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Publican las crónicas que Saint-Exupéry redactó en la Guerra del 36

‘Cuadernos’ y ‘España ensangrentada’ son las dos obras apenas conocidas de Antoine de Saint-Exupéry que ha recuperado la editorial Verbum. En la segunda de ellas, el autor de ‘El principito’ recopiló las crónicas y vivencias que redactó durante la Guerra del 36.

Saint-Exupéry aterrizó en Barcelona en agosto de 1936. (NAIZ)

En agosto del 36, Antoine de Saint-Exupéry fue enviado por ‘L'Intransigeant’ a cubrir el conflicto bélico que se escenificó en el Estado español. Recorrió lugares como Barcelona y Lleida y todo lo que redactó fue recopilado bajo el título ‘España ensangrentada’.

Un año más tarde, se trasladó a Valencia y Madrid, donde coincidió con dos referentes de la llamada ‘Generación perdida’ estadounidense, Ernest Hemingway y John Dos Passos.

La ediorial Verbum ha publicado dos obras inéditas en el Estado español del autor de ‘El principito’, que llevan por título ‘Cuadernos’ y ‘España ensangrentada’.

Eva Aladro, autora de estas traducciones, reveló durante la presentación que «es curioso que no hayan sido traducidas siendo del creador de ‘El principito’, que es la obra más traducida después de la Biblia. Pero creo que se ha dado precisamente por ese motivo: se han enfocado en sus principales obras, como ‘Vuelo nocturno’ o ‘Piloto de guerra’, y estas se han quedado fuera».

En las crónicas que redactó para ‘L'Itransigeant’, el escritor afirmó que «en la guerra civil la frontera es invisible y pasa por el corazón del hombre» y en ellas también recreó la atmósfera que se vivía en las calles de Barcelona, una ciudad-fortín en la que «se fusilaba más de lo que se combatía. Esos hombres no van al asalto con la ebriedad de la conquista, sino que luchan sordamente contra un contagio. Y en el campo contrario, sin duda, es igual», pensaba el escritor, y decía que «una nueva fe es como la peste. Ataca desde el interior».

‘España ensagrentada’ se descubre como una serie de reportajes sobre la Guerra del 36 que se publicaron en revistas y periódicos de la época y, según Aladro, «han quedado como obra periodística del autor, fuera de lo que algunos consideran obra literaria. Tuvo una visión bastante objetiva y periodística del conflicto, no se alineó con ninguno de los dos bandos y nos presenta una imagen de la guerra que es totalmente actual».

Saint-Exupéry plasmó en sus crónicas cómo vivía la gente por la calle, hablando «sin prejuicios» y definiendo a la población como «animosa, valiente y echada para adelante». El escritor también recordó en sus notas que lo que estaba aconteciendo en en el Estado español podía repetirse en el Estado francés.

La obra se compone de escenas cortas y de mucha anécdota, como ese momento de madrugada en el que dos trincheras enfrentadas comienzan a hablar amigablemente desde la distancia.

Crónicas íntimas

En relación a los ‘Cuadernos’, se descubre a un autor más personal y con mensajes adelantados a su época y de reminsicencias ecologistas. Aparecen reflexiones sobre el amor o sobre las mujeres, pero -según la traductora- son «bastante neutras porque son cuadernos de trabajo. Saint-Exupéry descubre en ellas como alguien muy vitalista y que tenía muchas ilusiones puestas en ser un gran escritor», algo que tardó en llegar y que se traduce en la impotencia y frustración que emanan de sus notas.

«Era alguien muy vividor y bohemio y ello provocó que nunca tuviera una buena situación económica y que, por lo tanto, le pasara factura desde el punto de vista de la estabilidad. Por ejemplo, los reportajes los aceptó porque necesitaba dinero, aunque luego le pareció una situación fabulosa», concluye Eva Aladro.