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«Si el independentismo gana el 27S, no boicotearemos el proceso»

Después de la negativa de figuras mediáticas a encabezar la coalición entre Podemos e ICV-EUiA, Lluís Rabell (Barcelona, 1954) fue finalmente el escogido. Bregado en la lucha vecinal, su principal handicap sigue siendo darse a conocer como figura pública.


Incómodo por el carácter refrendario del 27S, Lluís Rabell, que accede a esta entrevista solo por teléfono, trata de evitar el debate entre el «Sí» y el «No» a la independencia. Misión imposible ante una cita que el resto acepta como plebiscitaria.

¿Por qué no comparten el carácter plebiscitario del 27S?

La consulta no puede ser sustituida por una convocatoria en la que se presentan diferentes programas. Aun menos cuando quienes dan ese carácter plebiscitario lo que hacen es esconder el balance del Govern de CDC.

¿Cómo se ejerce entonces el derecho a decidir?

A través de un referéndum. El hecho de que el Estado español no lo haya permitido no quiere decir que no sea la vía correcta. Los escoceses también tuvieron que insistir.

¿No supone volver a la casilla de inicio de 2012?

Si un referéndum es imposible, todavía más una secesión. La demanda de un referéndum cuenta con el apoyo de más del 80% de la opinión pública, mientras que la secesión unilateral no conseguirá la mayoría de votos. Por lo tanto, es un camino mucho más débil. Lo que hace falta es seguir trabajando para cohesionar la sociedad catalana en torno a la exigencia de un referéndum y favorecer un cambio político en el Estado español.

El cambio en Catalunya depende por lo tanto del cambio en Madrid...

Sí, y el cambio en Madrid depende del cambio en Catalunya. Estas elecciones forman parte de un ciclo en el que se ha manifestado un deseo muy pronunciado de cambio. Empezó con las municipales y culminará con las generales de diciembre.

Todas las evidencias indican que es imposible un cambio en Madrid sin el PSOE, que no apoya el referéndum. ¿No es un engaño lo que proponen?

Las generales lo que traerán es el fin de la mayoría absoluta del PP y una nueva configuración política que está todavía por definir. Pero el solo hecho de que caiga un Gobierno de corte tan autoritario y antisocial como el del PP ya es una buena noticia. Generaría un marco de ilusión y de nuevas posibilidades.

En campaña meten en el mismo saco que CDC a todo el independentismo. ¿Su corrupción empaña al resto?

No, evidentemente no. Lo que pasa es que empaña a un partido que está intentando esconderse detrás del independentismo para huir de sus respon- sabilidades políticas. A nosotros nos corresponde que no pueda realizar tal maniobra.

La campaña de Pablo Iglesias levanta ampollas. ¿Cree que alguien trata de invisibilizar a los hijos de andaluces?

No. Creo que lo que hacía Pablo era dirigirse y llamar a la movilización de sectores sociales que no se reconocen en el imaginario colectivo que se está construyendo. Unos sectores que han sido maltratados por Convergència y a los que se quiere hacer creer que el que no está con Junts pel Sí es anticatalán. Son ellos los que polarizan.

El único que ha apelado al origen de las personas para pedir el voto es Iglesias. ¿Es lícito?

Quien tradicionalmente ha planteado aquí cuestiones identitarias es Convergència. Solo hace falta recordar algunos carteles históricos del tipo «Aquí no cabemos todos».

De acuerdo, pero en esta campaña han sido ustedes...

Insisto, lo de Pablo era sobre todo una llamada a la participación social de unos sectores maltratados que se pueden sentir empujados a no participar.

Aunque no lo comparta, sabe que el 27S el primer cálculo será el de votos y escaños a favor y en contra de la independencia. ¿Cómo deberemos contar los votos de CSQP?

Como una salida viable al conflicto nacional.

Bien. Se lo plantearé de otra manera: si el independentismo gana las elecciones, ¿participarán en el posterior proceso constituyente?

Cuando defendemos el carácter público de estructuras de estado como la sanidad o la educación consideramos que participamos en un proceso constituyente.

De acuerdo. Se lo volveré a plantear de otra manera: si el 27S el independentismo gana y se abre el proceso constituyente de un nuevo Estado catalán, ¿aceptarán el veredicto de las urnas y participarán en dicho proceso, o lo boicotearán?

No, nosotros no boicoteamos nada, proponemos en positivo.

¿Cuáles son los ejes prioritarios de su programa?

Son tres. El primero de rescate social para hacer frente a las desigualdades y a las situaciones de pobreza. El segundo, de lucha contra la corrupción y por la regeneración democrática. Y el tercero: dar salida a las reivindicaciones nacionales entorno a la exigencia de un referéndum.

¿Y con qué medidas esperan desarrollar estos tres ejes?

En el primer eje planteamos por ejemplo cuestiones como la renta garantizada de ciudadanía o un plan de choque para hacer frente a la emergencia habitacional. También medidas de reactivación de la economía, apostando por la economía verde y por la promoción de una banca pública. En el eje contra la corrupción destacaría la persecución de los corruptores: las empresas implicadas en casos de corrupción no podrán participar en concursos públicos. Y en cuanto al referéndum, planteamos la construcción de un pacto democrático que exija el referéndum y sea extensivo a fuerzas y movimientos del Estado.