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Anaitasuna no puede evitar estrenarse encajando una paliza ante el Barça (18-31)

Los iruindarras han pagado muy caras las pérdidas ante la defensa 6-0 blaugrana. La notable segunda mitad del meta iruindarra Bols ha evitado una paliza todavía mayor.

Patrick Bols ha vivido un suplicio con las contras del Barça, hasta que se ha entonado en la segunda mitad. (Iñigo URIZ / FOKU)

HELVETIA ANAITASUNA 18 - BARCELONA 31

En la Liga Asobal, los partidos ante el Barcelona se comparan con las visitas al dentista. Por desgracia, Helvetia Anaitasuna no ha podido sino sentarse en el sillón y verlas venir en su estreno en la Liga Asobal 2020/21, aunque este partido haya correspondido a la segunda jornada. Los entrenados por Quique Domínguez ya sabían que lo más normal iba a ser perder ante el trasatlántico blaugrana, y a sabiendas de su inferioridad, han intendado ofrecer bonitas acciones a los 800 afortunados que han podido acudir a las gradas del pabellón Anaitasuna.

No ha habido color, como se temía. Anaitasuna ha aguantado en la pelea por el resultado hasta el 5-7, allá por el minuto 15. Pero en adelante no ha podido hacer nada ante los de Xavi Pascual, que han pasado sobre los navarros como un ciclón. Al descanso, el 8-17 en el luminoso ha dejado claro que el partido estaba ya finiquitado. Los iruindarras han sumado la friolera de 13 pérdidas en esos 30 primeros minutos, lo cual ha facilitado un sinfín de contragolpes de los blaugranas, con Aleix Gómez siendo quien más se ha lucido. La tendencia de regalar más y más balones, por desgracia, se ha repetido tras el descanso y debe ser algo que Enrique Domínguez deberá pulir con sus jugadores, porque ante rivales de «su» liga, las contras y los goles fáciles en contra duelen más.

Lo más curioso es que el portero del Barça, Moller, apenas si ha tenido que intervenir, toda vez que los centrales del 6-0 blaugrana, Ludovic Fabregas y Thiagus Petrus, se han bastado para avasallar con su presencia física y su actividad para hundir en la miseria a Anaitasuna.

Orgullo local

Los 30 siguientes minutos han servido a beneficio de inventario, aunque hay que reconocer que Helvetia Anaitasuna ha peleado hasta el final, sin bajar nunca los brazos. Buena parte de la culpa de que Anaitasuna no se ha llevado una paliza todavía mayor la ha tenido el guardameta Patrick Bols. El arquero danés, que solo ha detenido un balón en la primera mitad, ha protagonizado una serie de acciones a cada cual más esectacular, incluyendo un par de lanzamientos de siete metros, levantando de sus asientos a los espectadores.

Anaitasuna ha acabado perdiendo por 13 goles, pero ha llegado a «acercarse» a ocho tantos, gracias al orgullo de Bols y también a las acciones de mucho mérito de Ander Torriko, máximo goleador local con tres goles, junto con Aitor García. También ha tenido mucho mérito Antonio Bazán, cuya nariz ha corrido serio peligro al recibir el involuntario manotazo del blaugrana Langaro. Sangrando y con alguna sospecha de fractura, Bazán ha regresado al parqué sin aparente dificultad ni miedo al contacto.

Evidentemente, todas estas muestras de orgullo han sido muy poca cosa para un Barça que aspira a otras metas mucho más altas que la Liga Asobal. Con todo decidido, los extremos zurdos Aleix Gómez y Mamadou Diocou han dado las últimas pinceladas de la visita del dentista blaugrana por el pabellón Anaitasuna en este accidentado arranque de la Liga Asobal.