
Pablo Ibar, condenado por un triple homicidio cometido en 1994 en Florida, se ha mostrado «optimista» y ha dicho que «tiene fe» en que el juez reconocerá su inocencia tras la aparición de un testigo que ha identificado a dos personas como presuntos autores reales del crimen.
La Asociación ‘Pablo Ibar-Juicio Justo’ ha hecho públicas este lunes las primeras valoraciones del preso de origen vasco tras la novedad en el caso, que se conoció el pasado junio.
Ese mes se cumplieron 31 años del homicidio del dueño de un club nocturno y de dos modelos en Miramar, hechos por los que Ibar fue condenado y de los que siempre se ha declarado inocente, y por los que ha estado dieciséis años en el corredor de la muerte.
Estas últimas declaraciones de Ibar las ha transmitido en un vídeo su actual abogado, Daniel Tibbitt, quien recuerda que, tras la aparición de este testigo, ha solicitado la reapertura y revisión del caso.
La defensa ha sustentado su reclamación en dos mociones que el juez ha rechazado inicialmente por una cuestión formal. En una de ellas, el abogado daba cuenta de las nuevas pruebas que exculparían a Ibar de los crímenes y, en una segunda, se indicaba que este había tenido una «asistencia letrada ineficaz» en el último juicio.
El juez ha aceptado las alegaciones de la Fiscalía y ha determinado que las dos mociones deben agruparse en una sola, por lo que la defensa deberá rehacer su escrito, lo que alargará el procedimiento.
Obtención de fondos
El abogado de Ibar, quien cumple pena de cadena perpetua, ha asegurado que está muy agradecido por el apoyo que recibe y, en este sentido, la asociación ha intensificado en las últimas semanas la campaña de obtención de fondos con los que afrontar los costes judiciales.
Ha dado a conocer que el coste del último juicio superó el millón de dólares, una suma que se sufragó por las aportaciones de instituciones públicas, entidades privadas y la ciudadanía.
Pablo Ibar, de 52 años, casado, padre de dos hijos y sobrino del boxeador José Manuel Ibar ‘Urtain’, permanece encarcelado desde 1994.
En el año 2000 fue condenado a muerte en un segundo juicio (el primero fue nulo al no llegar el jurado a un acuerdo) y pasó 16 años en el corredor de la muerte hasta que en 2016 el Tribunal Supremo de Florida revocó la sentencia al entender que las pruebas en su contra eran «escasas» y «débiles».
Ibar continuó en la cárcel, aunque ya fuera del corredor de la muerte, y tuvo otro juicio en 2019, en el que el jurado volvió a considerarle culpable y le condenó a cadena perpetua.

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