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Boston Celtics se preparan para alcanzar su «mayoría de edad» al final de la temporada

Junto con Los Angeles Lakers, los «Orgullosos Verdes» suman 17 anillos de campeón y pese a los bruscos cambios durante la pretemporada, lideran la NBA y tienen en Jayson Tatum una de las mayores estrellas de la competición.

Jayson Tatum es el indiscutible líder del líder de la NBA. (Winslow TOWNSON | AFP PHOTO)

El día en el que «Dios se vistió de jugador de baloncesto», Dios perdió, y lo cierto es que a nadie le extrañó aquella derrota. Era el 20 de abril de 1986 y Michael Jordan anotaba 63 puntos, a lo que sumaba 5 rebotes, 6 asistencias, 3 robos de balón y 2 tapones. Pero sus Chicago Bulls, con John Paxson como único acompañante de «MJ» en el exitoso porvenir de la franquicia, pero sin Phil Jackson, ni Pippen, ni Horace Grant, ni BJ Armstrong... cayeron por 135-131 en aquel partido de la primeras eliminatoria de los play-offs de la campaña 1985/86. Es más, aquella ronda terminaría por la vía rápida, con los Bulls «barridos» por 3-0.

Claro, es que se enfrentaban a los Boston Celtics del «Sweet Sixteen»; unos «dulces dieciséis», en referencia al decimosexto título de la historia de la franquicia de Massachusetts: los «Orgullosos Verdes».

El «Intelectual Game» que practicaban aquellos Celtics es aún hoy recordado, pese a que su baloncesto se jugaba aún a ras de suelo, siendo el advenimiento de Michael Jordan –y anteriormente, la del «Doctor J» Julius Erving– el momento de un cambio de época, en el que el basket se empezaría a mover más rápido y cada vez más en el aire.

Pero antes de llegar a aquellos vuelos, había que pasar por la etapa de los Celtics y sus memorables luchas contra los Lakers. Curiosamente, los Celtics del «Sweet Sixteen» se no cruzaron con  los Lakers en la Finalísima de la NBA, sino ante los Houston Rockets de las «Torres Gemelas» Ralph Sampson –cuyas rodillas no soportaron el trote que precisaba su espigadísimo cuerpo de 224 centímetros– y un joven Akeem –más tarde se añadiría la hache a su nombre de pila– Olajuwon.Bastante hicieron los Rockets con caer por 4-2.

Los Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish, más Bill Walton –el héroe de la «Blazermania» en los 70, en su último año en la élite, un canto del cisne antes de que las lesiones lo retirasen–, Rick Carlslile y Jerry Sichting completando la rotación de ocho efectivos «reales» que empleaba KC Jones –uno de los primeros entrenadores de raza negra en llegar a la élite–, con el inefable «Red» Auerbach en las oficinas –ya erigido en presidente de la franquicia–, formaron un conjunto inolvidable, que hicieron de la competitividad, el pase, el movimiento sin balón y del tiro de la media y larga distancia su bandera. A pesar del evidente desarrollo actual del juego, digamos que los fundamentos del juego siguen intactos cuando uno repasa los vídeos de aquel equipo, y si bien en el apartado físico parece haberse quedado atrás por el paso del tiempo, en lo que al juego se refiere, aquellos Celtics del «Sweet Sixteen» son modernos como pocos.

Pero desde aquel 1985/86, los «Orgullosos Verdes» solo han vuelto ha ganar un título: el de la campaña 2007/08, con el «Big Four» compuesto por Paul Pierce, Kevin Garnett, Ray Allen y Rajon Rondo, superando, ahora sí, a los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol, unos Lakers que les devolverían la moneda dos años más tarde, en unas Finales durísimas decididas en el desempate.

Hasta este 2022, los Celtics no habían pisado unas finales desde aquel año 2010, y sus archienemigos Lakers conseguían en la edición de la «Burbuja» de Florida en 2020, igualarlos en número de anillos: 17 por cabeza. Boston regresó a las Finales el pasado verano, pero los recuperados Golden State Warriors, pese a no tener ya a Kevin Durant, les cerraron la puerta en las narices, impidiendo la «mayoría de edad» a los de Massachusetts.

Y no pintaban bien las cosas en el arranque de la temporada, o más bien en la pretemporada. La gerencia se supo mover de maravilla, consiguiendo a un precio más que razonable a Malcolm Brogdon y Danilo Gallinari. Pero en la preparación del Eurobasket Gallinari se lesionaba de gravedad, y Rob Williams caía para tres meses. Para colmo de males, el entrenador Ime Udoka, quién llevó a la franquicia a luchar por el anillo, fue apartado por la organización y despedido después –ahora está en los Brooklyn Nets– por tener relaciones con una empleada de los propios Celtics, consensuadas en un principio, pero con cierto grado de acoso después del idilio. Joe Mazzulla tuvo que tomar el relevo de Udoka casi a la carrera, y aunque la base de la plantilla era casi la misma, las encima del proyecto eran razonables.

Hasta que llegó el baloncesto

A día de hoy, y a sabiendas de que la temporada, por no hablar de la postemporada, es larguísima, los Celtics lideran la NBA con un balance de 18-4, tres victorias por encima de los Milwaukee Bucks –que suman dos partidos menos– y los Phoenix Suns, que lideran el Oeste con 15-6. Los «Orgullosos Verdes» han sumado la victoria en sus cinco últimos partidos, siendo el último un deleite para sus fans por los 49 puntos de Jayson Tatum, para derrotar a los Miami Heat por 134-121.

El portal especializado Gigantes.com titulaba recientemente un análisis en el que definía el ataque de los Celtics como «el mejor de la historia de la Liga».

«Son el mejor ataque de la historia de la NBA, por eficiencia y números. Anotan 120,9 puntos por 100 posesiones, que son 3,6 más que el ataque de los Nets en 2021. Lideran la competición en eficiencia de tiro, porcentaje de triples y triples anotados, porcentaje de tiros libres y, casi como consecuencia natural, tienen el mejor récord de la NBA. Son el mejor equipo de la NBA y, a diferencia del curso pasado, todo nace del ataque», resumía el portal.

Si aquellos Celtics de la temporada 1985/86 eran de los pocos que usaban el triple con cierta frecuencia, con Larry Bird, Ainge, Carlslile o Sichting capaces de abrirse y anotar desde más allá del arco con regularidad, ahora las cosas han cambiado. Sabido es que el rango del triple se ha alargado hasta el infinito, o casi, sobre todo desde la explosión de Stephen Curry en particular, el sistema de juego de los Warriors específicamente hablando y el propio juego en general.

Sabido es que a no pocos entrenadores y aficionados este abuso del triple acaba saturando y sus razones tienes, pero lo cierto es que estos Celtics de la campaña 2022/23 basan su juego de ataque en el lazamiento lejano. «Solo 12 veces en la historia un equipo ha tirado por encima del 40% en triples y solo en tres ocasiones una franquicia ha metido 16 triples o más por partido. Boston Celtics cumple ambos requisitos», reza el mentado análisis. A excepción de sus tres mejores jugadores, Tatum, Jaylen y Smart, toda la plantilla está tirando por encima del 43%. Tiran mucho y meten más que nadie.

La gran perdedora de esta sobredosis de triples es la media distancia, esa que los Celtics de los 80 bordaban como nadie en base a la lógica que dice que «si tú estás sobremarcado, alguien ha de estar libre. Para eso entrenamos el pase y el tiro, y por eso tenemos a pasadores increíbles y a los mejores tiradores» –cita textual de Bill Walton–.

Pero esa lógica ha ido alejando el punto de lanzamiento, tanto que el tiro de media distancia ya supone menos del 25% de los lanzamientos de los jugadores de Boston, que han sustituido esos tiros por bandejas o mates; en resumen, recursos desde la pintura, donde encestan un 67,7%. «Saben elegir qué tiros necesita y acuden a ellos con absoluta facilidad, pero además, se permiten el lujo de utilizar todo tipo de recursos para conseguirlo. No hay una jugada donde los Boston Celtics estén por debajo de la media», concluye el análisis.

«Placer por el pase»

«Hace falta sentir placer por el pase», declaraba en su día Rubén Magnano, campeón olímpicon con Argentina en Atenas 2004 y posterior seleccionador de Brasil. Rememorando los viejos vídeos de los Celtics de KC Jones y recordando la mencionada cita de Walton, cuando alguien está sobremarcado, alguien está solo y la cuestión es que a ese alguien el balón le llegue en condiciones. Si además, los cinco jugadores sobre la cancha son una amenaza en el lanzamiento, sobremarcar es una locura si el equipo sabe pasar porque tiene el concepto del pase automatizado.

Y los Celtics lo tienen. «El 84,4%de los triples anotados son asistidos y el 63% de los tiros vienen tras pase de un compañero». Los 39,2 puntos vía «catch and shoot» –agarrar y tirar– de los Celtics superan a Curry y Klay Thompson, los «Splash Brothers» de los Warriors. Si el tirador recibe en ventaja, solo tiene que levantarse y tirar, y el entrenamiento facilita el resto.

En los 20 primeros partidos de la Liga Regular, los Celtics superaron los 120 en 12 de ellos y bajo el liderazgo de Jayson Tatum, seis jugadores promedian por encima de 10 puntos. Tatum promedia 31,6 puntos; Jaylen Brown, 26,1; Malcolm Brogdon, 14,4; Marcus Smart, 11,5; Derrick White, 11,1; al Horford, 10,9.

Una estrella consolidada

Jayson Tatum quedó un tanto «señalado» en las pasadas Finales perdidas ante los Warriors. Quizá por ello, aunque no sorprenda, sí que resulte llamativo que está intentando dar un paso adelante en su carrera, liderando a los Celtics en pos de ese anillo número 18.

«Promedia 3,9 puntos más que el curso pasado, mientras mantiene las cifras en rebotes, asistencias, robos o tapones. Sus porcentajes de tiros libres y tiros de dos han crecido y sigue en un decente 34.7% en triples, cifra similar a 2022. Y todo con los mismos tiros de campo lanzados. Además, ha trabajado en sus asignaturas pendientes. Uno de sus puntos débiles era conseguir tiros libres; esta temporada, un 23.9% de sus puntos vienen desde la línea de personal, una cifra similar a Kevin Durant o Ja Morant, habituales en el arte de conseguir faltas. Su ratio de tiros libres por tiros de campo es de 40.4%, casi el doble de su promedio en la NBA», añade el estudio de Gigantes.

En un equipo tan especializado en el triple, Tatum anota un 75% de los tiros desde la pinturam y la mitad de sus lanzamientos llegan tras asistencia, números que no tenía desde la época de Kyrie Irving, cuando todavía era el cuarto jugador más importante de la plantilla.

Tatum lidera la liga en puntos posteando y sigue siendo diferencia también en defensa. Es uno de los seis jugadores que promedia más de 30 puntos por partido en la NBA actual y máximo favorito en casas de apuestas y páginas web especializadas en la carrera por el MVP.

«Los Boston Celtics no son un equipo, son una forma de vida», dijo en su día el gran «Red» Auerbach. Sabido es que estas frases no se oían tanto en la travesía del desierto de los años 90 y los primeros años del siglo XXI. Pero los Celtics han vuelto.