presentado por agresiones sexuales y físicas cometidas en Notre Dame de Betharram.
Según la comisión parlamentaria, el de Betharram es un caso que está lejos de ser único dentro de una lógica de utilizar la violencia como instrumento para, supuestamente, alcanzar la excelencia pedagógica.

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