
Sin sorpresas en la Asamblea Nacional francesa. El primer ministro, François Bayrou, acudía con pocas esperanzas de sacar adelante la moción de confianza que había presentado tras el rechazo a las medidas de recortes sociales para hacer frente a la deuda. Y se ha confirmado lo esperado. 364 diputados han votado en contra de Bayrou y solo le han apoyado 194. Un resultado contundente. Es el cuarto primer ministro obligado a dejar su cargo desde enero de 2024, tras Elisabeth Borne, Gabriel Attal y Michel Barnier. Es, además, el primer primer ministro que pierde una moción de confianza en la V República, instaurada en 1958. Llevaba nueve meses en Matignon.
A partir de ahora, Bayrou deja de ser el primer ministro. El presidente de la República, Emmanuel Macro, ha anunciado, mediante un comunicado del Elíseo, que nombrará a su sustituto «en los próximos días», rechazando de este modo la convocatoria de elecciones legislativas que le han exigido hoy desde la Asamblea. El sustituto de Bayrou, como el bearnés, no tendrá mayoría en el Parlamento para sacar adelante sus medidas. No se soluciona la crisis, se alarga.
Este miércoles hay convocada una movilización que pretende paralizar el Estado francés para denunciar los recortes de Bayrou. Se trata de un movimiento surgido de las redes sociales con el lema ‘Bloquons tous (Bloqueemos todo)’ y que tiene un importante apoyo sindical.
Bayrou ha sido ampuloso en su discurso y ha proclamado que sus recortes respondían a «una necesidad histórica». Ha señalado que «muchos pensarán que es algo que no es razonable, que es muy arriesgado, pero el mayor riesgo es dejar las cosas como están, sin que cambie nada, seguir con la misma política».
Bayrou, cuyo discurso de 45 minutos de duración ha sido interrumpido en varias ocasiones por los diputados del Palais Bourbon, ha insistido en la necesidad de hacer frente a la deuda, que está poniendo en cuestión «nuestro estado, nuestra independencia, nuestros servicios públicos, nuestro modelo social».
«Esta no es una cuestión política, sino histórica. No afecta a los partidos, sino al pueblo y a la nación. Afecta a los niños y al futuro que les dejaremos. No están en juego las próximas elecciones, sino las próximas generaciones», ha manifestado.
«La sumisión a la deuda es como la sumisión militar»
Para ello, ha insistido en la necesidad de aplicar una serie de recortes en cuestiones sociales al mismo tiempo que se incrementa el gasto militar. «Desde que el mundo es mundo, Francia lo ha defendido. Somos los defensores de un bloque de valores amenazados. Pero la sumisión a la deuda es como la sumisión militar, tenemos que reencontrar el camino a la libertad», ha proclamado.
Ha denunciado que las fuerzas que se oponen a sus medidas «siguen cerrando los ojos a la realidad», que se caracteriza por «sufrir una hemorragia silenciosa, subterránea e invisible. Pero el barco sigue flotando. Ahora es el momento de tomar medidas, hay que actuar sin retraso, mediante la movilización de todos».
«Tienen el poder de hacer caer al Gobierno, pero no se enfrentan a los verdaderos desafíos reales», ha destacado Bayrou, subrayando que quienes se oponen a sus medidas «son fuerzas incompatibles entre sí».
Bayrou, que ha reconocido que su plan requiere de «esfuerzos moderados», aspira a que el Estado francés reduzca el nivel del déficit público al 3% en 2029, «el umbral a partir del cual la deuda ya no aumenta» y, entonces, el país puede aprovechar todo su potencial. El Estado francés es a sus ojos «una magnífica catedral que hay que reconstruir para un pueblo que lo merece».
El primer ministro ha cargado contra las ideas que ven en los migrantes extranjeros «la causa de todo» o las que se limitan a decir que «son los ricos quienes deben pagar», en alusiones veladas a los dos extremos del espectro político.
Ha admitido no obstante la necesidad de una «optimización fiscal» que haga «que las rentas y los patrimonios muy altos participen específicamente en el esfuerzo nacional» y ha abierto la puerta a reducir la Ayuda Médica del Estado (AME) a migrantes, tal como le han solicitado en estos últimos días la izquierda y la ultraderecha, respectivamente.
PS: «Falsas promesas, verdaderas traiciones»
El portavoz del PS, Boris Vallaud, ha acusado a Bayrou de protagonizar «maniobras dilatorias, falsas promesas y verdaderas traiciones» durante su paso por Matignon y ha destacado que su partido está dispuesto a gobernar con fuerzas de izquierda y ecologistas.
En este sentido, ha recordado que «fue la izquierda la que se impuso en las pasadas elecciones y estaba en condiciones de gobernar» y ha culpado al presidente de la República, Emmanuel Macron, de generar la situación actual.
«Estamos dispuestos a gobernar, el que quiera que nos venga a buscar», ha proclamado Vallaud.
Vallaud ha subrayado que desde que Macron llegó al Elíseo en 2017 «la deuda ha aumentado como nunca», con un billón de euros adicional, hasta los 3,45 billones actualmente.
Frente a los planes presupuestarios de Bayrou, que a su juicio añadirían «crisis a la crisis», ha señalado que el PS propone «otro camino» que supone también «reducir el déficit y la deuda pero con otra sensibilidad social».
Laurent Wauquiez, de la derecha republicana, ha personificado en Jean-Luc Mélénchon, y sus «aspiraciones para hacer la Revolución» los males que sufre el Estado francés. «La extrema izquierda es el mayor peligro para la República y la derecha republicana seremos la barrera para impedir que haya ministros de La France Insoumise o que se apliquen las políticas del Nuevo Frente Popular».
Le Pen pide elecciones legislativas
La líder ultraderechista Marine Le Pen, que ha confirmado su voto contrario a la moción de confianza, ha calificado la sesión parlamentaria de hoy de «espectáculo despreciable» y ha señalado que el panorama presentado por Bayrou es «la consecuencia de cinco décadas de gasto excesivo y un desastre para los franceses de hoy y para la nación de mañana».
«El sistema se hunde y la izquierda y la derecha son culpables. No pueden llorar en la Cámara las consecuencias de la política que han aplicado», ha añadido Le Pen, que ha calificado al Gobierno de «irresponsable» y ha elevado el punto de mira destacando que «el gobierno que nombre no podrá sacar adelante los presupuestos», por lo que la crisis parlamentaria persistirá.
Ha reclamado la disolución de la Asamblea y la convocatoria de nuevas elecciones. «Macron no tiene interés, pero un presidente tiene que actuar por deber y por el interés del país, no por su interés personal». Ante la previsible negativa de Macron de convocar elecciones legislativas, Le Pen se ha mercado como objetivo las próximas presidenciales.
Gabriel Attal, del macronista Renaissance, ha reclamado «un acuerdo de las fuerzas republicanas, un acuerdo de interés general, para que los próximos 18 meses sean útiles».
Panot (LFI): «Alivio para millones de franceses»
Para Mathilde Panot, portavoz del grupo de La France Insoumise (LFI), la jornada de hoy supone «un día de alivio para millones de franceses», que verán como termina el Gobierno de Bayrou, al que ha acusado de trabajar a favor de «una oligarquía rapaz».
«Amenaza con la austeridad o el caso, como han hecho en ocasiones anteriores. Bayrou es impopular y odiado. El macronismo solo gobierna con el miedo», ha añadido.
La portavoz de LFI, que ha sido la única que ha denunciado el genocidio sionista en Palestina, se ha mostrado orgullosa de que su grupo no ha aprobado ni un solo presupuesto con premisas antisociales y ha denunciado que la deuda ha aumentado un billón de euros por las ayudas bancarias. «Sufrimos un capitalismo financiero», ha advertido.
En este sentido, ha señalado que la propuesta de Bayrou de que trabajar días festivos equivale al impuesto a las grandes fortunas eliminado por su gobierno.
«Quienes quieren salvar al soldado Macron, caerán con él», ha advertido.

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