Plantas de biometanización en Nafarroa, una falsa solución medioambiental
Las plantas de biometanización han marcado el debate político en Nafarroa. Sustrai Erakuntza, que lleva años tratando el tema, advierte de que, más allá de «los bulos» de sus impulsores, son infraestructuras contaminantes ligadas a la ganadería industrial.
Las plantas de biometanización se han instalado en el centro del debate político en Nafarroa. En un breve plazo de tiempo se han sucedido el acuerdo entre UPN y PSN para aprobar una «moratoria descafeinada» a nuevas instalaciones y la ruptura del alcalde de Tutera y vicepresidente de UPN, Alejandro Toquero, con el Gobierno navarro tras sentirse traicionado tras este pacto.
Los proyectos se suceden por toda la geografía navarra y la oposición crece entre el vecindario, superando generalmente las divisiones partidarias. El último ejemplo ha sido el de Arroitz, donde el Ayuntamiento, gobernado por el PSN, ha reclamado la paralización de la planta de biometanización que inicialmente apoyó tras constatar la oposición vecinal existente en la localidad. Finalmente, la empresa ha asumido la situación y ha paralizado temporalmente el proyecto.
En Cintruénigo, se han recogido más de 1.700 firmas contra el proyecto de otra planta y en el vecino Fitero UPN y PSN han hecho causa común contra la misma, en un consenso que rompe actitudes casi atávicas.
Desde Sustrai se denuncia que el Gobierno navarro, ayuntamientos y partidos políticos han puesto «una alfombra roja» a estos proyectos, «sin procesos de información y debate social, sin existir una planificación pública y democrática sobre su idoneidad y careciendo de normativa específica». Frente a ello, la oposición vecinal introduce un elemento que supera divisiones partidarias y sacude estructuras.
El intento de aprobar una moratoria en el Parlamento, impulsada entre otros colectivos por Sustrai y presentada por EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, buscaba introducir cordura en este desarrollo, pero el acuerdo UPN-PSN-PP lo frustró.

Sustrai denuncia que «en las últimas semanas se ha puesto en marcha la máquina de la desinformación, extendiendo argumentos y bulos que no se corresponden con la realidad». Frente a ello, ha elaborado un argumentario en el que muestra los efectos perversos del auge de las plantas de biometanización en Nafarroa.
Así, ante el argumento de que el biogás y el biometano son energías que transforman los residuos ganaderos en recursos útiles, Sustrai destaca que para ello el tamaño de las plantas debería responder al volumen de residuos que se generan en un entorno.
En este sentido, destaca que la mayoría de los proyectos de biogás en Nafarroa son de carácter industrial y no están vinculados a explotaciones ganaderas concretas. Junto a ello, subraya que en estas plantas se admiten lodos y residuos de otras industrias, como papeleras, muebles, silvicultura, tratamiento de carnes y cueros, lodos de depuradoras urbanas o la fracción orgánica de los residuos urbanos.
Por ello, Sustrai subraya que el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se ha presentado como elemento positivo de estas plantas pierde fuerza, ya que acogerían residuos desde largas distancias y distribuirían el digestato resultante mediante camiones.
Contaminación
Sustrai también desmiente que estas plantas no generen contaminación, ya que los residuos que se tratan contienen metales pesados que no se eliminan. Otras sustancias como el potasio, el fósforo o el nitrógeno pasarían casi directamente al digestato resultante que se emplearía para fertilizar los campos. «Este proceso de repartirlo supone trasladarlo a largas distancias, y necesita mucho combustible fósil y muchas horas de trabajo, es caro. Por lo tanto, es fácil que se vierta en los campos con dosis que superan lo adecuado y por lo tanto generan contaminación», subraya Sustrai.
Junto a ello, rechaza que haya un seguimiento y un control medioambiental de estas plantas y acusa al Gobierno navarro de no cumplir con sus responsabilidades. En este sentido, recuerda que la contaminación por nitratos ha crecido en los últimos años. «La propia moratoria reconoce la falta de planificación y normativa específica que regule el control y seguimiento. Y a pesar de eso, el Gobierno de Navarra sigue aprobando plantas de biometanización», denuncia.
Y pone dos ejemplos: El envío de residuos líquidos no autorizados a la planta de Ecofert Sansoain de Artaxoa desde la incineradora de Zubieta y la condena de directivos de la macrogranja de Caparroso por delito medioambiental por un vertido de digestato.

Importar residuos
En Nafarroa hay actualmente cuatro plantas de biometanización privadas en funcionamiento que pueden tratar 450.000 toneladas al año, y hay proyectos para poner al menos otras quince en funcionamiento, que podrían tratar 1.370.500 toneladas al año. Por tanto, se necesitaría residuo como materia prima por un total de 1.820.500 toneladas al año. «No se puede conseguir esa cantidad solo con residuos locales, hay que traerlos de largas distancias, lo que contamina por consumo de combustibles fósiles», subraya Sustrai.
Sustrai alerta de que «la excesiva aplicación de digestatos, igual que sucede con la excesiva aplicación de abonos químicos o de purines, puede alterar los ecosistemas agrícolas, que en el caso del secano suelen ser de gran importancia para las aves esteparias».
Más biometanización, más macrogranjas
Junto a ello, destaca el estrecho vínculo de las plantas de biometanización con las empresas de ganadería industrial, ya que tratan sus residuos. «Si se ponen grandes plantas biometanizadoras se facilita que en esa zona se pongan después más macrogranjas. Sobre todo si sucede que las biometanizadoras no encuentran suficiente materia prima», subraya.
Frente a un escenario de grandes plantas de biometanización, Sustrai aboga por pequeñas infraestructuras que atiendan a las granjas existentes en la actualidad. «Así no tienen que trasladar residuos a largas distancias. Las granjas mejoran porque consiguen energía renovable. Y su gestión de los residuos sigue siendo la misma, adecuada las condiciones locales de la granja».