Andoni Gago, el «Orgullo de barrio» de todo un campeón de Europa
Andoni Gago (Bilbo, 1985) puso fin a su carrera como boxeador a finales de 2023 tras una exitosa carrera que culminó con sendos títulos de Europa y de la Unión Europea. El libro «Orgullo de barrio» (2024) recoge la historia del «Machito de Otxarkoaga», desde las calles de su barrio natal hasta convertirse en una figura clave del resurgir del boxeo vasco.

Numerosas son las historias de deportistas que, a base de coraje y esfuerzo, se han abierto camino hasta ser referentes en su disciplina. Este es el caso de Andoni Gago, púgil vizcaino recientemente retirado, al que se considera el principal impulsor del resurgir del boxeo vasco en el siglo XXI. En su palmarés figuran un campeonato de Europa y otro de la Unión Europea, conseguidos a base de esfuerzo, sacrificio y sin olvidar nunca su pasado en el barrio de Otxarkoaga.
En “Orgullo de barrio” (Incobi, 2024), el periodista y colaborador de GARA, NAIZ y 7K Sergio Iglesias hace un repaso de la vida del ‘Machito de Otxarkoaga’ desde sus primeros pasos hasta sus últimos días como profesional. Uno de los aspectos que convierten este libro en tan especial es la participación de decenas de familiares, amigos, vecinos e incluso rivales de Gago, quienes aportan una visión muy particular de él, tanto en la vertiente deportiva como en la personal.
Hemos quedado con ambos en la lonja que tiene el boxeador en el barrio de Santutxu. Es una bajera que ‘Machito’ ha convertido en una especie de gimnasio-museo. Además de un saco de boxeo y equipamiento deportivo, del espacio destaca una pared forrada con las numerosas noticias, portadas, pósters y carteles que el de Otxarkoaga ha protagonizado durante su carrera, así como los numerosos trofeos y reconocimientos que ha recibido.
En su relato, Iglesias no se olvida de Otxarkoaga, el barrio donde nació y creció Gago, aunque no es la etapa a la que más importancia haya dado a la hora de explicar su vida. «Quería contar una historia de superación a través del deporte. El que quiera morbo, que vaya a otro lado, este libro huye del amarillismo y del cotilleo», destaca Iglesias en conversación con este dominical. «Del barrio lo que he aprendido es a echar para adelante, saber afrontar las situaciones de cara y valorar todo lo que tengo», confiesa Gago. Y es que, para su biógrafo, «Andoni no sería lo mismo si hubiera nacido en otro sitio. Estoy seguro».
En todo este recorrido, culminado con cuatro campeonatos estatales, uno de Europa y otro de la Unión Europea, han tenido mucho que ver sus hermanos, Juan Alberto y Rubén, tal como reconoce el propio Gago. «Mi hermano Juanal es mi cerebro, mis pulmones y mi brazo izquierdo», enumera el campeón. De hecho, el hermano mayor ha acompañado a Andoni en su carrera como entrenador, compartiendo con él la experiencia que adquirió durante su etapa sobre el ring. En el libro, los tres recuerdan anécdotas de la infancia de Andoni, el benjamín de la familia, cuando le enseñaban a «hacer guantes» en casa. «Le enseñaba a boxear en la cocina, que era nuestro ring. Me ponía de rodillas y lo hacía rabiar, se ponía como loco. Desde pequeño siempre ha tenido esa mala raza, era el más trasto de los tres. Ahora todavía seguimos igual, me encanta provocarle para motivarlo (risas)», rememora Juanal para “Orgullo de barrio”.
Tras la muerte de su madre, cuando Andoni solo tenía 8 años, sus hermanos tuvieron que empezar a trabajar para ocuparse de él, lo que dejó una gran libertad al joven en el Otxarkoaga de mediados de los 90. Eso lo llevó, con 13 años, al centro de menores de Urduña, donde ya estaban muchos de sus amigos. Sin embargo, Andoni supo «encarrilar su vida» y «cambiar de chip», sobre todo desde que conoció a su mujer, Natalia Franco, y desde el nacimiento de su primera hija. De todo ello hablan en “Orgullo de barrio” familiares y amigos de la infancia de Gago, pero no su protagonista, por decisión expresa del autor.
Años después, su familia recuerda aquella etapa con más humor. «Andoni empezó tarde a pelear, pero Rubén me contaba que tenía experiencia de sobra, porque ya había tenido 200 peleas en la calle», confiesa Iglesias. Y es que, aunque ya contaba con una trayectoria amateur que lo había llevado a ser campeón de Bizkaia, no fue hasta los 27 años que ‘Machito’ tuvo su primer combate como profesional. Fue el 12 de marzo de 2012 en el Frontón Bizkaia de Bilbo, y ahí estuvo Sergio Iglesias, en el que sería, todavía sin saberlo, su primer contacto con el boxeador de Otxarkoaga.
«Yo nunca había ido a ver un combate de boxeo, y de esa velada lo que más me llamó la atención fue el alma que le ponía Andoni. También descubrí todo lo que representaba ‘Machito’ Gago, que ya tenía su propio club de fans», recuerda el periodista. Precisamente, el boxeador destaca la importancia de contar con una legión de seguidores que lo ha acompañado allá donde ha ido, tanto en combates disputados en Euskal Herria como fuera. Y, cuando el barrio no ha podido estar con él, lo han arropado a la vuelta.
Esta es otra de las intrahistorias que se cuentan en el libro. A la vuelta de Benalmádena, donde Andoni peleó por el Campeonato de España en la categoría de peso pluma contra Antonio Rodríguez ‘Chiky’, el barrio le tenía preparado un gran recibimiento para celebrar el recientemente conseguido cinturón. Todo ello impulsado y organizado por ‘Peli’, amigo y fundador de la Peña Andoni Gago.
CLAVE EN EL RESURGIR DEL BOXEO VASCO
«Andoni es la persona clave en el resurgir del boxeo vizcaino y vasco en el siglo XXI», afirma convencido Iglesias. Para hacer esta aseveración, el periodista se respalda en un dato: el púgil de Otxarkoaga consiguió su primer cinturón de campeón estatal en agosto de 2014, casi 30 años después de que lo hiciera el último vasco, Andoni Amaña, en 1985, el mismo año en que nació ‘Machito’.
Amaña fue un referente para Andoni, de la misma forma que Gago ha inspirado a toda una generación de boxeadores vascos, incluidos nombres como los de Kerman Lejarraga o Ibon Larrinaga. Precisamente, ambos son algunos de los compañeros de ‘Machito’ que Iglesias ha entrevistado para “Orgullo de barrio”, además de allegados del boxeador, periodistas expertos en el cuadrilátero y entrenadores. Todos estos testimonios ponen en valor la figura de Gago, tanto dentro como fuera de las doce cuerdas, querido por todos. Ejemplo de ello es que en el libro también participa Sergio Romero, rival de ‘Machito’ en su tercera defensa del cinturón de España, ambos unidos por una gran amistad.
Por todo ello, es inevitable que, al escuchar la historia de Andoni Gago, no sobrevuele nuestras cabezas la del boxeador de ficción más conocido del mundo: Rocky Balboa. De hecho, el paralelismo entre ambos es mencionado por diversos entrevistados e incluso Iglesias elige una frase pronunciada por Sylvester Stallone como epígrafe, ya que, a su parecer, «la historia del púgil de Philadelphia podría ser, salvando las distancias, un fiel reflejo de la vida de nuestro protagonista». En este sentido, explica que ambos compartirían la misma forma de ver el boxeo, «yendo siempre hacia adelante, aguantando, conociendo sus limitaciones y aprovechando todas sus virtudes». ‘Machito’ encuentra otra similitud, tirando de humor. «Yo también las paro todas con la cara», comenta entre risas, como quitándose importancia el excampeón europeo.
RETIRADA Y TRABAJO
El ritmo de entrenamientos y combates como profesional mantenido durante más de 11 años provocó, finalmente, que Andoni Gago decidiera colgar los guantes el pasado 21 de octubre de 2023, a los 38 años, tras su combate contra el panameño Irving Berry en el Pabellón de la Casilla de Bilbo. El púgil vizcaino puso fin a su carrera con un récord de 27-7-4, incluyendo 7 victorias por KO.
«Mentalmente estaba agotado», confiesa sobre el momento en que decidió retirarse, que, además, coincidió con el nacimiento de su segunda hija. Iglesias tiene una teoría de qué llevó a Gago al agotamiento: «Yo nunca te he visto tan bien como en el combate con Jesús Sánchez [el 8 de junio de 2019, por el Cinturón de Europa]. El parón de la pandemia te afectó, te cortó el ritmo», le comenta Iglesias a su amigo, mientras asiente. «Eso sí, fuiste el campeón que más tiempo ha retenido el cinturón. ¡Más de dos años!», sostiene entre risas.
Sobre Gago, Iglesias destaca que no solo se ha dedicado al boxeo, sino que ha tenido que compaginarlo con su trabajo como repartidor de licores. Un oficio duro y físico, que lo obligaba a cumplir una dura rutina diaria para pelear al máximo nivel. «Me levantaba a las 4.00 para ir a correr, porque a las 6.00 entraba a trabajar. Hacía jornada partida, hasta las 17.30, y de ahí a entrenar», recuerda. «Eso tiene muchísimo más mérito, multiplica todo lo que ha conseguido», destaca el periodista. Respecto a este punto, en “Orgullo de barrio” se plantea una cuestión que ha sobrevolado a Gago numerosas veces: «¿Y si solo se hubiera dedicado al boxeo?».
«En el libro, el entrenador Josu Lopategi dice que, dedicándose en exclusiva al boxeo, “a lo mejor no habría hecho nada importante como boxeador”. La rabia, la mala hostia… Si le quitas todas sus circunstancias, igual se habría relajado. Pero tocando el suelo es cuando se valoran las cosas», reflexiona Iglesias. La postura de Gago sobre este punto es extremadamente responsable con su familia: «Nunca se me ha pasado por la cabeza dejar de trabajar. Imagina que apuesto por el boxeo, dejo mi trabajo… y me rompo una mano. ¿De qué como? No puedo estar un año y medio parado. Para mí el boxeo era un hobby, me encanta, pero si algún día no podía cuadrar con el curro, perdía la prioridad».
Prueba de ello es el «duro golpe» que se llevó Gago en diciembre de 2016, antes del combate que debía enfrentarlo al francés Sofiane Takoucht por el Campeonato Internacional IBF de peso pluma. En el pesaje del día 16, celebrado en el Hotel Gran Bilbao, ‘Machito’ sobrepasó por un kilo y medio el peso permitido, perdiendo de esta manera el título que tenía hasta entonces en su haber. Un «error» atribuible al trabajo de Gago, en unas fechas prenavideñas de mucho ajetreo y con poco espacio para preparar las peleas. «En diciembre no podía pelear, había un trabajo de la hostia», recuerda.
Ahora, mucho más relajado, el boxeador retirado aprovecha el tiempo fuera de su trabajo para estar con su familia y amigos, los mismos a los que acudió Iglesias para elaborar su biografía. «Todo el mundo se ha alegrado del éxito de Andoni», constata el periodista después de hablar con decenas de ellos. Una sensación que comparte el púgil. «La verdad es que me siento muy querido. Cuando haces las cosas de corazón, se agradece que la gente te valore. Pero me sale natural, ¿eh? Soy así», puntualiza, feliz por el cariño recibido.
Una vez editado “Orgullo de barrio”, confiesa que ver escritas las palabras de tanta gente a la que quiere «es una pasada», si bien cuando Iglesias le propuso la idea de escribir un libro sobre su vida la reacción fue muy distinta. «No querías que lo hiciera, tuve que convencerte a través de tus amigos», le recrimina de cachondeo a Andoni su biógrafo. «No veía qué interés podía tener alguien como yo, -prosigue Gago con su nada impuesta modestia- pero, después de leerlo, he de decir que está de puta madre».
“Orgullo de barrio” no es más que el último reconocimiento a un deportista que a lo largo de su carrera también ha sido homenajeado por parte del Ayuntamiento de Bilbo o del Athletic Club. Algo que nunca le ha quitado de la cabeza de dónde viene. «Salir a San Mamés, con toda la gente gritando, es espectacular. Pero estar en el barrio, con los vecinos de Otxarkoaga aclamándote, cortando la carretera y parando el tráfico después del primer Campeonato de España… es el mejor homenaje de todos», confiesa.
Precisamente la presentación de “Orgullo de barrio” tuvo lugar el pasado 19 de diciembre en el Mercado de Otxarkoaga. En ella, además de Andoni Gago y Sergio Iglesias, intervinieron Juan Alberto Martín, hermano de Gago; el fotógrafo Pedro Luis Ajuriaguerra; y José Ángel Medina, director del periódico “Santutxu y +” y responsable de la editorial Incobi. Desde entonces, “Orgullo de barrio” ya está disponible en librerías o a través de libroorgullodebarrio@gmail.com. «Queríamos que la primera presentación fuera en Otxarkoaga, no cabía otra posibilidad», confirma Gago con un orgullo de barrio que lo llevó a lo más alto del boxeo europeo.

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