Aperribay pone fin a su apuesta más fuerte por un entrenador
El presidente esperaba anoche la vuelta de Moyes a Donostia y la cancelación de su vuelo le impidió comunicarle su destitución.
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Jokin Aperribay esperaba anoche la vuelta de David Moyes desde Inglaterra, a donde había ido desde Las Palmas, para comunicarle la destitución apuntada ayer por GARA. Solo la cancelación de su vuelo desde Manchester a Bilbo impidió la reunión que tenía prevista el presidente de la Real para comunicarle su despido cuando el miércoles se va a cumplir un año desde su contratación.
Jokin Aperribay buscó un técnico de un perfil alto tras verse obligado a poner fin a su apuesta por un Jagoba Arrasate que representaba justo lo contrario del escocés. Quiso apostar por alguien con carácter y experiencia para lograr una reacción de su equipo y el efecto Moyes solo sirvió para salvar la temporada con más pena que gloria tras quedar claro que no encajaba en la plantilla que tenía y en la filosofía que defendía su Consejo.
Pero Aperribay realizó una apuesta personal tan fuerte por él que la llevó hasta las últimas consecuencias. No solo firmó un contrato altísimo por el caché del escocés, al que ha mantenido durante un año en el lujoso hotel María Cristina. Un técnico escocés que recurría a vuelos privados en su constante ir y venir a las Islas sin aprender castellano. Además quiso satisfacer casi todas sus peticiones hasta completar una primera plantilla de 25 jugadores con doce que no pasaron por la cantera de Zubieta en su proceso formativo.
Una pregunta retórica
David Moyes ya dejó claro que no encajaba en la filosofía del Consejo cuando preguntaba a unos periodistas que le entrevistaban en febrero si «¿es mejor ir a la Champions con pocos canteranos o terminar el 14 con muchos?». Nueve meses después deja el club con doce extranjeros en el puesto 16 con los mismos nueve puntos que el Las Palmas, que marca una zona de descenso que solo evita gracias a la victoria conseguida con nueve canteranos en el once inicial en el campo del Levante.
Ese partido y el buen primer tiempo ante el Celta dieron un respiro al técnico, pero su incapacidad para responder a la baja de Zurutuza y la imagen preocupante dada por el equipo en Las Palmas han motivado su destitución porque ha conseguido lo que parece imposible. No hay una sola persona que entienda que Moyes es un buen entrenador para la Real. Todos están de acuerdo en que no es un técnico idóneo porque ha destrozado el juego del equipo, ha conseguido tener en su contra a todos –jugadores, trabajadores, consejeros, aficionados, prensa...– y ni la inconveniencia de sustituir a un entrenador con un calendario tan complicado como el que debe afrontar la Real las próximas semanas ha llevado a Jokin Aperribay a esperar más.
Lo único bueno que ha ofrecido es que la Real fue más competitiva tras su llegada, pero eso lo logró con un fuerte carácter y unas broncas en el vestuario que conseguían que los jugadores cometieran menos errores, pero a costa de renunciar a su fútbol y a ser un equipo triste.
Vuelta a Zubieta sin saber quién dirigirá la sesión
A la espera de la reunión entre Moyes y Aperribay, anoche ni tan siquiera se sabía a qué hora iba a llegar hoy el técnico ni quién será el encargado de dirigir el primer entrenamiento de esta semana a las doce de este mediodía en Zubieta. Aunque durante toda la tarde de ayer se especuló con la posibilidad de que fuera Eusebio Sacristán su sustituto, lo más normal es que Asier Santana se encargue del equipo hasta que el club haga oficial la destitución y la contratación de otro entrenador.
Sea Santana, Eusebio o cualquier otro el elegido para sustituir a Moyes, tiene dos semanas por delante para preparar el partido del sábado 21 a las 16:00 en Anoeta con el Sevilla de Unai Emery, que ayer ganó 3-2 al Real Madrid. El calendario que se va a encontrar el sustituto de Moyes es muy difícil hasta el final de la primera vuelta porque después hay que jugar contra Barcelona, Eibar, Getafe, Villarreal, Real Madrid, Rayo Vallecano y Valencia. Porque lo malo no es que Moyes deja al equipo con los mismos nueve puntos que tenía cuando llegó a la Real tras el mismo número de jornadas, once. Lo peor es que esos nueve puntos los ha conseguido en el tramo de calendario más sencillo, en el que el equipo blanquiazul solo ha sido capaz de ganar a los dos últimos clasificados, Levante y Granada.
Asier Santana era el entrenador del Sanse cuando asumió junto a su ayudante Imanol Alguacil la dirección del primer equipo tras la destitución de Jagoba Arrasate y la Real ganó el único partido que disputó con él en el banquillo ante el Atlético y después se quedó como ayudante de Moyes.
Eusebio Sacristán se encuentra sin trabajo desde que en febrero fue destituido como entrenador del Barcelona B tras la caída libre en la que se encontraba su equipo con nueve puntos en sus últimos diez partidos. El cambio no impidió el descenso del filial azulgrana, al que entrenó desde la temporada 2011-12. Antes fue ayudante de Rijkaard en el Barcelona y primer entrenador del Celta desde marzo de 2009 hasta el final de la temporada siguiente en Primera División. Joseba ITURRIA