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ETA responde a la «involución» en el proceso proponiendo una «agenda de diálogo»

ETA ha propuesto a los gobiernos una «agenda de diálogo» centrada exclusivamente en las consecuencias del conflicto: presos y refugiados, desarme y desmilitarización. Adelanta que un acuerdo íntegro sobre estos temas «traería el fin definitivo de la confrontación armada». Lo hace tras reivindicar la necesidad de una «agenda de paz» que supere «la involución» que detecta en estos meses en gobiernos y partidos.

Mariano Rajoy y François Hollande son interpelados en el comunicado. (Fred DUFOUR/AFP PHOTO)

ETA ha dado el paso de definir una «agenda de diálogo», centrada única y exclusivamente en las consecuencias del conflicto. Se incluye en un comunicado remitido a GARA y que se publica este domingo. La organización armada lo detalla tras asegurar que percibe una «involución» en el año que ha transcurrido desde la decisión de abandonar definitivamente la lucha armada.

Su preocupación queda remarcada en la primera parte del texto, en la que ETA recuerda los precedentes del pasado que han prolongado el conflicto y expone que «también ahora hay un riesgo real de dejar sin salida el proceso». No obstante, incide en su determinación firme y concluye exponiendo que «ETA seguirá sosteniendo firmemente la oportunidad de solución».

Su propuesta de contenidos para el diálogo se formula tras recordar que en este año la organización vasca ha hecho intentos de abrir conversaciones con los gobiernos español y francés, una disposición sobre la que, asegura ETA, ambos «tienen conocimiento exacto». Con la intención de «profundizar en el mismo camino», plantea ahora esta «agenda» desde «la total convicción de que existen vías razonables para avanzar».

La agenda se circunscribe a las consecuencias del conflicto, sin incluir ningún planteamiento de carácter político. Plantea hablar de tres temas: «Las fórmulas y plazos para traer a casa a todos los presos y exiliados políticos vascos», «las fórmulas y plazos del desarme, de la disolución de las estructuras armadas y de la desmovilización de los militantes de ETA» y «los pasos y plazos para la desmilitarización de Euskal Herria, adecuando al final de la confrontación armada las fuerzas armadas que están en Euskal Herria».

Verdad, exiliados y víctimas

A ello le añade tres «notas». La primera es que «ETA no renuncia a reclamar la necesidad de que los estados reconozcan la verdad y la responsabilidad» por «la violencia que han utilizado en la confrontación y los crímenes que han cometido (torturas, guerra sucia, ejecución de militantes de ETA, etcétera). Mantiene esta demanda tras certificar que «no existen presos» por todo ello, dado que «las fuerzas del Estado han actuado con total impunidad».

En segundo lugar se refiere a la situación de las personas «que tomaron la decisión de marcharse de Euskal Herria como consecuencia de la lucha de ETA. ETA cree que ese asunto está encarrilado después de nuestra decisión», dice.

La tercera nota se centra en las víctimas provocadas por la confrontación. ETA asume que «es una consecuencia que hay que desarrollar inevitablemente en el proceso de paz. Como se debe trabajar desde espacios plurales y como reclama iniciativas plurales, consideramos que estas superan esta agenda. En cualquier caso, ETA está dispuesta a incluir este tema en la agenda, a fin de reconocer la verdad y la responsabilidad de cada uno».

Tras desengranar todo ello, ETA se declara abierta a «escuchar y analizar» las propuestas que puedan formular Madrid y París. Concluye añadiendo que «en el caso de llegar a un acuerdo integral sobre estos temas mencionados, se procedería a su implementación». Y confirma que ello supondría «la superación de las consecuencias del conflicto» y «el final definitivo de la confrontación armada».

Hace un último apunte: «En ese contexto, más allá de los pasos que se den a consecuencia de acuerdos, ETA adoptará decisiones para adecuarse a la nueva situación, según lo que pidan nuestros objetivos políticos, el proceso de paz y el propio momento político».

«Romper el bloqueo»

El comunicado remitido por ETA comienza denunciando «la involución» que percibe y que resume en esta frase: «Quienes hasta ahora afirmaban que si la lucha armada concluía definitivamente estaban dispuestos a iniciar un proceso de paz por la vía del diálogo y del acuerdo, tras la decisión de ETA están retrocediendo día a día».

Cita expresamente a los gobiernos español y francés, porque además de «cerrar la puerta al diálogo» están avanzando «en dirección contraria a la solución, dentro de una agenda para frustrar la opción de paz». Alude aquí como ejemplos a la actitud hacia presos y refugiados, «la represión de las últimas semanas», las «amenazas» o las declaraciones de los dos ministros de Interior, Jorge Fernández Díaz y Manuel Valls.

Constata en paralelo que «algunos partidos no han tenido hasta ahora la actitud constructiva que cabía esperar. A menudo los intereses partidistas se han sobrepuesto a los de la ciudadanía. Así, sea por cálculos electorales o por un afán de sostener la actual situación de imposición, los intentos de frenar y desfigurar el proceso han sido numerosos».

Como respuesta a esta situación, ETA incide en la «esterilidad» de las vías represivas. Hace ver a los estados que «pueden frustrar la oportunidad de paz, pero así nunca podrán dar el conflicto por superado». Y añade que «cuando la única oferta son la cerrazón y la represión cruda, cuando no se ofrecen caminos democráticos para superar el conflicto político, se alimenta la confrontación».

Esta reflexión da paso a un epígrafe titulado ``Hay que romper el bloqueo desde Euskal Herria'', y en el que ETA lanza mensajes a varios agentes desde la premisa de que «ETA cree que en Euskal Herria existe fuerza para superar el bloqueo y para avanzar en la solución. Pero para que el bloqueo y la frustración no echen raíces, hay que dar pasos, sin tardar. Por lo tanto, es momento de multiplicar los esfuerzos».

«No ceder» con Aiete

En este punto, indica a la sociedad vasca, agentes y ciudadanos, que tienen que ser «protagonistas principales» de este proceso.

A la comunidad internacional le plantea que «no debería ceder ante el bloqueo. El hecho de que una de las partes haya dado respuesta positiva a la Declaración de Aiete y que esta cuente con el respaldo mayoritario de la sociedad vasca son razones de peso para seguir intentándolo».

En cuanto a los partidos políticos, les traslada que «ETA espera que a partir de ahora, superado el largo ciclo electoral en toda Euskal Herria, actuarán con responsabilidad y de modo constructivo».

Por su parte, por último, la organización armada recalca su «voluntad de actuar en colaboración» con todos quienes respaldan la solución, con el objetivo de «encontrar vías efectivas de romper el bloqueo y desarrollar el proceso».