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Obama intenta evitar el alejamiento de las monarquías del Golfo

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acogió ayer en el simbólico escenario de Camp David a los representantes de las monarquías árabes del Golfo con un trato especial que trata de evitar su alejamiento de la agenda estadounidense, y tranquilizarlos sobre la negociación con Irán y el papel de Teherán en la región.


El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, minimizó ayer los desacuerdos con sus aliadas monarquías del Golfo, y sobre todo con Arabia Saudí, insistiendo en la «amistad extraordinaria» que une a ambos países. «Continuamos construyendo estas relaciones en un período muy difícil», afirmó durante su encuentro con los representantes saudíes en el despacho oval, donde recordó la presencia de cerca de 35.000 soldados estadounidenses en la zona.

Más tarde, Obama reunió a los líderes del Consejo General del Golfo –Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Omán y Barhein– en la simbólica residencia de Camp David para intentar tranquilizarlos sobre las negociaciones con Irán y evitar que se alejen de la agenda estadounidense.

También estuvieron sobre la mesa el apoyo de Teherán a los rebeldes chiíes en Yemen y al Gobierno de Bashar a Assad en Siria, donde las petromonarquías quieren una intervención más decidida de Washington.

Obama defendió la negociación con Irán en una entrevista en el diario saudí “Asharq Al-Awsat”, en la que afirmó que el acuerdo suprimiría «una de las principales amenazas de la región».

Pero es también el papel creciente de Teherán como interlocutor de EEUU y la comunidad internacional lo que preocupa a los países del Golfo. «Hemos dejado claro que esto es una transacción, centrada en el tema nuclear, un acuerdo muy específico que lidiará con el programa nuclear de Irán», explicó el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, tras la reunión. «Esto no es parte de un cambio en términos generales en la relación entre EEUU e Irán», añadió. Una vez firmado el acuerdo definitivo, EEUU «seguirá igual de preocupado por las actividades desestabilizadoras de Irán» en la región y las sanciones no relacionadas con su actividad nuclear seguirán en vigor, continuó.

Obama también advirtió a sus socios árabes de que sería peligroso dar pie a una «carrera de armas» atómicas en la región. “The New York Times” informó de que Arabia Saudí y otros estados del golfo Pérsico han decidido impulsar sus programas nucleares para igualar las capacidades de Irán.

Riad declinó la invitación al rey Salman y, en su lugar, envió al príncipe heredero Mohamed ben Nayef y al ministro de Defensa e hijo del rey, el príncipe Mohamed ben Salman. Son estrellas ascendentes de la familia real, en los primeros puestos de la sucesión. Ben Nayef, responsable de la seguridad del reino, está muy bien valorado por EEUU por su campaña contra Al Qaeda y tiene fuertes relaciones personales con altos cargos de Washington. Ben Salman, de 35 años, tiene la responsabilidad de organizar la coalición que interviene en Yemen.

 

La Casa Blanca prefiere apoyo militar que un tratado de defensa mutua

Los representantes de las monarquías del Golfo pretendían lograr un compromiso de Barack Obama para pactar un tratado de seguridad mutua, pero es más probable una declaración que un tratado formal. La Casa Blanca prefiere ofrecerles asistencia para que ellos desarrollen su propio sistema conjunto de defensa antimisiles. Colin Kahl, asesor del vicepresidente, Joe Biden, anticipó algún anuncio sobre un aumento de los ejercicios militares conjuntos. GARA