Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos

Sí, es el cambio climático

¿Es culpa del cambio climático? Una guía para periodistas elaborada por dos prestigiosos científicos del World Weather Attribution (WWA) ofrece herramientas para afirmar sin demasiado miedo que sí, que la crisis climática es una de las grandes responsables de los sudores de estos días.

Estampas de la ola de calor en las calles de Bilbo.
Estampas de la ola de calor en las calles de Bilbo. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Siempre da vértigo atribuir un evento climático extremo a la actividad humana. Porque existir, las olas de calor han existido siempre –aunque no en estas magnitudes– y porque un evento climático nunca se debe a una sola causa. Pero hoy en día hay suficiente evidencia científica para que ciertos eventos puedan ser achacados, aunque sea en parte, al cambio climático.

Así lo aseguran dos voces autorizadas como las de los científicos del clima Ben Clarke, de la Universidad de Oxford, y Friederike Otto, del Imperial College de Londres –escogida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo–, que han elaborado un manual para periodistas bajo el título «Cómo informar sobre fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático».

Explican la evidencia científica existente sobre diferentes eventos climáticos extremos, desde las inundaciones a las sequías. En algunos casos, señalan que es arriesgado atribuir un papel preponderante a la emergencia climática, pero en el apartado sobre las olas de calor no pueden ser más contundentes: «Toda ola de calor es ahora más fuerte y probable debido al cambio climático provocado por la actividad humana. No hay que ser demasiado cautos. Las olas de calor están relacionadas de forma unilateral e inequívoca con el cambio climático».

Más adelante se explican: «Existe el peligro de ser imprecisos como periodistas si somos demasiado cautos respecto al calor. Cada vez más, las olas de calor están batiendo récords, lo cual es una consecuencia directa de las temperaturas en rápido aumento. También es cada vez más probable que se sufran olas de calor en varias partes del planeta a la vez, lo cual puede tener un impacto aún mayor en las personas, la agricultura y los sistemas alimentarios que el que puede causar un fenómeno aislado. La investigación muestra que estos ‘eventos acumulativos’ serían prácticamente imposibles sin el cambio climático».

Un trabajador se refresca en plena ola de calor. (Oskar MATXIN EDESA/FOKU)
Un trabajador se refresca en plena ola de calor. (Oskar MATXIN EDESA/FOKU)

Apoyándose en el informe IPCC de 2021, la guía también recuerda que la incidencia de la crisis climática sobre la probabilidad de sufrir olas de calor extremas no es ya materia de discusión: «Una ola de calor que hubiera ocurrido una vez cada 10 años en el clima preindustrial ahora pasará 2,8 veces a lo largo de una década y será 1,2ºC más calurosa».

«En general, hasta hace bien poco, los científicos han evitado relacionar cualquier fenómeno individual con el cambio climático; en lugar de ello, apuntaban hacia la tendencia, dejando caer que quizá reflejaba lo que nos depara el futuro. Sin embargo, el cambio climático ya ejerce una gran influencia sobre el clima que estamos viviendo», explican. Es decir, viene siendo hora de dejar de hablar de la crisis climática que vendrá, porque ya está aquí.

El objetivo de la guía es corregir tres de los errores más habituales en los medios, según ellos: ignorar el cambio climático como causa, atribuir el evento al cambio climático sin ofrecer pruebas y atribuir lo ocurrido al cambio climático como causa única.

La metodología para determinar el impacto del cambio climático en eventos extremos se ha desarrollado en las últimas dos décadas, bajo el paraguas de los estudios de atribución, que a través de diferentes formas de modelaje y utilización de datos, logran calcular de forma fiable hasta qué punto es responsable la crisis climática.

El estudio de atribución de la ola de calor de julio de 2019 en Europa, por ejemplo, estableció que un fenómeno como ese en Francia y los Países Bajos «es ahora unas 100 veces más probable debido al cambio climático». «El calor sufrido en las regiones afectadas fue de aproximadamente 1,5-3ºC superior a lo que hubiera sido de otro modo», añadió.

Es posible que dentro de unos meses encontremos titulares similares acerca de la ola de calor presente, inusual a todas luces en estas fechas. Pero no hace falta esperar a dicho estudio para concluir que los sofocos de estos días son achacables, en gran medida, al cambio climático provocado por la activividad humana.