Siete captadores para medir el nivel de polen y facilitar la primavera a los alérgicos
Los niveles de polen son distintos en cada zona de Euskal Herria. Siete medidores captan la cantidad de microgranos de cada variedad. Conocer la localización de estas máquinas y familiarizarse con sus datos es útil para los afectados, cerca de medio millón en tierras vascas.
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Un 15% de la población de los países industrializados, unas 500.000 personas en el caso de Euskal Herria, viven la primavera pendientes, en mayor o menor grado, del aire. La floración primaveral dispara el polen en el ambiente, para desgracia de aquellas personas alérgicas. Para monitorizar la carga a cada momento, la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno de Lakua cuenta con tres captadores de polen, uno en cada capital. El Instituto de Salud Pública y Laboral de Nafarroa (Ispln), por su parte, cuenta con otros cuatro en Iruñea, Tutera, Doneztebe y, desde este año, Lizarra.
Estos captadores recogen muestras diarias con las que determinan el nivel y tipos de polen presentes en el aire. A partir de estos datos, los históricos y la meteorología prevista, se elaboran informes semanales de situación y previsión que se remiten a los profesionales sanitarios y se publican en las páginas web de los gobiernos vasco y navarro. De este modo, la población puede conocer los niveles de polen y la previsión.
El Ispln ya ha iniciado la campaña de previsiones semanales de los niveles atmosféricos de polen, servicio que estará activado hasta el próximo 30 de junio. Contactada por NAIZ, Estrella Miqueleiz, técnica superior del Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental de Nafarroa, explica que estos captadores controlan las diferentes zonas climáticas y miden los niveles diarios de una treintena de pólenes alergénicos.
Los captadores tienen un orificio que aspira el aire ambiental. El polen se adhiere a una cinta colocada en un rotor que gira lentamente, dando una vuelta completa en una semana. De este modo, al recoger la cinta puede distinguirse de qué día de la semana es la muestra.
Semanalmente, los resultados de los contajes diarios son enviados al laboratorio. En los periodos de máxima polinización, de febrero a junio y de septiembre a octubre, se publican informes diarios y mensuales, y se realizan previsiones semanales accesibles en la web del Ispln. En el caso de la CAV, Euskalmet sintetiza en una sola presentación la información necesaria para los afectados: tipo, nivel actual y previsión semanal.
Por otro lado, el Gobierno de Nafarroa y el Ayuntamiento de Iruñea ofrecen un servicio de información de la previsión semanal de niveles de polen a través del envío de SMS o correos electrónicos.
Según declara Miqueleiz, es complicado hacer previsiones a más largo plazo porque los niveles de polen dependen de la meteorología. La técnica del Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental señala que los niveles de polen fluctúan año a año, y pone como ejemplo el polen del ciprés, ya que, al florecer en invierno, poliniza antes que el resto de pólenes alergénicos.
A finales de marzo, los niveles de polen de ciprés eran más bajos que los del año pasado, que fueron altos. Por otro lado, Miqueleiz apunta a una tendencia al adelanto de la floración, así como a un aumento de su duración.
Un problema de salud pública
La alergia es una reacción inmunitaria del organismo frente a una sustancia generalmente inocua. En el caso del polen, cuando afecta a las vías respiratorias altas, se manifiesta en forma de obstrucción nasal, respiración bucal, abundante mucosidad líquida y transparente, picor de nariz y estornudos, enrojecimiento de los ojos, hinchazón de los párpados, lagrimeo y picor. En cambio, cuando la alergia afecta a las vías respiratorias bajas, los síntomas son la falta de aire, tos y ruidos silbantes en el pecho (es decir, asma).
La alergia al polen es un problema de salud pública, en especial entre los jóvenes, entre los que el porcentaje de afectados escala al 30%.
El nivel de polen en el aire está directamente relacionado con los periodos de polinización propios de cada planta y la pluviometría, insolación, humedad, temperatura y viento. La lluvia y la nieve registradas durante el otoño y el invierno influyen al alza en la cantidad de polen detectado.