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La Comisión de Salud Pública recomienda ahora retrasar a 5 meses dosis de refuerzo a infectados

Las personas adultas que hayan pasado el covid-19 pueden vacunarse con la tercera dosis después de cuatro semanas desde el diagnóstico, aunque la Comisión de Salud Pública aconseja que se haga a los cinco meses, cuando la inmunidad baje.

Imagen de archivo del proceso de vacunación en un centro de Iruñea. (Iñigo URIZ | FOKU)

La Comisión de Salud Pública, en la que están representados el Ministerio español de Sanidad y las comunidades autonómicas, ha recomendado que las personas adultas que se hayan infectado de coronavirus se pongan la tercera dosis a los cinco meses del diagnóstico –aunque puedan hacerlo a partir de la cuarta semana– y que los niños de 5 a 11 años que se hayan contagiado y aún no se hayan vacunado reciban una sola.

En el caso de que los pequeños se hayan infectado tras el primer pinchazo deberán darse un segundo a las ocho semanas del diagnóstico.

Así lo han acordado los directores generales de Sanidad y las comunidades en una reunión en la que han decidido que el intervalo entre la infección y la administración de la tercera dosis en adultos sea «de un mínimo de cuatro semanas», si bien ahora «se recomienda su administración a los cinco meses tras el diagnóstico de la infección».

Esta nueva recomendación llega después de que la Comisión de Salud Pública fijara en cuatro semanas el intervalo entre la segunda dosis y el pinchazo de recuerdo, un plazo que ha sido ampliamente criticado por expertos, especialmente inmunólogos, por considerarlo un «absurdo inmunológico» tras un contagio tan reciente.

«La evidencia actual muestra que el hecho de tener una infección por SARS-CoV-2 tras tener la pauta completa de primovacunación hace que se desarrolle una respuesta inmune más potente y más amplia en términos de neutralizar otras variantes del virus, en comparación con la respuesta inmune observada en personas que solo padecieron infección o que solo recibieron dos dosis», explica el Ministerio.

Además, las infecciones por ómicron «aumentan la respuesta de células de memoria a antígenos víricos» diferentes a la proteína S en comparación con las infecciones tras la vacunación causadas por la variante delta, lo que implica, añade, una ampliación de la inmunidad.

Es por eso que el recuerdo de los adultos que recibieron la pauta completa y que luego pasan la infección sintomática o asintomática, el intervalo que debe transcurrir entre la segunda y la tercera dosis debe ser de un mínimo de 4 semanas, aunque lo aconsejable es que lo hagan a los cinco meses.