Más pasos contra la violencia sexista en Ipar Euskal Herria
En el Estado francés estos últimos años está empezando a salir a la calle la realidad de la violencia sexista en el hogar. Esto se está traduciendo en campañas, medidas y medios para hacerle frente. En Donibane Lohizune han puesto a disposición dos apartamentos para acoger a las víctimas y habrá tres más antes de finalizar el año.
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El pasado mes de setiembre el Gobierno francés emprendió un proceso de reflexión y discusión sobre la violencia sexista, que ha hecho hablar de una realidad muchas veces ocultada. Pero este paso dado desde París no es tan solo resultado de una voluntad política, sino consecuencia de un trabajo llevado a cabo durante años por asociaciones feministas y de asistencia social. En este sentido, y en la disposición de los pisos, Ipar Euskal Herria se encuentra entre las regiones más avanzadas.
Los pasos se han ido viendo estos años, entre ellos la puesta a disposición de apartamentos para acoger a las víctimas, que hace años eran llevadas al centro Atherbea de Baiona, el mismo en el que pernoctan también las personas sin hogar, y en otro tipo de situaciones de urgencia. En 2012, tras nueve años de discusiones, se abrió el albergue la Casa de Gilles en Biarritz, aparentemente más adaptado a este tipo de víctimas, aunque se trata de un albergue para todo tipo de personas en situación de necesidad.
Desde hace tres años, se tiene en cuenta esta realidad de urgencia específica, por lo que se pusieron a disposición tres apartamentos de «emergencia» en Baiona, en los que las víctimas y sus familias pueden estar durante dos meses. Los pisos de Donibane Lohizune suponen una novedad, ya que la estancia podrá ser de hasta un año.
Estos últimos años se han recibido entre 100 y 130 denuncias al año de violencia en el hogar, de las cuales el 98% suelen ser mujeres. Se trata de una cifra que va aumentando con los años, como consecuencia de que esta realidad ocultada durante largo tiempo «está saliendo del hogar a la calle», tal y como explica la subdirectora de la asociación institucional Atherbea, Pantxika Ibarboure. Ella conoce bien la situación, ya que la asociación es el referente de Ipar Euskal Herria en lo que respecta a la violencia sexista y «conyugal», como la denominan en el Estado francés. Aunque la función de la asociación va más allá, ya que se ocupa de ofrecer los servicios de acogida a todo tipo de personas que se encuentran en dificultad, sin vivienda y sin ingresos.
Ibarboure subraya también que el hecho de que las mujeres sepan que hay opciones una vez que han tomado la opción de denunciar a su agresor y marcharse de casa, también ayuda en ese sentido. Es por ello que han dado a conocer la creación de estas dos nuevos lugares de acogida, aunque se ha mantenido en secreto su localización exacta.
La concejal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Donibane Lohizune, Elisabeth Garramendia, afirma: «Hacer hablar del tema puede sensibilizar a la gente y hacer que las mujeres denuncien la situación». En lo que respecta a la concienciación, subraya que no está solo dirigida a las víctimas, sino también a su entorno.
Entre las mujeres que llamaron para pedir ayuda el pasado año, alrededor de 40 utilizaron los pisos de Baiona. Y gracias a los nuevos apartamentos se podrá duplicar dicha cifra. Junto con la creación de dispositivos de acogida y la sensibilización, también se está creando una red entre los actores del ámbito jurídico, sanitario y las entidades de ayuda, tanto públicas como asociativas. En este camino está previsto ofrecer formación a diferentes actores que se encuentran en el camino que deben de recorrer las víctimas.
Nuevos apartamentos
Estos dos nuevos apartamentos «temporales» de Donibane Lohizune vienen a completar el trayecto hacia una vida independiente de una víctima una vez que esta ha abandonado la residencia donde era agredida. Son los primeros lugares puestos a disposición en los que las víctimas pueden residir durante un año, mientras estabilizan su situación. «Aquí, con estos apartamentos les ofrecemos tiempo, que es vital en esos momentos» afirma Ibarboure.
Se trata de dos apartamentos pequeños que se sitúan en el centro de la localidad, preparados uno para acoger a una persona y otro que también tiene lugar para los hijos o hijas.
Además de la nueva función que realizan estos dos pisos, la localización también es importante, ya que se sitúa en el sur de Lapurdi, una zona muy habitada que hasta ahora no contaba con ningún tipo de servicio de este tipo. De hecho, de los tres nuevos apartamentos de corta estancia que está previsto se pongan a disposición antes de finalizar el año uno estará en Baiona, pero los otros dos se van a establecer teniendo en cuenta su situación geográfica. Uno de ellos estará cerca de Donibanbe Lohizune, en Urruña, y el otro entre Hazparne y Donapaleu, para cubrir la zona del interior.
Recorrido administrativo
Durante la estancia en el «apartamento de emergencia» se acompaña a las víctimas, que en su mayoría son mujeres, tanto emocional como administrativamente. «Las primeras semanas suelen ser para darles protección, porque normalmente suelen estar aterrorizadas y se suelen sentir culpables. Luego solemos tranquilizarlas para ayudarles a que presenten la denuncia» explica Ibarboure.
Para poder acceder a estos servicios de alojamiento suele ser necesaria la denuncia contra la persona que ha cometido las agresiones, sean estas físicas o psicológicas. Junto con el apoyo del asistente social se ofrece un acompañamiento psicológico y se ayuda a efectuar todos los trámites administrativos para estabilizar su situación y poder acceder también a otro tipo de ayudas.
Mientras que la estancia en los apartamentos de «emergencia» es gratuita, en Donibane Lohizune hay que pagar un alquiler. Es más barato que un alquiler normal, y el precio se calcula según los ingresos de la persona. Como máximo se paga 200 euros por el pequeño y 300 por el que dispone también de una habitación. Los apartamentos están alquilados por Atherbea y cuando una persona accede a uno de ellos se los subalquila a la asociación.
En el tiempo que pasan en estos apartamentos se les acompaña en la búsqueda de un empleo, una vivienda y en caso de que haya menores, en su escolarización. Continúa también el acompañamiento del asistente social y se sigue ofreciendo ayuda psicológica. Conforme va avanzando el tiempo las visitas se van espaciando, pero si no hay necesidades especiales, de media los asistentes sociales se reúnen con las víctimas una vez al mes.
La propuesta de los dos pisos viene de parte del Ayuntamiento de Donibane Lohizune, que los ha puesto a disposición junto con el grupo Action Logement. La asociación Rotary de la localidad ha donado el mobiliario.
Años de trabajo
El hecho de que estos pisos se encuentren en la localidad costera es el resultado de un trabajo de muchos años, de hecho se trata de un referente a nivel de Ipar Euskal Herria en este sentido. Organiza varias veces al año acciones de sensibilización como conferencias o programación de películas que tratan el tema, junto con mesas redondas. Acciones que todavía son poco corrientes hoy en día y que prácticamente no existían en otras localidades hasta hace no mucho tiempo. También hay un grupo que se reúne una vez a la semana, en el que quien quiera puede acercarse y hablar sobre experiencias ligadas a este tipo de agresiones.
Elisabeth Garramendia explica que existe un grupo de actores institucionales y asociativos que se reúne una vez al mes para tratar diferentes aspectos relacionados con las agresiones sexistas. Explica que antes de la creación de los apartamentos han solido alquilar habitaciones de hotel para acoger a las víctimas. Algo que Atherbea también se ha visto obligada a hacer en determinadas ocasiones.
Al mirar el trabajo realizado en este sentido en Ipar Euskal Herria, es necesario mencionar el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres y la Igualdad que operó entre 2010 y 2015, en los tres herrialdes del norte. Se realizó un gran trabajo de coordinación entre las diferentes entidades públicas que operan en los casos de violencia de género, como son las policiales, las hospitalarias, judiciales y de acompañamiento social. Otro de sus grandes logros fue conseguir la implicación de numerosos ayuntamientos tanto en la costa como en el interior, así como la sensibilización respecto al tema en la sociedad.
Se trató de una estructura innovadora, sin par en todo el Estado francés. Un gran trabajo impulsado por la hoy vicepresidenta de la Mancomunidad Única, Martine Bisauta, y que se vio truncado cuando el Gobierno francés decidió no seguir apoyando el Observatorio.