Mariona Borrull
Periodista, especialista en crítica de cine / Kazetaria, zinema kritikan berezitua
CINE

Hay un hombre maduro en mi sopa

Brad Pitt, en el papel de Sonny Hayes, y Javier Bardem, en el de Rubén Cervantes, en la película «F1», que llega a los cines el 27 de junio.
Brad Pitt, en el papel de Sonny Hayes, y Javier Bardem, en el de Rubén Cervantes, en la película «F1», que llega a los cines el 27 de junio.

Sonny Hayes fue el fenómeno más prometedor de la Fórmula 1 en los años noventa, hasta que un accidente en la pista estuvo a punto de poner fin a su carrera. Treinta años después, convertido en piloto nómada que corre por quien mejor le paga, rudo y desencantado, recibe una propuesta de su excompañero, Rubén Cervantes (Javier Bardem), propietario de un equipo al borde del colapso. Rubén logra convencer a Sonny para que vuelva a pilotar en la Fórmula 1 y salve a su equipo, junto con el impetuoso novato Joshua Pearce (Damson Idris). Cuando los motores se encienden, Sonny vuelve a la vida pero también a una pista que lleva al trabajo en equipo y al inevitable relevo generacional, o a la cuneta. Pero claro, hay cosas que solo los mayores pueden hacer.

Pete “Maverick” Mitchell (Tom Cruise) dio la espalda a su primera promoción treinta años atrás, a pesar de volar como nadie. Ahora, Maverick recibe la orden de regresar al cuerpo de cazas de élite para entrenar a un grupo de jóvenes pilotos, entre los cuales Bradley “Rooster” Bradshaw (Miles Teller), hijo del fallecido mejor amigo de Maverick, hoy rencoroso y desafiante ante el sobreproteccionismo inseguro de su mentor. Finalmente será el mismo Maverick quien se ponga al frente de esta misión suicida: por un lado, para demostrar que hay maniobras que solo pueden imaginarse al ejecutarlas y, cómo no, para convertir su arrogancia pasada en un referente compartible. Busquen las ocho similitudes.

Detrás de “Top Gun: Maverick” y de “F1” está el mismo director, Joseph Kosinski, y el mismo guionista, Ehren Kruger. También un mismo productor, Jerry Bruckheimer, responsable de casi todo el último cine de gran atracción, desde “Armaggedon” hasta “Piratas del Caribe”. La de “F1” la producen también el conductor de F1 Lewis Hamilton y Brad Pitt, entre otros. Juntos, añadirán una pieza más a la noble tradición que, en esta etapa avanzada del neoclasicismo posmoderno, están torciendo la mirada desde el héroe joven hacia el mentor maduro.

Estas narrativas en ningún momento transgreden el cuento de crecimiento y redención típico de la narrativa hollywoodiense, porque no se trata de eso. De hecho, sigue habiendo un viaje de mejora personal y de altruismo, con una figura secundaria que, por comparativa, hace las de promesa y advertencia al mismo tiempo. Un mundo al revés donde nada cambia: simplemente, ahora es el alumno y no el mentor quien levanta el espejo para el héroe, que carga con el papel de icono reconocible (Cruise, Pitt) y que ostenta su propia caducidad entre desafiante y gallardo.

En fin. Qué tan importante es asegurar la convivencia de estos cuentos de reafirmación maduro-masculina en diálogo con películas “Figuras ocultas” (2016) o “Seis triple ocho” (2024). Va para programa doble.