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La ANC considera «irrelevante» la sentencia del Constitucional

La Assemblea Nacional Catalana ha emitido esta mañana un comunicado en el que mantiene la «condición de sujeto político y jurídico soberano» de Catalunya y en el que considera la decisión del Tribunal como una muestra más de la «preocupante involución democrática del Estado español».

Imagen de archivo de una concentración de la ANC ante el Parlament. (Galdric PEÑARROJA)

El Comité Permanente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha calificado esta mañana la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre la declaración de soberanía como «irrelevante», ya que considera que «el pueblo catalán tiene la condición de sujeto político y jurídico soberano». A través de un comunicado, la ANC ha recordado que la soberanía significa «poder decidir libremente sobre las relaciones que nos unen al resto de naciones del mundo» y que, por lo tanto, «la sentencia no cambia la situación».

La Assemblea reivindica que la aprobación de la declaración el 23 de enero de 2013 «evidenció que el pueblo de Catalunya tiene el derecho a decidir su futuro político democráticamente y en libertad», por lo que reafirma la consulta del 9 de noviembre como «un objetivo fundamental e irrenunciable».

Finalmente, la ANC asegura que la decisión del TC ante una declaración política «rompe el principio de separación de poderes y confirma la preocupante involución democrática del Estado español». Por todo ello, el comunicado concluye que «para la salvaguarda de los derechos del pueblo catalán, necesitamos vivir en un estado catalán soberano lo más pronto posible».

La ANC se suma así a la valoración de otro de los actores sociales del proceso como Òmnium Cultural, que ayer a la noche se conjuró para «seguir trabajando al lado del resto de la sociedad civil, con unidad y fuerza, para hacer efectivo el derecho democrático a decidir el futuro del pueblo de Catalunya en las urnas el próximo 9 de noviembre».

Además, Òmnium consideró «ilegítima» la decisión del TC, que «atenta contra la legitimidad democrática del Parlament» y que muestra que «no puede ser árbitro del proceso».