
El programa «Auzosare», de cuyo desarrollo se encargan las cooperativas de Iniciativa Social que forman el grupo Bogan (Agintzari en Bizkaia, Zabalduz en Gipuzkoa y Garaian en Nafarroa), combina de forma innovadora las estrategias tecnológicas de análisis de datos y georreferenciación, con el impulso de las dinámicas de cuidado comunitario tradicional, conectadas con los Servicios Sociales.
Una de las comarcas donde se ha comenzado a implantar es Sakana, donde el proyecto ha sido bautizado con el nombre “Teknoadineko Landalab”. Tal y como explican desde la cooperativa Garaian, la primera fase, ya completada, ha consistido en la realización de un diagnóstico comunitario a través del cual se han recabado las necesidades de las personas mayores que viven solas.
Asimismo, se han llevado a cabo acciones de sensibilización en los municipios participantes y este mes se organizarán unos encuentros para intercambiar las experiencias de los diferentes municipios. Seguidamente comenzaría la fase de constitución de grupos de trabajo, cuyo cometido será poner en marcha las distintas acciones comunitarias previstas en el programa.
SISTEMA INTEGRAL
En paralelo a la creación de dichos grupos, se articulará el Sistema Integral de Información (SII) en los Servicios Sociales de cada mancomunidad, una herramienta que permitirá, entre otros, realizar una preidentificación de personas en riesgo o aislamiento.
Tras ello, se realizará el primer cribado, que ayudará a definir las personas mayores solas vulnerables o en riesgo de aislamiento, a quienes el equipo técnico se acercará para conocer su situación y ofrecer su incorporación en el proyecto.
Las personas mayores que accedan decidirán qué persona de su entorno puede realizar las labores de apoyo, prestarles atención y comunicar, mediante una app conectada con el SII, cualquier cambio o situación de riesgo observada.
IMPLICACIÓN VECINAL
En caso de que la persona mayor no logre identificar a ningún vecino o vecina colaboradora, el equipo técnico ya tendrá vinculadas a Teknoadineko a personas de la comunidad, tanto profesionales (de medicina, enfermería y atención domiciliaria), como de los servicios y comercios (hostelería, alimentación o farmacia), como vecinos y vecinas, que puedan realizar las labores de acompañamiento.
La implicación comunitaria es clave para el funcionamiento del proyecto, que cuenta con la figura de los y las «auzozainak» (cuidadores y cuidadoras de barrio), personas voluntarias que se comprometen a informar a los Servicios Sociales de situaciones preocupantes o que pueden suponer un riego.

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