La aprobación el miércoles en el Parlamento israelí, en una primera lectura (son necesarias tres), de un proyecto de ley para anexionar Cisjordania  ha puesto de relieve los planes sionistas para este territorio, velados por el genocidio en marcha en la Franja de Gaza.

De hecho, la anexión avanza aceleradamente con la extensión de las colonias, el apartheid, el desplazamiento de población y la deshumanización de los palestinos.

El plan de Trump para el alto el fuego en Gaza borró cualquier mención a Cisjordania y Jerusalén, dictando de hecho un destino separado para los territorios palestinos, en ningún caso en sus manos.

El Gobierno de Israel no esconde que desea y aspira a anexionar definitivamente Cisjordania, pero su estrategia pasa por no hacerlo oficial ahora. Por ello, ayer afeó a la oposición que planteara esa cuestión en el Parlamento.

El proyecto salió adelante por 25 votos contra 24, gracias  un voto díscolo del gobernante Likud. El ministro de Exteriores, Gideon Saar, subrayó que en este momento se debe hacer «todo lo posible» para que el plan de Trump tenga éxito y consideró la iniciativa de la oposición como una «maniobra política» para enturbiar la visita del vicepresidente de EEUU, JD Vance.

«Fue una lectura preliminar, y no avanzará sin el apoyo del Gobierno», insistió Saar. El ministro no criticó la propuesta, sino el momento en el que ha sido presentada. «Por mucho que sea nuestro deseo o aspiración, hemos decidido no llevarlo en esta etapa a la Knesset (parlamento) porque ahora sobre la mesa» está el plan del presidente de EEUU. «Invertiremos en eso», afirmó.

Igualmente, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, consideró la aprobación de la anexión «una provocación deliberada por parte de la oposición para sembrar discordia durante la visita». En esta punto cuenta también con el apoyo de EEUU. El propio JD Vance lo calificó como «una maniobra política estúpida» «Personalmente me siento insultado. La política de la Administración Trump es que Cisjordania no va a ser anexionada por Israel», aseguró antes de dejar Tel Aviv.

Trump: «no puede hacerse... ahora»

Donald Trump se sumó a la crítica y aseguró que Israel «perdería el apoyo de EEUU» si se anexionase Cisjordania porque dio «su palabra a los países árabes» de que esto no sucedería. «Esto no sucederá», repitió hasta tres veces en una entrevista con “Time”, en la que, sin embargo, abrió la puerta al plan sionista en un futuro al matizar que «eso no puede hacerse ahora».

Los proyectos para Gaza y las alianzas que necesita con sus socios árabes llevan a Trump, de momento, a frenar la anexión oficial.

El presidente estadounidense espera extender los Acuerdos de Abraham, para normalizar las relaciones entre Israel y sus vecinos árabes   para fines de este año.

Tras conseguir la adhesión de Marruecos, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, Washington espera sumar a Arabia Saudí, un actor clave cuya incorporación frustró en gran parte la operación palestina del 7 de octubre de 2023.

La visión de Trump es la política-negocio y espera un gran espacio económico que incluya acuerdos de libre comercio, una red energética y líneas ferroviarias desde el Mediterráneo hasta el Golfo Pérsico, con Israel como principal beneficiario y el propio Trump como eje.

En esta visión encaja la participación de sus socios árabes en la gestión colonial de la Franja de Gaza, para lo que necesitan dejar al margen a los palestinos y, sobre todo, desarmarlos, algo que reclaman las petromonarquías con tanta insistencia como EEUU.

La anexión avanza de facto

Más allá de su plasmación legal, la anexión de Cisjordania y el control de la ocupación avanza cada día y con gran violencia dentro del plan de exterminio y desplazamiento aplicado en Cisjordania.

El Ejército israelí y los colonos han matado a más de un millar de palestinos desde el 7 de octubre de 2023, lo que supone el 43% de todos los palestinos muertos en las últimas dos décadas en Cisjordania, en una escalada violenta que ya había comenzado con anterioridad y que goza de total impunidad.

Dentro de esta lista figuran 213 menores, el último de ellos Mohamad Bahjar al Hallaq, fallecido por un disparo de las fuerzas israelíes cuando jugaba al fútbol la semana pasada en Hebrón.

La ONU sospecha que al menos 331 casos podrían tratarse de ejecuciones extrajudiciales.

Con la cosecha de aceitunas han aumentado los ataques de colonos armados contra palestinos y solidarios extranjeros que los acompañan, así como la destrucción de tierras, viviendas y vehículos, y las quemas y talas de olivos.

Israel detuvo el miércoles a 32 activistas extranjeros que participaban en una campaña de apoyo a los agricultores palestinos durante la recolección de aceitunas y para documentar los crímenes de los colonos  

Nuevos puestos de control militares y bloqueos con puertas metálicas «han separado a los agricultores de sus fincas, a veces manteniéndolos alejados hasta que sus cosechas se han arruinado», denuncia la ONU, que apunta «una escalada verdaderamente alarmante (...) en el contexto de una acelerada apropiación de tierras por parte de Israel», y recuerda que entre 80.000 y 100.000 familias palestinas dependen de la cosecha de aceitunas para su sustento.

Revertir la ocupación

«Israel tiene la obligación legal de poner fin a la ocupación y revertir la anexión de Cisjordania», señaló la directora de la oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Ajith Sunghay,

«El camino legal a seguir es inequívoco –defendió Sunghay– la Corte Internacional de Justicia concluyó que la ocupación debe terminar e Israel debe retirarse de todo el territorio palestino ocupado, tanto Cisjordania como Gaza. Esto incluye el desmantelamiento inmediato de todos los asentamientos y la evacuación de todos los colonos».

Recordó que, mientras tanto, Israel, como potencia ocupante, debe garantizar que los palestinos puedan ejercer plenamente sus derechos políticos, económicos y civiles.

Asimismo, pidió a los Estados miembros de la ONU «ejercer la máxima presión para detener y revertir las políticas de anexión y garantizar la rendición de cuentas por décadas de violaciones de los derechos de los palestinos».

Si en Gaza la impunidad ha sido total, en Cisjordania estos crímenes están aún más silenciados. El Ejército israelí continuaba ayer el asalto que comenzó hace días a varias zonas y campamentos de refugiados de la ciudad de Nablús, con arrestados y heridos. También atacó en Hebrón, Jenin y Tulkarem.

Albanese acusa a los Estados cómplices del genocidio

La relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, criticó que el plan de alto el fuego en Gaza es «absolutamente inadecuado y no se ajusta al derecho internacional» ante un hecho que  «no es una guerra, es un genocidio donde existe la determinación de destruir a un pueblo como tal».

En una versión preliminar del informe que presentará ante la Asamblea General de la ONU en los próximos días, denunció la complicidad  de los Estados occidentales. «Incluso cuando la violencia genocida se hizo visible, los Estados, principalmente los occidentales, brindaron y continúan brindando a Israel apoyo militar, diplomático, económico e ideológico, aun mientras este explotaba la hambruna y la ayuda humanitaria», afirmó. Estos Estados «podrían y deberían ser considerados responsables de ayudar, instigar o participar en actos ilícitos», añadió. También señaló que, además del genocidio, EEUU e Israel están llevando a «la erosión y el colapso del sistema multilateral, amenazando a cualquiera que intente promover la justicia y la rendición de cuentas». En este sentido, recordó las amenazas y sanciones de EEUU a los jueces de la Corte Penal Internacional.

Por otra parte, estimó que las conversaciones de los últimos meses sobre una solución de dos Estados que han impulsado alguno de esos países occidentales «han sido un pretexto para simular acciones, cuando la necesidad urgente era discutir... cómo detener el genocidio». Albanese argumentó que los Estados miembros de la ONU deben desvincularse de Israel porque están «obligados a no ayudar ni asistir a un Estado que comete actos ilícitos». Quienes «aún mantienen vínculos con Israel, ya sean diplomáticos, pero sobre todo económicos, políticos y militares, son todos responsables en cierta medida», zanjó.

Gaza sigue en situación catastrófica

Tanques militares israelíes bombardearon a primera hora de ayer el área de Sheikh Nasser, al sur de Jan Yunis. Potentes explosiones se escucharon en toda la zona, que se encuentra junto a la llamada «línea amarilla», el punto al que se han retirado las tropas israelíes y al que la población palestina tiene prohibido acercarse. Desde la entrada en vigor del alto el fuego, el pasado 10 de octubre, el Ejército ha abierto fuego constantemente desde las posiciones que mantiene en esta «línea amarilla» contra civiles palestinos que intentan regresar a sus casas para ver su estado en esta zona militarizada sin delimitar claramente. El Ejército afirma haber empezado a señalizarla, a pesar de que el acuerdo prevé que debe continuar el repliegue. En estos trece días de tregua, ha matado a al menos 88 personas y herido a otras 315.
A la vez, el grado de hambruna y malnutrición sigue sin remitir ya que la ayuda que autoriza Israel es significativamente baja, según la Organización Mundial de la Salud, que advirtió que «la situación sigue siendo catastrófica». Entran entre 200 y 300 camiones con ayuda a diario, lejos de los 600 acordados.

Ben Givr acosa a presos
Hamas calificó de «sádica» y «fascista» la entrada del ministro israel Itamar Ben Givr en una prisión donde se asomó a una celda con tres palestinos maniatados, arrodillados y con la cabeza en el suelo, jactándose de su situación y pidiendo la pena de muerte para los presos.

Kakitzat frente a ITP
La coordinadora antimilitarista Kakitzat se concentró frente a la planta de ITP Aero en Barakaldo para denunciar la implicación de esta empresa en el genocidio del pueblo palestino por su «colaboración en la fabricación y mantenimiento de los aviones militares del Ejército israelí».

Spiegelman y «Maus»
Art Spiegelman, creador de la novela gráfica «Maus» (Pulitzer,  1992), afirmó que no quiere que su obra se use como herramienta de reclutamiento del Ejército israelí, lo que le ha llevado a trabajar en «¡Nunca más!»,  con Joe Sacco, en la que denuncian el genocidio en Palestina.

Prensa
El Tribunal Supremo israelí volvió a aplazar 30 días su decisión sobre permitir la entrada de la prensa en Gaza, al margen de los periodistas locales, de los que ha matado ya a 278. Hamas denunció un intento de silenciar «los atroces crímenes y la destrucción generalizada causada por la maquinaria de guerra israelí».