Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA
Elkarrizketa
Hala Hanina
Activista social y política gazatí por los derechos de las mujeres

«Lo que vemos va más allá de la aniquilación: hay ‘familiacidios’ y genocidio reproductivo»

«El mundo ha fallado a los palestinos. La comunidad internacional ha permitido a Israel hacer cada vez mayores atrocidades», denuncia la gazatí Hala Hanina en entrevista con NAIZ. Pocos días antes de que empezara el genocidio había viajado a Gran Bretaña para estudiar. Toda su familia sigue en Gaza.

La gazatí Hala Hanina se ha convertido en un referente de la denuncia del genocidio desde la diáspora.
La gazatí Hala Hanina se ha convertido en un referente de la denuncia del genocidio desde la diáspora. (Cedida por Hala Hanina)

«En ningún otro conflicto se han cometido tantas atrocidades», afirmaba a GARA ya en diciembre de 2023 la gazatí Hala Hanina. Días antes de que comenzara el genocidio el 7 de octubre se había trasladado a Gran Bretaña para cursar un doctorado. Durante estos 22 meses se ha convertido en una activista referente en la denuncia de las masacres, bombardeos y hambruna. Su perfil en Instagram acumula 15.200 seguidores y 536 publicaciones.

En esta entrevista, realizada por teléfono hace escasos días, denuncia que «el mundo ha fallado a los palestinos», al tiempo que advierte que todas las líneas rojas que se están traspasando en Gaza se pueden repetir en otros sitios.

Toda su familia continúa en Gaza. En junio un primo suyo murió en uno de los puntos de distribución de la estadounidense Gaza Humanitarian Foundation (GHF).

«Para describir la situación actual –subraya–, como mínimo debemos emplear el término genocidio. Pero hacen falta más y más términos para describir, por ejemplo, las muertes masivas de niños, el sistemático feminicidio o la aniquilación de familias enteras. Podríamos hablar de familiacidios y de genocidio reproductivo porque Israel no solo está matando a personas vivas sino también a aquellos que podrían existir en un futuro».

Un bombardeó atacó y destruyó en diciembre de 2023 la principal clínica de fertilidad in vitro de la Franja, donde se almacenaban 4.000 embriones. Una comisión de investigación de la ONU estableció que se trató de un ataque «intencionado» y que «fue una medida dirigida a evitar los nacimientos de palestinos en Gaza, lo que es un acto genocida».

¿Se puede poner en palabras la hambruna, el genocidio?

No hay palabras suficientes para describir lo que está ocurriendo. Lo que estamos presenciando va más allá de la aniquilación. Además de bombardeos directos y masivos en los que miles de familias enteras han muerto, Israel está destruyendo todo lo que permite que un lugar sea habitable; las tierras agrícolas, los sistemas de saneamiento, las plantas de tratamiento del agua… y desde hace cuatro meses impide la entrada de ayuda humanitaria. Está provocando deliberadamente un escenario de hambruna e inanición. La gente en Gaza pasa, como mínimo, entre cinco y siete días sin nada para comer.

La mitad de la población de la Franja, cerca de un millón, son menores. De ellos, al menos 50.000 han quedado huérfanos. Están luchando por su propia supervivencia, buscando ellos mismos qué comer, sin ningún familiar que pueda cuidar de ellos. Esto no había pasado nunca antes y sienta un precedente.

Gaza tiene a nivel mundial el mayor porcentaje de personas amputadas. Muchas veces, estas personas amputadas son las únicas supervivientes de su familia, no tienen a nadie que cuide de ellas y, en esas condiciones, tienen que ir a los puntos establecidos por la llamada Gaza Humanitarian Foundation (GHF), que no son más que trampas mortales. Quienes salen en busca de la ayuda prometida regresan en bolsas como cadáveres.

 

«Al menos 50.000 niños han quedado huérfanos. Están luchando por su propia supervivencia, buscando ellos mismos qué comer, sin ningún familiar que pueda cuidar de ellos»

Hay cuerpos descomponiéndose bajo los edificios porque no hay manera de sacarlos a la superficie. Y se está descomponiendo el armamento que utiliza Israel, como el fósforo blanco, lo que está afectando a la salud de la gente y al medio ambiente.

Estamos viendo altos porcentajes de enfermedades infecciosas, enfermos crónicos se están muriendo por la falta de medicinas, de tratamientos y también de hambre. Solo en los últimos dos meses, 1.200 ancianos han fallecido debido a la malnutrición y a enfermedades crónicas que sufrían.  

Para describir la situación actual, como mínimo tenemos que emplear el término genocidio. Pero hacen falta más y más términos para describir, por ejemplo, las muertes masivas de niños, el sistemático feminicidio o la aniquilación de familias enteras. Podríamos hablar de familiacidios y de genocidio reproductivo porque Israel no solo está matando a personas vivas sino también a aquellos que podrían existir en un futuro.

En una publicación en Instagram se preguntó dónde están las feministas del mundo, por qué no denuncian el feminicidio en Gaza.

Los primeros en documentar cada hecho han sido los propios palestinos. Mujeres, hombres e incluso niños han sufrido violencia sexual y de género por parte del Ejército. Ex detenidos han dado su testimonio. Hasta los soldados israelíes han publicado en redes estos abusos. Hay, por tanto, suficientes evidencias sobre el terreno e informes de organizaciones internacionales.

En marzo pasado, Human Rights Watch denunció el uso sistemático de la violencia sexual, de género y reproductiva como un acto de genocidio. Pero, desafortunadamente, el mundo y las feministas permanecen en silencio. Es vergonzoso. En Gaza siempre trabajé a favor de los derechos de las mujeres y lo sigo haciendo. Vemos cómo reacciona el feminismo cuando muere una mujer como consecuencia del sistema patriarcal. Vimos las movilizaciones mundiales cuando mataron a Mahsa Amini en Irán. Pero cierran los ojos ante el sufrimiento de las mujeres palestinas porque están siendo masacradas por blancos, por una potencia colonial.

Muchas feministas occidentales influyentes claman estar a favor de los oprimidos y de las mujeres, pero en la práctica mantienen un silencio cómplice en cuanto al genocidio en Palestina. No les importa el sufrimiento si las mujeres oprimidas son de otro color o si el opresor no es un hombre de piel oscura.

En segundo lugar, lamentablemente, los medios occidentales siguen dando voz solo a mujeres o feministas blancas occidentales. No brindan espacios o plataformas a palestinas de dentro de Gaza, o a mujeres como yo, que estamos documentando todas las atrocidades que Israel viene cometiendo.

Es muy, muy decepcionante saber que vivimos en la era en la que se supone que se defienden los derechos de las mujeres o que la gente se preocupa por ellos y que, al mismo tiempo, todos estemos viendo en directo por televisión, en nuestros teléfonos, en nuestros portátiles, estos crímenes contra mujeres, hombres y niños.

 

«Israel no solo está matando a personas vivas sino también a aquellos que podrían existir en un futuro»

Por primera vez, hemos visto una violación a un detenido esposado y con los ojos vendados en el campo de detención de Sidi Timan. No lo vi únicamente yo. Todo el mundo lo pudo ver en uno de los canales israelíes. Y nada pasó. Lo violaron porque se saben impunes.

¿Cómo se siente frente a ese silencio como mujer gazatí?

Toda mi familia, amigos, las personas que quiero están en Gaza, donde durante más de diez años estuve trabajando a favor de los derechos de las mujeres y la decolonización. Ver cómo todo ese trabajo comunitario que, mujeres y hombres conjuntamente, estábamos construyendo se está haciendo añicos es duro e incomprensible.

Trabajando en Gaza, antes del genocidio, conocí a una mujer que como muchas otras palestinas había sufrido violencia doméstica. De víctima pasó a ser una superviviente y luego a ayudar a otras mujeres y chicas jóvenes en su misma situación. Aprendí muchísimo de ella. Era un símbolo en la lucha por la decolonización y los cambios sociales a los que aspirábamos, un ejemplo para todos nosotros y nosotras.

Hace pocos días, la GHF anunció un día para que solo las mujeres se acercaran a estos puntos. Ella fue a por comida para sus siete hijos. A su marido lo mataron hace unos meses. Fue porque estaba desesperada y porque no hay otra manera de lograr algo para comer. Estando allí, la mataron.

Hablé con una de sus hijas. Están destrozados. Se han quedado sin padre y madre. No tiene qué comer. ¡A esta heroína de la lucha por los derechos las mujeres y que luchó contra la violencia la han matado por buscar comida! Realmente, no puedo describir con palabras mis sentimientos.

Para que podamos empezar a nombrar nuestras emociones y sentimientos, hacer el duelo, hablar de todas las valiosas y maravillosas personas que han muerto y están muriendo... es necesario que cese toda esta violencia.

Lo más difícil para mí es estar fuera de Gaza. Israel ni siquiera nos permite ayudar a los nuestros con el envío de agua, comida... Lo único que puedo hacer es movilizarme a nivel político e intelectual y esperar que los líderes políticos y demás figuras con poder hagan algo.

Desde la diáspora tenemos que seguir movilizándonos, tejiendo lazos de solidaridad y no ser cómplices de este genocidio con nuestro silencio o ignorancia. No podemos normalizarlo.

 

«¡A esta heroína de la lucha por los derechos las mujeres y que luchó contra la violencia la han matado por buscar comida! »

 

Me permito preguntarle cómo está su familia en Gaza.

No suelo hablar de sus circunstancias personales. Pero le voy a dar un par de detalles de cómo están. Todo el mundo en Gaza está pasando hambre, aunque quienes estamos fuera tratemos de enviarles dinero. Pero aunque lo tengan, no hay nada qué comprar.

El 12 de junio, mi primo, un joven maravilloso, fue a uno de ellos para conseguir un saco de harina para sus hermanos y hermanas huérfanos. Fue alcanzado por un dron. La parte trasera de su cabeza explotó. Fue devuelto a su familia en una bolsa blanca. Lo asesinaron por querer alimentar a su familia. Y yo no pude hacer nada, ni siquiera he podido enviarles comida.

 

«Si la comunidad internacional no hubiera permitido agresiones previas israelíes como las de 2023, 2014, 2008 o incluso la Nakba de 1948, no hubiéramos llegado a este nivel»


Después de que ocurriera eso, otro primo fue a uno de esos puntos. Logró hacerse con uno de esos sacos, pero cuando se alejaba del lugar le dispararon en una pierna. No podía dejarlo tirado porque es la única forma que tienen para sobrevivir. Así que durante seis horas lo arrastró bajo el sol con su pierna ensangrentada hasta que pudo llegar a un hospital donde se desplomó sobre el saco. Pero lo logró.

Es muy, muy duro recibir este tipo de noticias y ver que tus seres queridos, tu gente, no solo está sufriendo un genocidio sino una hambruna planificada. Es horrible y repugnante el mundo en el que vivimos.

¿Cómo hemos llegado a este punto?

Todo lo que Israel está haciendo ahora a gran escala ya lo había puesto en práctica antes, pero estaba esperando un clima mundial propicio para hacerlo masivamente. La comunidad internacional le ha permitido hacer cada vez mayores atrocidades.

Un ejemplo de ello es el bombardeo contra el hospital Baptista al-Ahli del 17 de octubre de 2023 en el que murieron unas 500 personas. La mayoría eran pacientes, niños que estaban allí con sus familias.

Todos vimos las imágenes de la rueda de prensa que ofrecieron los médicos rodeados por una pila de cadáveres y de bebés envueltos en sábanas blancas.

Pero el genocidio no se detuvo e Israel siguió bombardeando hospitales, vandalizando los cuerpos de pacientes, médicos... enterrándolos en fosas comunes. El mundo no hizo nada.

Tampoco lo hizo cuando vimos las imágenes de detenidos con los ojos vendados y desnudos en campos de detención al aire libre. Muchos de ellos sufrieron abusos sexuales. Todos hemos sido testigos de las las masacres y nada pasa. El mundo ha fallado a los palestinos, deshumanizándonos.

Si la comunidad internacional no hubiera permitido agresiones previas israelíes como las de 2023, 2014, 2008 o incluso la Nakba de 1948, no hubiéramos llegado a este nivel. Israel ha ido escalando su nivel de atrocidades hasta llegar a la actual hambruna, algo planificado. Jamás había visto algo igual.

En cualquier otro conflicto, la gente puede moverse de una ciudad a otra y recibir ayuda, aunque sea mínima. Pero en Gaza no. Están sitiados, Israel controla cada movimiento. Nos ha prohibido incluso pescar,  ni siquiera te puedes bañar o intentar pescar algo para comer.  Todo lo que la comunidad internacional está permitiendo que ocurra en Palestina, puede repetirse en  otros muchos sitios. Ha pasado en Siria, Líbano, Irán...