Alberto Pradilla

Chihuahua se suma a la ola reaccionaria contra el lenguaje inclusivo en las aulas

El Gobierno conservador de Chihuahua ha prohibido el lenguaje inclusivo en sus aulas. Esta medida suma al estado norteño a la ola reaccionaria contra las políticas con perspectiva de género. Su gran modelo es Nayib Bukele, presidente salvadoreño que persigue la inclusión en los centros educativos.

Imagen de archivo de escolares mexicanos en una la clase de gimnasia en el patio.
Imagen de archivo de escolares mexicanos en una la clase de gimnasia en el patio. (Claudio CRUZ | AFP)

El estado norteño de Chihuahua, ubicado en la frontera con Estados Unidos, es el último en sumarse a la ola reaccionaria contra el lenguaje inclusivo. El pasado 7 de octubre, su congreso local aprobó una modificación en la Ley de Educación para «fomentar el uso correcto de las reglas gramaticales y ortográficas del idioma español». La excusa del diputado conservador Carlos Olson era evitar las «deficiencias en la cuestión de entendimiento» que, a su juicio, causa el lenguaje inclusivo.

En la red X el legislador fue más claro: «¡Lo logramos! Chihuahua es el primer estado del país en prohibir el lenguaje inclusivo en escuelas. No más lenguaje ideologizado en los salones ni confusiones woke: solo la verdad biológica de que únicamente existen niños y niñas, no ‘niñes’. ¡Sentido común sobre ideología!».

Chihuahua es uno de los pocos estados que todavía controla el Partido de Acción Nacional, la formación derechista mexicana fundada en los años 30 del siglo pasado para contrarrestar la nacionalización petrolera decretada por el general Lázaro Cárdenas.

Además de Chihuahua, el partido conservador únicamente tiene los gobiernos de Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato, es decir, 4 de 32 estados. Ante la hegemonía de la izquierda en México, la respuesta panista ha sido abrazar los discursos más extremos, como la prohibición del lenguaje inclusivo.

«Hoy el PAN está en la defensa de la vida, de las libertades, de la familia, hoy el PAN está retomando ese rumbo y creo que ese ha sido uno de los motivos por los que nos desdibujamos ante el electorado», argumentó Olson, el diputado que promovió la iniciativa.

El pasado 19 de octubre el PAN anunció su refundación y su regreso a posiciones más conservadoras después de varios años de alianza junto al PRI y al PRD en una especie de frente amplio opositor contra la hegemonía de Morena. Ahora la derecha quiere regresar a sus orígenes y profundizar en los principios de «Patria, Familia y Libertad» con los que quieren recuperar el poder político.

La prohibición del lenguaje inclusivo es un símbolo, pero fue censurado por la presidenta Claudia Sheinbaum, que mostró su desacuerdo. En Chihuahua, los cargos electos de Morena votaron en contra de la prohibición y defendieron el lenguaje igualitario.

El repliegue conservador del PAN permite aventurar que la derecha mexicana se prepara para dar la guerra en lo simbólico, cuestionando el lenguaje inclusivo y otros avances con perspectiva de género. Esto en un país donde el feminicidio es una plaga; cada día matan a al menos nueve mujeres en el país norteamericano.

Resulta especialmente significativo que esta ofensiva se lleve a cabo en Chihuahua, donde se ubica el municipio de Ciudad Juárez, que fue conocido a finales de los años 90 del siglo XX por la ola de violencia contra las mujeres que se cobró cerca de un millar de vidas.

El ejemplo Bukele

En realidad, la norma en Chihuahua tiene más de propaganda que de realidad, ya que el propio diputado conservador Olson reconoció que en las escuelas podrán seguir expresándose como deseen. Sin embargo, suma al estado norteño, a la tendencia prohibitiva dentro del mundo conservador.

Esta ola tiene a uno de sus máximos exponentes al sur de México, en El Salvador. Recientemente, el presidente Nayib Bukele, prohibió el uso de la perspectiva de género en las escuelas a principios del mes. La norma vino acompañada por el nombramiento de una militar como ministra de

Educación y la obligatoriedad de respetar el «decoro» en clase en cuestiones como el corte de pelo.
En este caso, el régimen salvadoreño fue todavía más específico. En su decreto, el gobierno veta explícitamente palabras como «amigue, niñe, todos y todas, alumn@, jóvenxs y nosotrxs».

Tras su reelección ilegal en 2024, el mandatario salvadoreño se ha convertido en un símbolo del conservadurismo, con ataques a las políticas de igualdad entre mujeres y hombres y la instauración de un régimen de excepción que ha llevado a la cárcel a más de 80.000 personas. Así, la derecha reaccionaria comienza a rearmarse para iniciar las contrarreformas en América Latina.