La mayoría de las futbolistas que ganaron el Mundial mantiene la negativa a ser convocadas
La mayoría de las futbolistas que ganaron el Mundial el pasado agosto junto a otras internacionales firman un comunicado para explicar que mantienen su negativa a ser convocadas mientras los cambios no sean más profundos en la Federación Española.
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A seis días de que arranque la Liga de Naciones, que determinará los representantes europeos en los Juegos de París, la campeona del mundo no tiene selección con la que competir. Ni la dimisión de Luis Rubiales ni la destitución de Jorge Vilda han bastado para convencer a las internacionales españolas que, tras varias y largas reuniones, acaban de comunicar que mantienen su negativa a ser convocadas mientras los cambios en la Federación Española no sean más profundos. La nota la han firmado 21 de las 23 jugadoras que ganaron el Mundial –todas salvo Claudia Zornoza y Athenea del Castillo–, la parte de ‘las quince’ que no tomó parte en el campeonato y otras compañeras que han sido internacionales con la rojigualda en algún momento. Entre ellas, Irene Paredes, Oihane Hernández, Elene Lete, Maite Oroz, Nerea Eizagirre, Amaiur Sarriegi y Ainhoa Moraza.
Aunque los rumores ya apuntaban a que las futbolistas, que se saben ahora más respaldas que hace un año, se mantendrían firmes, la confirmación de su decisión ha debido sorprender en la Federación Española. Estaba previsto que a las 16.00 fuera presentada oficialmente Montse Tomé en la sede del organismo como nueva seleccionadora y que en ese mismo acto diera a conocer la lista de convocadas para los dos partidos que debe disputar España en la primera jornada de la Liga de Naciones. Pero nada más hacerse público el comunicado de las futbolistas, la Federación Española ha comunicado a través de redes sociales que «el acto de presentación de Montse Tomé y anuncio de la primera convocatoria, previsto para las 16 horas, queda retrasado a un nuevo horario por confirmar». Y eso que, como puede leerse en el propio comunicado, se han mantenido ya varias reuniones con la Federación Española en la que se han explicado las líneas rojas del colectivo.
Parece complicado que la RFEF pueda cumplir todas las demandas en breve, aunque sí adquirir compromisos firmes –las dos partes están conversando en este momento– con las internacionales españolas, que esta vez han sido explícitas, algo que se les venía reclamando desde que la renuncia de «las quince» desvelara hace un año que su experiencia en la selección rojigualda no era la óptima. Concretamente, exigen la reestructuración del organigrama de fútbol femenino, del gabinete de la presidencia y Secretaría general, del área de comunicación y marketing y de la dirección de integridad, así como la dimisión del presidente de la RFEF. Es decir, de todos los puestos clave de un organismo cuyo funcionamiento deja mucho que desear y no solo en lo concerniente al fútbol femenino.
#SeAcabó pic.twitter.com/4Q6E938Mzk
— Ainhoa V Moraza (@ainhoavmoraza) September 15, 2023
En el comunicado expresan, como ya lo hicieran el pasado 25 de agosto, «su enorme descontento tras los hechos acontecidos en la entrega de medallas en la Copa Mundial femenina y la posterior asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol. Los hechos que desgraciadamente todo el mundo ha podido ver no son algo puntual y van más allá de lo deportivo. Ante estos actos debemos tener tolerancia cero, por nuestra compañera, por nosotras y por todas las mujeres».
Se explica asimismo que han realizado «diversas reuniones con la RFEF en las que se ha expresado de manera clara y contundente por parte de la plantilla los cambios que entendemos que son básicos para poder avanzar y llegar a una estructura que no tolere ni forme parte de hechos tan denigrantes. Las jugadoras de la selección española en todo momento hemos tenido una actitud abierta al diálogo, buscando transmitir unos motivos claros y argumentados que entendemos necesarios para poder realizar nuestro trabajo al máximo nivel con el respeto que merecemos». Los cambios que se demandan se argumentan con «la tolerancia cero ante esas personas que desde un cargo dentro de la RFEF han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes van contra la dignidad de las mujeres. Creemos firmemente que se requieren cambios contundentes en los puestos de liderazgo de la RFEF y en concreto, en el área del fútbol femenino. Todas estas personas entendemos que deben estar lejos del sistema que debería protegernos y que por desgracia se aleja mucho de una sociedad avanzada». Consideran que los cambios que se han producido hasta ahora «no son suficientes para que las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento».
Concluye el comunicado diciendo que «las jugadoras de la selección española somos jugadoras profesionales y lo que más nos llena de orgullo es el vestir la camiseta de nuestra selección y llevar a nuestro país siempre a los puestos más altos. Por ello, creemos que es el momento de luchar para mostrar que estas situaciones y prácticas no tienen cabida en nuestro fútbol ni en nuestra sociedad, que la estructura actual necesita cambios y lo hacemos para que las próximas generaciones puedan tener un fútbol mucho más igualitario y a la altura de lo que todos merecemos».
No es pequeño el riesgo que corren las futbolistas con su decisión. Si los responsables de la Federación Española siguen con la «mano dura» por la que optó Luis Rubiales, al que a fin de cuentas son muy afines, a las internacionales se les podría aplicar la sanción que establece el artículo 65 del Código Disciplinario de la Federación Española, que contempla multas de entre 3.006 y 30.051 euros y penas de suspensión de licencia de entre 2 y 5 años. Y no hay que olvidar que buena parte de las personas que dirigen ahora mismo la Federación Española y que, por tanto, tienen que decidir si acceden a la petición de las futbolistas, son precisamente aquellas cuya salida se pide desde el colectivo.