Osasuna viaja al Camp Nou para enfrentarse al líder (sábado, 18.30) con menos urgencias tras la victoria ante el Levante y un ojo puesto en el próximo partido ante otro rival directo: el Alavés en El Sadar. Pero según Alessio Lisci eso no significa que afronte el encuentro como un trámite; «No me gusta el mensaje de ir al Camp Nou solo a competir y jugar bien, nos iremos contentos si puntuamos», ha dicho este viernes el romano en sala de prensa.

Está claro por dónde pasan las opciones rojillas. «Hay que saber jugar con ese fuera de juego que te tiran; ellos te exponen a jugártela en ese límite», ha dicho el técnico. La hoja de ruta, de hecho, la escribió su antecesor Vicente Moreno hace ahora quince meses, con aquel 4-2 en El Sadar, gestado a la contra y por los carriles, que supuso el primer disgusto para Hansi Flick. Desde entonces el alemán tiene la mosca detrás de la oreja con Osasuna, según dijo antes del partido de la vuelta.

Lo cierto es que los rojillos tienen mimbres para romper por velocidad, con uno de los jugadores más rápidos de la Liga –Víctor Muñoz– y el que en su día lo fue de la Bundesliga aunque todavía no haya sido titular con Osasuna –Sheraldo Becker–. No extrañaría que adelante Lisci opte por Raúl García de Haro, más apto para jugar al espacio que un Ante Budimir en horas bajas.

Para soñar con la hazaña, atrás será fundamental el concurso de Enzo Boyomo en su último partido antes de marcharse a la Copa Africa. El camerunés ha arrastrado algunas molestias entre semana pero se ha recuperado a tiempo. No ocurre lo mismo con Juan Cruz, baja por un proceso febril. Su baja la cubrirá Jorge Herrando si Alessio Lisci opta por tres centrales. En la izquierda es seguro Abel Bretones, y en la derecha puede continuar Iñigo Arguibide (serio ante el Levante) porque no parece un partido para hacer reaparecer a Valentin Rosier tras tres meses en el dique seco.

Más dudas en el centro de campo, donde habrá que ver si se da continuidad o no a Iker Muñoz, que cumplió en la segunda parte ante los levantinos, junto o en lugar de Torró.

Osasuna ya ha ganado puntualmente en el Camp Nou, aunque siempre en situaciones algo excepcionales: ocurrió en la pandemia con un 1-2 rematado al final por Roberto Torres, antes en el penúltimo partido del año de la salvación milagrosa con Camacho (0-1 de Pandiani) y también en 1988 con un gol de José Luis Sarabia. Claro que también ha encajado un 8-1 en los 90, un 8-0 en 2011 con Mendilibar, un 7-0 en el descenso de 2014...