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Fran Garagarza cierra con emoción una trayectoria de tres lustros en el Eibar

Acompañado de directivos, empleados y compañeros, el Director deportivo del Eibar ha comparecido en Ipurua. Se marcha orgulloso y agradecido a una «familia a la que siempre perteneceré».

Garagarza ha interrumpido su alocución en varios momentos por la emoción. (Endika Portillo/Foku)

Como sucedió el miércoles en la despedida de José Luis Mendilibar, la sala de prensa de Ipurua también se ha llenado este viernes para arropar a Fran Garagarza en su despedida. Directivos, empleados, compañeros de la secretaría técnica y el fútbol base, también José Luis Mendilibar, han querido acompañarle y dedicarle un último aplauso. No ha podido evitar las lágrimas el, en breve, exdirector deportivo del Eibar, sobre todo cuando ha llegado el turno de los agradecimientos. Pormenorizados y muy numerosos porque, en los casi tres lustros que ha trabajado –14 años, los diez últimos en la Dirección deportiva– para el club azulgrana, son muchas las personas con las que ha trabajado.

Amaia Gorostiza, a la que el propio Garagarza ha asegurado considerar «una amiga», ha comenzado el acto destacando el «reconocimiento» que merece «su labor». «Han sido unos años muy fructíferos con él al frente con una gran responsabilidad. No sólo eso. Ha sido una piedra angular de la conformación de toda la estructura del fútbol base, con la importancia que eso tiene», ha asegurado, antes de ceder la palabra y el protagonismo al técnico mutrikuarra.

Éste, emocionado, ha reconocido que «siempre hay un inicio y un final» y que el suyo, rodeado de tanta gente a la que aprecia, «es el que siempre me habría gustado en un sitio que es mío». Con un pero, claro, «el descenso a Segunda», del que asume «mi porcentaje de responsabilidad, con decisiones que no han salido bien» aunque lo considera «una decepción y no un fracaso».

Parece innegable que la mala temporada del equipo ha tenido que ver en su salida –cuando se confirmó, a primeros de mayo, el descenso no era matemático pero la dinámica conducía ya al Eibar directamente a Segunda– pero ha recordado que «la temporada pasada me preguntaron en una entrevista a ver si me veía muchos más años aquí y dije que no. Fue fácil porque como dijo José Luis el otro día, estaba más tocada Amaia que yo. Posiblemente lo que más nos hacía dudar o estar en una situación un poco de pena es que el equipo tenía un riesgo alto de descenso. Y que justo baje el equipo y vamos a salir, no es la salida deseada pero había que tomar una decisión. Los ciclos habían sido muy largos, no hay michos Directores deportivos que hayan estado diez años en un mismo club. Llega el momento y me quedo sobre todo con el cómo fue, con tranquilidad, sonrisa, ánimo y al día siguiente trabajando en lo que tocaba, empezar una transición, con Amaia y el Consejo».

En ese sentido, estando en un momento tan delicado del año y tanto trabajo por hacer para confeccionar el nuevo proyecto, Garagarza ha explicado que seguirá ayudando al club «hasta donde quieran ellos. Estamos Mikel (Martija, Secretario técnico, que también abandona el club) y yo en el día a día. Y hay una noticia buena, que Arkaitz Lakambra tiene contrato y sigue aquí, es una persona muy preparada para esta transición, no va a haber un vacío. Y nosotros para lo que haga falta aunque, evidentemente, cada vez iremos a menos». Ha añadido, además, que ya se ha adelantado trabajo para el nuevo Director deportivo. «Los análisis, filtros de jugadores… están hechos. Ahora es el momento de toma de decisiones en las que entiendo que yo no debo estar porque no es bueno ni para el club ni para mi. Pero la persona que venga junto con Arkaitz van a tener situaciones analizadas y un posicionamiento de las situaciones de los jugadores, libres, bien valorados, con agentes de esos jugadores… eso está hecho y falta la toma de decisiones».

Eso le ha correspondido al propio Garagarza durante la última década, que le ha supuesto «un sueño hecho realidad», en la que «nos ha tocado llorar, disfrutar y sufrir aunque sobre todo me quedo con las personas» y de la que, además de los resultados tangibles –el rendimiento de los jugadores fichados, las permanencias, la ampliación y profesionalización del fútbol base…–, se queda «con dos cosas que me ha dicho mucha gente durante muchos años: que el Eibar es un referente para los clubes humildes y que para muchos somos su segundo equipo. Es el sentimiento de mucha gente de fuera que creo que el Eibar tiene que mantener y alimentar». En este sentido también ha destacado que «el club me ha inculcado unos valores que no me reconocía antes y ahora sí me reconozco. El compromiso, el respeto, la solidaridad, la humildad… Valores que además me han hecho disfrutar mucho del trabajo».

Se marcha sintiéndose «un privilegiado. Siento mucho orgullo por pertenecer a esta familia, a la que siempre perteneceré aunque ahora nos separemos». Asegura, de hecho, que las puertas quedan abiertas aunque si hay un segundo capítulo lo será, lógicamente, más adelante. De su futuro inmediato no sabe mucha cosa. «Si hay alguna opción la valoraremos pero no cogeremos algo si no nos motiva mucho. También tenemos en mente hacer algunas cosas de formación. Y hay gente que me ha dicho que me vendría bien parar un poco», explica. Y a su sustituto le dice que «hay muchas cosas hechas, que les dé continuidad y que estará en un muy buen sitio. Estará protegido y le dejarán trabajar, cosa que no pasa en muchos sitios, y que tiene gente para trabajar con él. Que intente disfrutar y seguro que será así».