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Iñigo Pérez: una bronca interna que podría variar su decisión de seguir en el Rayo Vallecano

Iñigo Pérez renovó en abril pasado con el Rayo Vallecano hasta este próximo junio. Recientemente, ha llegado a declarar que estaría dispuesto a prorrogar todavía más ese compromiso, pero nuevas ofertas y episodios como el que vivió ayer con Balliu podrían variar esa decisión.

Iñigo Pérez obró la remontada ante el Lech Poznan, aunque sus decisiones derivaron en bronca con Balliu. (AFP7 via Europa Press)

«En lo personal yo soy feliz en Vallecas, puedo desarrollarme como entrenador y como persona. Soy consciente que lo que tengo aquí no se va a encontrar por igual en otro sitio, ni el grupo humano ni la afición que tengo», declaraba recientemente Iñigo Pérez.

Toda una declaración de intenciones aventurando una prórroga de su contrato –finaliza en junio de 2026– que ahora podría cambiar a raíz del episodio vivido con Balliu y de todo un abanico de ofertas atractivas que tiene por parte de otros clubes. Pérez tuvo un importante enfrentamiento verbal con el lateral catalán cuando lo sustituyó.

Pese a los cantos de sirena de Osasuna y Real de la pasada primavera con vistas a que en la presente campaña dirigiese a alguna de sus respectivas plantillas, el técnico iruindarra apostó en abril pasado por continuar dirigiendo al equipo franjirrojo en una decisión que reforzó al grupo y le permitió clasificarse para la Conference League.

Sin embargo, lo sucedido ayer iniciada la segunda parte frente al Lech Poznan y nuevas propuestas de equipos de la Premier y la Ligue1 podrían precipitar su salida, incluso en este próximo mercado invernal. 

La bronca derivó en que Iñigo Pérez no diese la rueda de prensa postpartido –lo hizo el director deportivo, David Cobeño–, tras transmitir la entidad vallecana que se encontraba indispuesto. Nada extraño si tenemos en cuenta el habitual carácter del entrenador navarro, tranquilo y conciliador, alterado por un episodio poco frecuente y que le habría afectado a su ánimo.

Apoyo presidencial y del vestuario

A su favor, el apoyo de su presidente, Martín Presa, quien declaró que «es intolerable que un futbolista proteste por un cambio y es merecedor de sanción», aventuró. Y también el del vestuario, que se reunió posteriormente, y censuró la postura de Balliu. Alguno de sus compañeros aseguró incluso que «sabe que se ha equivocado».

Pese a ello, este tipo de episodios suelen dejar huella, lo que, sumado, a que ya haya sido sondeado el entorno de Iñigo Pérez por clubes tan importantes como el Wolverhampton, Nottingham Forest –ambos envueltos en una crisis deportiva con relevos en sendos banquillos– o Mónaco pueden acelerar un cambio de aires.

De lo que no cabe ninguna duda es de que el iruindarra sabe lo que se hace cuando tiene que tomar decisiones desde el banquillo. Ayer frente al Lech Poznan volvió a demostrarlo. Un cuádruple cambio en el minuto 55 obró el milagro de remontar un 0-2 adverso.

Este duelo europeo fue de todo, menos tranquilo. Al agitado marcador hubo que sumarle la pelea previa entre aficiones por las calles de Vallecas, atizada con anterioridad por un video del club polaco en el que ridiculizaba las instalaciones rayistas –vestuarios– y la intrusión de un famoso hooligan e influencer del Lech Poznan, pintando el logo del equipo en el estadio vallecano.