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La Diputación pone tiritas a la N-I que fragmenta Andoain

La Diputación ha presentado un plan que prevé mantener la N-I en el núcleo urbano de Andoain, a pesar de que ya se aprobó la exteriorización de la misma. El Ayuntamiento rechazó el plan de la entidad foral mediante una moción que presentó una plataforma ciudadana.

Las congestiones y la gran afluencia de tráfico son habituales en los enlaces de la N-I con la A-15 en Andoain. (Gotzon ARANBURU | FOKU)

La pasada semana fue intensa en Andoain. El movimiento empezó el lunes, cuando en un pleno extraordinario se aceptó en el Ayuntamiento la moción propuesta por una plataforma ciudadana que pedía a los grupos políticos que solicitaran a la Diputación Foral de Gipuzkoa «paralizar» el proyecto denominado C2 que presentó para, en palabras de los responsables forales, la «mejora de la conexión» de la carretera A-15 con la N-I en Andoain, que mantiene el actual trazado interurbano de la carretera y el problemático nudo de Bazkardo. La plataforma aboga por descartar el plan de la Diputación porque, dice, «entra en colisión» con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente, donde se establece el proyecto de sacar esta carretera del núcleo urbano.

La moción de la plataforma vecinal que se formó en esta localidad guipuzcoana con la finalidad de «definir e impulsar una solución válida y sostenible» a esta infraestructura recogía otros puntos dirigidos a los socios del Gobierno municipal –PSE y PNV– y a los grupos de oposición Elkarrekin Podemos y EH Bildu. La moción les instaba a que consideren el proyecto denominado C2 «como una barrera irreversible que imposibilitaría futuros desarrollos, tanto urbanísticos como de movilidad interna urbana, que permitirían actuaciones de mejora sustanciales tanto en el ámbito social como en el comercial o industrial». Pedía que se ciñan al PGOU aprobado en 2011 e impulsen un trazado «actualizado» para la N-I y las conexiones con la A-15. Y exigía, además, que el Ayuntamiento requiera a la Diputación que en tanto se dé solución al problema instale paneles acústicos en las zonas de Andoain que se ven afectadas por el ruido de la carretera: Buruntza, Mimendi, Aita Larramendi Ikastola, zona deportiva de Ubitarte, Karrika y Sorabilla.

La moción fue aprobada por todos los grupos políticos a excepción del PNV, que se abstuvo.

Martes. La Diputación no tardó ni 24 horas en responder al Ayuntamiento de Andoain y aclarar que la demora en la instalación de soluciones acústicas frente a la Ikastola Larramendi –una de las mayores damnificadas por la N-I, que esta semana ha anunciado su adhesión a la plataforma ciudadana– es responsabilidad del Consistorio y no suya, porque hasta que el Ayuntamiento no ceda los terrenos no puede empezar con la licitación de la obra. Resulta curioso que la Diputación muestre ahora tanta celeridad para instalar la solución acústica cuando los vecinos y vecinas de Andoain llevan décadas reclamando estas pantallas.

Miércoles. «Es inaceptable que en estos momentos la Diputación quiera responsabilizar al Ayuntamiento, cuando hasta ahora no ha hecho nada», contestó la alcaldesa, Maider Laínez (PSE). Pidió a la entidad foral que atienda a lo que ha pedido la ciudadanía, que «ya ha manifestado alto y claro que está en contra del proyecto». En cuanto a la cesión de los terrenos, arguyó que el Gobierno municipal estaba esperando a terminar de recibir las alegaciones pertinentes.

Unas horas más tarde. El grupo municipal del PNV, en línea con la Diputación, afirma que «el retraso deliberado en el desarrollo del proyecto es consecuencia de la iniciativa exclusiva de la alcaldesa, Maider Laínez, y del Partido Socialista del Gobierno municipal de Andoain».

Mientras se cruzaban acusaciones entre instituciones públicas y se enquistaba un debate mayor con las pantallas acústicas, la plataforma ciudadana que empezó a movilizarse a finales de julio contra el proyecto de convivencia C2 conseguía avanzar en su propósito de exteriorizar la N-I en Andoain. Redactó un extenso informe de alegaciones, de 23 páginas, avalado y firmado por 451 vecinos de la localidad. El miércoles presentaron el documento ante la Diputación.

«Tenemos la N-I en un lado y el tren en el otro. Andoain no tiene centro, y todo esto imposibilita la vida comercial, las relaciones sociales, la cohesión»

 

Problemas del actual trazado

Fue una semana intensa en Andoain, pero los problemas derivados con los enlaces de la carretera A-15 con la N-I vienen de atrás; ya se están haciendo viejos. Inaxio Pérez de Eulate, uno de los impulsores de la plataforma ciudadana, despliega una fotografía de una carretera a la altura de la calle Mimendi de Andoain, que data de 1940. Ese mismo trazado de carretera es hoy la N-I, la misma que, al menos desde la década de 1980, andoaindarras exigen que se saque del núcleo urbano. Porque en 1940 no había viviendas alrededor de la antigua carretera, pero a partir de la década de los 70 se empezó a construir un entorno urbano. Entonces circulaban a diario unos 2.000 vehículos, según Pérez de Eulate; ahora son 70.000, según la Diputación.

Esto provoca numerosas afecciones a los vecinos y vecinas de Andoain, que están recogidas en el informe del arquitecto municipal. La principal, la contaminación acústica, el ruido, que supera los límites legales establecidos, tanto en zonas residenciales como en la zona de Allurralde, a orillas del Oria, donde se ubican la Ikastola Aita Larramendi y dos complejos deportivos. «Esta zona se urbanizó porque ya existía la idea de sacar el tráfico de allí», matiza Pérez de Eulate. Asimismo, la N-I, tal y como está ahora y proyecta la Diputación, también causa graves afecciones atmosféricas.

La travesía de la N-I a su paso por Andoain genera además problemas más estructurales, como –recoge el informe– «un fortísimo efecto barrera que cercena e impide la vertebración» de la localidad. «Tenemos la N-I en un lado y el tren en el otro. Andoain no tiene centro, y todo esto imposibilita la vida comercial, las relaciones sociales, la cohesión», añade este vecino.

El C2 y sus afecciones

Aunque el gabinete de prensa de la Diputación no respondió al requerimiento de entrevista de NAIZ para que presentara su plan, el informe del arquitecto municipal detalla los puntos clave del proyecto de convivencia C2 y las afecciones que podría provocar. El plan mantiene la N-I dentro del núcleo urbano, a pesar de que el proyecto que contemplaba exteriorizar la carretera desde Bazkardo (norte de Andoain) a Sorabilla (suroeste) ya había sido aprobado en 2011. En 2017, la entidad foral se echó atrá;, la incógnita es por qué lo hizo. El plan que se aprobó con el PGOU con un presupuesto de 120 millones de euros, le parecía caro. «El TAV, la Supersur, los túneles de Artxanda… ¿no son caros?», pregunta Pérez de Eulate.

El plan C2 de la Diputación mantiene la N-I dentro del núcleo urbano, a pesar de que el proyecto que contemplaba exteriorizar la carretera desde Bazkardo a Sorabilla ya había sido aprobado en 2011

 

El C2, según explicó el ente foral en una nota, persigue el objetivo de «aumentar la seguridad en la conexión y dotar al enlace de una mayor capacidad para evitar y mitigar las retenciones». Y con un presupuesto de 75 millones de euros, plantea construir un viaducto en Bazkardo, en la conexión de la A-15 con la N-I, entre el caserío Elizalde Aundi hasta la altura de la empresa Sapa. Explica el integrante de la plataforma ciudadana que este nuevo vial tendría el mismo ángulo que la curva que reduce la velocidad a un máximo de 60 km/h en la N-I dirección Tolosa.

Cuatro carriles en Sorabilla

Además, el proyecto plantea la rectificación de la curva a la altura de la ikastola, lo que conllevaría el acercamiento de la plataforma viaria al recinto educacional. Justo después, la curva a la altura del polideportivo se trasladaría hacia las campas interiores de Allurralde para ampliar el radio de curvatura. Para ello, la Diputación expropiaría más de 15.000 m² de terreno al caserío Allurralde Berri.

El proyecto prevé ampliar la plataforma viaria también en la zona de Buruntza, lo que obligaría a demoler varias edificaciones, entre ellos el caserío Elizalde Aundi, incluido en el Catálogo de Patrimonio Urbanístico del PGOU.

En la zona del casco urbano de Sorabilla, la institución foral pretende ampliar la N-I a cuatro carriles, modificar el enlace de la citada carretera y el acceso al barrio. Esto «supone un aumento de las afecciones y problemática que actualmente soporta la zona», reza el informe.

Por lo tanto, a modo general, informe elaborado por el arquitecto municipal corrobora lo dicho por Inaxio Pérez de Eulate: «El proyecto de trazado para la mejora de la conexión de la A-15 con la N-I en Bazkardo [...] supone aumentar el efecto barrera generado por la N-I, acentuando y perpetuando indefinidamente la problemática de interferencias y afecciones existentes en la trama urbana y red viaria local del municipio a ambos lados de la infraestructura viaria». Y, por esta razón, pide trasladar a la Diputación «la oposición al proyecto presentado, solicitando la reconsideración de la alternativa de convivencia desarrollada en el proyecto y que se retome el estudio de la opción de una variante exterior, como alternativa que resolvería de manera completa la problemática y afecciones existentes».

Las personas en el centro

El Ayuntamiento y gran parte de la ciudadanía ya ha expresado su rechazo al proyecto de la Diputación y remarcan la necesidad de externalizar el actual trazado del núcleo urbano y compatible con los objetivos marcados en el PGOU, en tanto que sea sostenible y «respetuoso con los intereses de las personas», señala Pérez de Eulate.

La plataforma ciudadana propone redimensionar los actuales tráficos y «poner a las personas en el centro, no el tráfico»

 

«El punto de partida sería redimensionar los actuales tráficos –propone, como ejemplo, una derivación real de la mercancía pesada a la AP-I y AP-8– y actualizar los futuros proyectos en base a los tráficos naturales», añade.

Las ventajas de retirar la N-I del interior de Andoain serían importantes, apunta el integrante de la plataforma ciudadana. «Se crearían bulevares urbanos, el trazado de la actual N-I se podría convertir en una vía urbana que descongestionaría de tráfico la actual trama de calles que cumplen esa función, como Larramendi, Zumea, Calle Nueva hasta Goiko Plaza o Makaldegi. Permitiría desarrollos comerciales sustanciales y planeamientos de movilidad no motorizada».

Pero sobre todo, Pérez de Eulate destaca que permitiría «poner a las personas en el centro y no el tráfico».

Cómo trazar una carretera fuera del núcleo urbano de Andoain, o cómo mejorar y actualizar la propuesta recogida en el PGOU, habría que consensuarlo entre los diferentes agentes implicados, incluyendo la ciudadanía. Ahora, lo urgente para la plataforma ciudadana es sacar la carretera de Andoain.