
Hasta dentro de un mes Osasuna no volverá a jugar en El Sadar, cuando se medirá en el derbi contra la Real el sábado, 22 de noviembre, a las 18.30. Antes de ese envite, tendrá que afrontar el duelo copero contra el Sant Jordi mallorquín –este próximo miércoles– y visitar al Oviedo –3 de noviembre, lunes) y Sevilla –8 de noviembre, sábado–, además de un posterior parón liguero por compromisos de selecciones.
Y si nos remitimos al bagaje foráneo que lleva hasta el momento acumulado la escuadra navarra, más le vale sacar adelante el compromiso que afronta ante el Celta este domingo o, de lo contrario, es más que probable que el bloque dirigido por Alessio Lisci se pueda meter en serios problemas clasificatorios.
El técnico italiano cuenta con las bajas de Aimar y Rosier. El primero parece estar en su última etapa de recuperación de su lesión en el pie –será el sexto duelo que se pierde–, mientras que el segundo no volverá a pisar el verde hasta el próximo año. Ambos serían fijos en el once de estar en buenas condiciones físicas.
Especialmente el contratiempo del lateral francés trastoca un tanto los planes del entrenador rojillo, en cuya comparecencia ha dejado caer que podría cambiar de dibujo táctico, optando por una línea zaguera de cuatro piezas, una disposición a la que está más acostumbrado el equipo en los últimos tiempos.
Si así fuera, también despejaría de un plumazo la duda en el eje de la defensa, donde Boyomo y Catena son indiscutibles para el míster romano, con Iker Benito ocupando el flanco diestro y seguramente Bretones mantenerse en el zurdo, ya que Juan Cruz, que ha vuelto a entrar en una convocatoria, regresa tras lesión.
En todo caso, «está muy abierta esa situación y esta noche decidiré porque puede tener relación con la otra posición abierta. Hay varias posiciones abiertas, pero hay que ver si es un riesgo a nivel de la lesión para ver si le metemos más de 45 minutos», ha escondido Lisci sus cartas.
De ahí en adelante, no parece que vaya a haber grandes novedades, con Rubén García como candidato principal a ocupar la plaza que se ganaría en la medular, de jugar con un 4-4-2, ya que el de Xàtiva ha dado un rendimiento más que notable en los minutos de que ha dispuesto.
Enfrente estará un oponente todavía más acuciado, un Celta que ahora mismo cierra las posiciones de descenso y que no conoce aún lo que es ganar en Liga, aunque viene de derrotar en competición europea al Niza.
Plantilla corta
Pese a que los gallegos no están exhibiendo el nivel que se les supone por plantilla, Lisci ha advertido de que «es un equipo con un talento tremendo arriba, con mucha calidad. De medio campo hacia adelante es de primer nivel. Tenemos que tener mucho cuidado con eso».
Además, ha coincidido con el director deportivo, Braulio Vázquez, en torno a lo corta que le parece la plantilla. «Este año se ha quedado así y me da igual –ha matizado–. Cualquier minuto que pierda en ello es inútil porque no va a cambiar. Cuando venga el mercado veremos qué hacer».
Por otra parte, espera que su equipo «sea capaz de tener más control de partido respecto al día del Getafe, a pesar de que el Celta es completamente distinto. Seremos un equipo diferente para enfrentarnos a este tipo de partido».
«Por fuera estamos teniendo poco empuje, sobre todo con la profundidad. Esto genera lo de después, que no estamos poniendo muchos centros y evidentemente son cosas que debemos mejorar», ha añadido.

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