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Retirada la opa húngara sobre Talgo tras el rechazo de Madrid avalado por Bruselas

La compañía húngara que ha lanzado una opa sobre Talgo interpeló a la Comisión Europea pero Bruselas ha dejado claro este jueves que respalda al Gobierno español en su rechazo.  Tras ello, la opa ha sido retirada. ¿Qué dicen sus reglas sobre inversiones extranjeras que los estados no desean?

Este convoy del Talgo destaca en la entrada a la planta del grupo en Ribabellosa. (Endika Portillo | Foku)

La Comisión Europea ha subrayado este jueves que la decisión del Gobierno español de rechazar la oferta del consorcio público privado húngaro Ganz-Mavag (Magyar Vagon) sobre Talgo corresponde al Estado español, y que ni siquiera es necesario que el país la comunique a Bruselas. Tras ello, por la noche se ha conocido que Magyar Vagon ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que retira la opa, lo que da a entender que acata la decisión del Ejecutivo Sánchez y se retirada.

«La prerrogativa de estas decisiones es de los Estados miembros. No tenemos ningún comentario específico», ha señalado la portavoz comunitaria Francesca Dalboni en la rueda de prensa de la Comisión por la mañana.

Ha recordado asimismo que la legislación europea permite a los Estados miembros «restringir» la libre circulación en la UE sobre la base de motivos de seguridad pública, aunque recordó que las medidas adoptadas deben ser «justificadas y proporcionadas».

Por su parte, el portavoz jefe comunitario, Eric Mamer, añade que Bruselas no está al corriente de posibles contactos de la empresa húngara afectada con el Ejecutivo comunitario. Agrega en cualquier caso que el Tribunal de Justicia de la UE es siempre el último auditor en caso de que haya una queja por parte de una de las partes.

La decisión de Madrid ha sido rechazar la oferta argumentando que afecta a la seguridad nacional. Aunque no se aportan más detalles, conocedores de las interioridades del caso y analistas apuntan a la conexión de la empresa con el primer ministro húngaro, el ultra Viktor Orbán. Y otros van más allá apuntando a temores de Madrid relacionados con Rusia.

El proceso era observado con especial atención en la planta de Ribabellosa (Araba), puesto que es la mayor de Talgo en el Estado con 700 trabajadores, por lo que ha cundido la incertidumbre en estas 48 horas.

Las reglas europeas

¿Cuáles son las reglas europeas sobre inversiones extranjeras a las que ha aludido Dalboni y que han podido acabar siendo determinantes?

La Unión Europea tiene en vigor desde octubre de 2020 un reglamento sobre Inversión Extranjera Directa (FDI) para que los Veintisiete estén mejor equipados para identificar, evaluar y mitigar los posibles riesgos para la seguridad o el orden público, sin que por ello la UE deje de ser una de las zonas de inversión más abiertas del mundo.

En todo caso, son los Estados miembros quienes mantienen los mecanismos de control necesarios para detectar riesgos para la seguridad o el orden público derivados de determinadas operaciones de inversión, y los que tienen la última palabra sobre ellas.

Algunas de sus claves son estas:

Mayor cooperación ante riesgos: La ley europea aportó un mecanismo de cooperación en el que los Estados miembros y la Comisión pueden intercambiar información, experiencias, mejores prácticas y plantear sus preocupaciones en relación con inversiones específicas. Esto agiliza las decisiones cuando se aprecien riesgos para la seguridad o el orden público, destaca la Unión.

Herramientas para la defensa nacional: La normativa establece determinados requisitos para los Estados miembros que deseen mantener o adoptar un mecanismo de escrutinio a escala estatal. Con ello, tienen la última palabra sobre si debe permitirse o no una operación de inversión específica en su territorio, y la ley europea tiene en cuenta la necesidad de operar con plazos cortos favorables para las empresas y con fuertes requisitos de confidencialidad.

Opinión de la Comisión si afecta a más de un país: La regulación también permite a la Comisión Europea emitir opiniones cuando una inversión amenace la seguridad o el orden público de más de un Estado miembro, o cuando una inversión pueda socavar un proyecto o programa estratégico de interés para toda la UE, como puede ser la constelación de satélites Galileo.

Los casos que solo implican inversiones de una o varias entidades establecidas en la UE no entran, en principio, en el ámbito de aplicación del reglamento, a menos que la empresa que realiza la inversión sea una disposición artificial que no refleje la realidad económica.

Revisión de la legislación y Rusia: El pasado enero, la Comisión Europea propuso reforzar el control sobre inversiones directas extranjeras que considere que puedan suponer un riesgo para la seguridad, teniendo especialmente en mente a Rusia.