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Las dilaciones oficiales afectan ahora a malienses en Gasteiz, abocados a dormir en la calle

Como ha ocurrido durante dos meses en Donostia, un grupo cada vez más numeroso de refugiados malienses se ve ahora abocado a dormir en la calle en Gasteiz, debido a la falta de respuesta de la Subdelegación del Gobierno español a sus demandas de asilo.

Algunos de los jóvenes malienses que dormían en la calle en Amara Berri, ahora en Arantzazu.
Algunos de los jóvenes malienses que dormían en la calle en Amara Berri, ahora en Arantzazu. (Gorka Rubio | Foku)

Decenas de refugiados malienses, casi todos jóvenes, esperan en las calles de Gasteiz a que la Subdelegación del Gobierno español les dé cita para tramitar solicitudes de asilo. Se trata de una situación idéntica a la producida en Donostia durante dos largos meses, en que unas 50 personas han dormido en las calles del barrio de Amara Berri, siendo asistidas básicamente por sus vecinos, hasta que las instituciones han tomado cartas en el asunto y les han facilitado albergue provisional en Arantzazu.

Al igual también que ocurrió en Donostia, estos jóvenes están instalándose en las cercanías de la sede de Zehar Errefuxiatuekin, la ONG que intenta auxiliarles en estos trámites. Las oficinas se ubican en calle Ferrocarril y los malienses pasan el día cerca de la iglesia de San Cristóbal.

Después de días esperando en la comisaría de la Policía española de Betoño, este miércoles han conseguido las primeras nueve citas, aunque la más cercana es para el dos de septiembre.

En Donostia se denunció que la oficina gubernamental solo atendía telefónicamente durante dos horas y un tope de quince llamadas, lo que genera esperas larguísimas, de semanas o incluso meses.

Estos malienses huyen del enfrentamiento armado producido en su país y también de circunstancias como la crisis en la agricultura local por el cambio climático. Esto está generando un exilio masivo.

En su mayoría tienen como objetivo llegar al Estado francés, puesto que es la lengua que dominan, pero han sido rechazados en la frontera o devueltos desde allí tras ser detenidos, por lo que han acabado en Hego Euskal Herria.

El Gobierno de Lakua, por su parte, ha solicitado a Madrid que agilice la derivación de los solicitantes de asilo malienses que se encuentran en Euskadi a los centros de atención destinados a estos colectivos que existen en las comunidades autónomas, porque en ellos existen «plazas libres».

Fuentes del Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico han explicado que esta solicitud ha sido planteada al Gobierno español dado que, en la actualidad, Lakua carece de competencias en esta materia.

Por otra parte, la consejera de Bienestar, Nerea Melgosa, mantuvo el martes una conversación telefónica con el ministro español del Interior, Fernando Grande Marlaska, para que se agilicen las citas para tramitar las peticiones de asilo, ya que en la actualidad se otorgan a un ritmo «muy lento», lo que «ralentiza» el proceso.

Desde el Lakua se ha destacado que mantiene reuniones diarias con las diputaciones forales y los ayuntamientos para analizar la situación.

«Lo más rápido posible»

Según han explicado este miércoles fuentes de la Delegación del Gobierno español en la CAV, se desconoce el número exacto de personas que se encuentran en esta situación, dado que la cifra varía porque aunque se van concediendo citas a algunas de estas personas, también «llegan otras».

Desde la Delegación se ha informado de que «se les va dando citas lo más rápidamente posible» y que, de esa forma, «entran en el circuito de acogimiento». Las mismas fuentes han explicado que «se está tratando de agilizar las citas» ante la llegada de malienses que se está produciendo en las últimas semanas.

Atención del Ayuntamiento

Por su parte, el Ayuntamiento de Gasteiz ha indicado que les ofrece atención social, así como ha informado que «el equipo de educadoras de calle les visita, acompaña y asesora».

Según han trasladado fuentes municipales, desde que se supo de su presencia en la ciudad, el Consistorio está trabajando en coordinación con la Subdelegación del Gobierno español, Zehar-Errefuxiatuekin y la Asociación de Malienses «por tratarse de personas solicitantes de protección internacional».

Asimismo, el Ayuntamiento ha explicado que también hay coordinación con Lakua y los ayuntamientos de Donostia y Bilbo.

En Amara Berri, Donostia, se logró una convivencia modélica entre estos malienses y los vecinos donostiarras, por encima de su delicada situación. Incluso acabaron celebrando fiestas juntos. La solución adoptada por Ayuntamiento de Donostia y Diputación de Gipuzkoa con el traslado a Oñati fue considerada satisfactoria por unos y otros, aunque no soluciona el problema de fondo, que según remarcan estas dos instituciones sigue estando en la falta de agilidad del Ejecutivo español.