
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha anunciado la suspensión hasta 2028 de la reforma de las pensiones aprobada en 2023, que era la condición innegociable del Partido Socialista (PS) para no respaldar una moción de censura a su segundo Gobierno.
«Propondré al Parlamento este otoño que suspendamos la reforma de las pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se aumentará la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028, como solicitó específicamente ayer la CFDT (el principal sindicato francés)», ha remarcado Lecornu en su discurso de política general ante la Asamblea Nacional.
Esa suspensión significa que el progresivo aumento de la edad mínima de jubilación se quedará congelado en la situación actual, de 62 años y nueve meses, hasta enero de 2028, cuando pueda tomar nuevas decisiones el presidente que sea elegido en la primavera de 2027.
También se congelará el periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa (42 años y medio), que debía subir hasta los 43 años con la reforma de 2023.
Ahora bien, el primer ministro macronista ha advertido que «suspender por suspender no tiene ningún sentido», por lo que esta decisión deberá ser «compensada», ya que tendrá un coste para las arcas públicas «de 400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027».
«Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, deberá ser compensada financieramente, incluso mediante medidas de reducción de gastos», ha explicado, con el objetivo de evitar «un déficit mayor» y «poner en peligro la credibilidad de nuestro país, y más aún de todo nuestro sistema de pensiones».
Conferencia antes de las presidenciales
Lecornu ha propuesto, por tanto, organizar una conferencia sobre pensiones y mercado laboral, de acuerdo con los interlocutores sociales, «antes de las elecciones presidenciales». Si esta conferencia llega a conclusiones, el Gobierno transpondrá el acuerdo a la legislación y el Parlamento decidirá. De lo contrario, ha señalado, corresponderá a los candidatos presidenciales presentar sus propuestas.
El primer ministro también ha anunciado que su Gobierno, que ha descrito como de «renovación», no recurrirá al artículo 49.3 de la Constitución para sacar adelante leyes por decreto, como sí hicieron sus predecesores, y se ha mostrado dispuesto a «compartir el poder con el Parlamento. «Vosotros votaréis, vosotros decidiréis», ha interpelado a los diputados.
El PS había exigido al nuevo Gobierno que suspendiese la aplicación de la reforma de las pensiones de 2023. Sus votos son imprescindibles para no salgan adelante las mociones de censura presentadas por la izquierda de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon y la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, que se debatirán y votarán este jueves.
Contribución excepcional de los ricos
Por otro lado, Lecornu ha avanzado que va a plantear «la creación de una contribución excepcional a los ricos, que proponemos destinar a financiar futuras inversiones que afecten a nuestra soberanía», aunque sin adoptar como propia la llamada ‘tasa Zucman’ que reclama la izquierda, y que gravaría con un 2% los patrimonios superiores a 100 millones de euros.
El primer ministro ha apuntado además que propondrá aumentos de impuestos «específicos y excepcionales» para ciertas empresas muy grandes, mientras que llevará a cabo rebajas impositivas para distribuir mejor la carga entre los contribuyentes y mantener el control sobre las contribuciones obligatorias, «que ya son muy elevadas, para financiar nuestro modelo de redistribución en beneficio de los más pobres».
Última oportunidad
Horas antes, la nueva portavoz del Ejecutivo galo, Maud Bregeon, había advertido que el presidente Macron convocará elecciones anticipadas si prospera alguna de las mociones de censura presentadas.
Bregeon ha comparecido al término de un Consejo de Ministros matinal que ha aprobado los proyectos de presupuestos generales y de la Seguridad Social. El tiempo se agota para el Gobierno si quiere sacar adelante las cuentas antes del 31 de diciembre, más aún si Lecornu renuncia a aprobarlas por decreto.
Bregeon ha instado a todos los grupos a implicarse y debatir sus proyectos durante los trámites parlamentarios, en busca de una oportunidad de supervivencia para el segundo intento de Lecornu.
El PS, dispuesto a negociar los presupuestos
Tras el anuncio de Lecornu, el jefe del grupo de los diputados del PS en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, ha señalado que su formación se abre a negociar los presupuestos sin optar por la moción de censura. «Hacemos una apuesta, una apuesta arriesgada», ha admitido.
Vallaud ha destacado que su partido es capaz de hacer concesiones, pero ha advertido de que no aceptarán muchas de las medidas que el Ejecutivo de Lecornu propone para los presupuestos de 2026, que tienen como gran objetivo reducir el elevado déficit francés a menos del 5%.
Entre ellas ha mencionado la subida del copago de medicamentos o la congelación de los baremos para calcular los impuestos sobre los salarios.
«Queríamos la garantía de un debate leal y abierto» y «estaremos atentos para que sus palabras se traduzcan en hechos», ha avisado.
La postura del PS era la gran incógnita que planeaba sobre el destino a corto plazo de Lecornu, pero el primer ministro ha logrado el balón de oxígeno de los socialistas al anunciar la suspensión de la polémica reforma de pensiones de 2023.
«Consideramos esta situación como una victoria, así como un primer paso que permite contemplar los siguientes: el bloqueo y la derogación», ha celebrado Vallaud.
LR tampoco respaldará la moción de censura
Por su parte, el líder de los diputados de Les Républicains (LR), Laurent Wauquiez, ha asegurado que sus cerca de 40 diputados no votarán la moción de censura «a priori» y «no formarán parte de los que harán caer a los primeros ministros», en alusión a las caídas de Michel Barnier (diciembre de 2024 tras tres meses en el cargo) y François Bayrou (septiembre de 2025 tras nueve meses).
El anuncio de Wauquiez ha generado cierta polémica, pues la dirección de LR, pilotada por el exministro del Interior Bruno Retailleau, había alertado de que la suspensión de la reforma de las pensiones podría hacer cambiar la opinión del partido que ha sido socio del macronismo durante el último año.
«Para evitar caer en una moción de censura, el Gobierno hace pagar a los franceses un precio muy alto», ha criticado Retailleau en un comunicado, en alusión a la suspensión de la reforma a la que los conservadores se han opuesto porque la consideran esencial para sanear las cuentas.
Esta discrepancia ente los diputados y la dirección del partido se explica por el guerra soterrada que libran el antiguo ministro del Interior y Wauquiez.
Entre el resto de principales fuerzas políticas, los comunistas, que cuentan con un pequeño grupo, no han dejado claro si respaldarán la moción del jueves, a pesar de que su líder, Fabien Roussel, considera «una primera victoria» la suspensión de la reforma de las pensiones.
Los otros socios de la izquierda, los Ecologistas, sí que apoyarán la moción contra Lecornu.

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