A la sombra del nuevo gigante de Salzburgo, por delante de los históricos de Viena
El equipo dirigido por Christian Ilzer continúa en segunda posición en la clasificación liguera pero acumula ya una desventaja de doce puntos respecto a la escuadra perteneciente al conglomerado de la empresa de bebidas energéticas, el todopoderoso Red Bull Salzburgo.
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El Sturm Graz llega a Donostia inmerso en una dinámica negativa de resultados después de perder sus dos últimos compromisos ligueros. Los tropiezos, además, se produjeron ante rivales directos y se saldaron con resultados abultados, ya que sucumbió por cero a tres ante el Wolfsberger –su inmediato perseguidor en la Bundesliga– en casa y por cuatro a uno en su visita al todopoderoso Red Bull Salzburgo. Así las cosas, el equipo dirigido por Christian Ilzer continúa en segunda posición pero acumula ya una desventaja de doce puntos respecto a la escuadra perteneciente al conglomerado de la empresa de bebidas energéticas.
Los recientes borrones, no empañan el crecimiento la entidad. Durante el verano, el presidente Christian Jauk y el gerente Thomas Tebbich dieron cuenta de la situación financiera del Sturm Graz, subrayando el auge del club durante la última década. Dicha prosperidad se ha manifestado pasando de 1200 a 3500 socios y vendiendo cerca de 6000 bonos para la fase de grupos de la Europa League. Asimismo, pese a haber perdido más de un millón de euros a consecuencia del impacto derivado del coronavirus, recalcaron que el conjunto estiriano no tiene deudas y que los beneficios obtenidos en las tres campañas inmediatamente anteriores a la pandemia les han permitido afrontar la situación con relativa tranquilidad.
El título liguero logrado en 2011, la Copa de Austria ganada siete años después y la clasificación continental en la presente temporada sitúan al Sturm Graz como la principal alternativa en la Bundesliga. Un campeonato en el que la hegemonía del Red Bull Salzburgo ha coincidido con la decadencia de los dos grandes equipos vieneses. Un dominio casi tiránico que se plasma con la consecución de nueve de las últimas diez Bundesligas y que no tiene visos de aminorar.
Un papel motriz que se refleja también mediante la presencia de seis antiguos jugadores del equipo propiedad de la empresa de bebidas energéticas en la plantilla del Sturm Graz. Son el lateral derecho con pasaporte bosnio Juzuf Gacivegovic, el defensa central e internacional con Austria en categorías inferiores David Affengruber, el también zaguero Sandro Ingolitsch, el centrocampista Alexander Prass, el veterano extremo Jakob Jantscher y el delantero marfileño Anderson Niangbo.
La rivalidad es máxima, ya que los aficionados de «la tormenta», sobrenombre con el que se conoce al equipo albinegro, muestran un fuerte rechazo hacia el proyecto dirigido por Red Bull. Un antagonismo que se suma a su histórico enfrentamiento con el Austria y el Rapid de Viena, los dos principales equipos de la capital. Es por ello que el tanto anotado por Stefan Hierlander en la prórroga de la final de Copa de 2018 produjese un gran éxtasis entre los hinchas del Sturm Graz, que lo celebraron a lo grande. Sus banderas, pancartas y bengalas dieron color a una final en la que David pudo con el nuevo Goliath.
Una disputa que también tiene raíces sociales, ya que cabe recordad que el Sturm Graz fue fundado el 1 de mayo de 1909 y que siempre reivindicó su carácter proletario frente a la inspiración más elitista de sus vecinos del Grazer. Como muestra, señalar que en 2018 el PIB per cápita de Salzburgo y Viena superaba los 50000 euros anuales, mientras que el de Estiria -Estado que tiene a Graz como capital- apenas alcanzaba los 40.000.
Más de 350 millones en traspasos
El Austria Salzburgo SV es un conjunto originariamente fundado en 1933 y que desde los años setenta ha contado con el patrocinio de empresas que han ido modificando su nombre. En los setenta, los pioneros fueron la caja de ahorros Sparkasse o la empresa de juegos Casino. Bajo su patrocinicio, el club la que obtuvo su mayor éxito internacional: El subcampeonato de la UEFA de 1994, perdiendo la final ante el Inter de Dennis Bergkamp. Tres años después, la compañía aseguradora Wüstenrot pasó a ser la mecenas principal, pero la verdadera revolución llegó en 2005 con la entrada de Red Bull. Un aterrizaje que causó rechazo en parte de la masa social y varios aficionados del club decidieron crear el SV Austria Salzburgo, conjunto que actualmente compite en el tercer escalón del fútbol austriaco.
El proyecto futbolístico de la empresa de bebidas energéticas cuenta con seis equipos: Red Bull Leipzig, Red Bull Salzburgo, Red Bull New York, Red Bull Bragantino, Red Bull Brasil y Red Bull Ghana. Un conglomerado que se sustenta en una metodología clara, una cuidada cadena formativa, un exhaustivo sistema de captación y la utilización de las principales innovaciones tecnológicas. La presente temporada cuenta con dos equipos jugando en la Champions League mientras que su escuadra de Bragantino disputará el próximo 20 de noviembre la final de la Copa Sudamericana, la segunda competición continental, ante el Atlético Paranaense.
En lo que a la estructura de Salzburgo se refiere, los éxitos son notables ya que desde la capitalización por parte de la empresa de bebidas energéticas el club ha ganado doce ligas, ocho copas, la Youth League de 2017, fue semifinalista de la UEFA de 2018 tras eliminar a la Real, el Borussia Dortmund o el Lazio y se ha convertido en un asiduo de la fase de grupos de la Champions. Por su banquillo han pasado, entre otros, Giovanni Trapattoni, Co Adriaanse, Ricardo Moniz –acompañado de Niko Kovac–, Roger Schmidt, el catalán Óscar García Junyent, Adi Hütter, Marco Rose o Jesse Marsch. Los tres últimos, actualmente dirigen a Borussia Mönchengladbach, Borussia Dortmund y Red Bull Leipzig en la Bundesliga alemana.
El actual técnico del equipo es el germano Matthias Jaissle, un joven de 33 años que tras jugar en el Hoffenheim, en 2016 comenzó su carrera como entrenador en la estructura formativa de Leipzig. Posteriormente, tras un breve paso como asistente en el Brondby danés, recaló en Salzburgo. Tras dirigir al juvenil, tomó las riendas del filial y el pasado mes de julio fue nombrado como preparador el primer equipo.
La nómina de jugadores que han vestido la camiseta del conjunto de Salzburgo también es más que reseñable, prueba de ello son los más de 360 millones de euros obtenidos mediante traspasos en los últimos cinco años. Unos ingresos que han llegado merced a las ventas de Naby Keita, Upamecano, Laimer, Caleta-Car, Haidara, Schlager, Minamino, Haaland, Szobolai, Hwang, Daka, Mwepu o Berisha. El eslovaco Pokorny, actualmente en el Sanse, también salió de Salzburgo rumbo a la Real.
En su plantilla, prácticamente todos los jugadores son menores de 25 años y conviven futbolistas de 13 nacionalidades distintas. Entre ellos, el que más destacado es Karim Adeyemi, joven delantero nacido en Múnich, de padre alemana y madre nigeriana. Con apenas 18 años, Hansi Flick le ha hecho debutar con la selección germana. Será el próximo gran traspaso de la estructura de Salzburgo.
El ocaso capitalino
La hegemonía del Red Bull y la pujanza del Sturm Graz han dejado en un segundo plano a los dos equipos de Viena, los históricos Austria y Rapid. De hecho, en estos momentos, ocupan el quinto y sexto puesto en la Bundesliga. Un pobre bagaje para los conjuntos más laureados de la competición.
El Rapid, dirigido ahora por el exrealista Didi Kühbauer, suma 32 títulos ligueros y otros 14 entorchados coperos en sus vitrinas, pero lleva 13 años de sequía. Cualquier tiempo pasado parece mejor para un entidad que ganó la Copa Mitropa –pionero torneo continental en el que participaron equipos de los países que integraron el Imperio Austrohúngaro junto con escuadras italianas– en 1930 y 1951. Durante la invasión nazi, el Rapid fue capaz de ganar la Copa en 1938 y proclamarse campeón de Alemania en 1941. Alcanzó también las finales de la Recopa en 1985 y 1996. En la primera perdió con el Everton de Howard Kendall y en la segunda frente al PSG que dirigía Luis Fernández. Por sus filas, entre otros, han pasado los míticos Krankl y Panenka.
El Austria de Viena, por su parte, ha sumado 24 Bundesligas y 27 Copas en sus 110 años de historia. Ganador de la Copa Mitropa en dos ocasiones, en 1933 y 1936, alcanzó la final de la Recopa en 1978 y las semifinales de la máxima competición continental un año después. En su banquillo se han sentado mitos como Bela Güttman, Herman Stessl o Joachim Löw, mientras que leyendas como Matthias Sindelar –el mejor futbolista austriaco de todos los tiempos y perseguido por los nazis–, Koncillia, Sara, Prohaska, Nyilasi, Polster, Morales o Djalminha se han enfundado su camiseta.
Un escuadra que también ha contado con presencia vasca merced a los 111 partidos disputados por el durangarra David De Paula. No obstante, los aficionados del Austria de Viena no dejaron ningún buen recuerdo debido a los incidentes que protagonizaron en sus emparejamientos europeos con el Athletic en 2005 y 2009.